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Hace unas
semanas, las redes sociales se hacían eco de los rumores sobre el pronto
anuncio de la detección de las ondas gravitacionales, unas
deformaciones en el espacio-tiempo predichas por Albert Einstein que
probarían que el Universo se expandió de forma exponencial
inmediatamente después del Big Bang.
El detonante entonces fue un mensaje publicado en Twitter por el
cosmólogo Lawrence Krauss, de la Universidad Estatal de Arizona, en el
que decía que fuentes independientes habían confirmado que los
científicos del Observatorio de interferometría láser de ondas
gravitacionales (LIGO) en EE.UU. habían realizado el hallazgo. Ahora,
los rumores han vuelto todavía más fuertes y apuntan de nuevo a LIGO. La
causa es un entusiasta correo electrónico que ha acabado publicado en
un tuit.
Clifford Burgess, un físico teórico de la Universidad McMaster en
Hamilton, Canadá, es el autor del correo electrónico que ha suscitado
tanta expectación después de aparecer adjunto como una imagen al tuit de
uno de sus colegas. En el texto, dirigido a sus compañeros y alumnos de
universidad, dice que los investigadores de LIGO han visto dos agujeros
negros, de 29 y 36 masas solares, girando juntos y fusionándose. La
significancia estadística de la señal parece muy alta, excediendo el
standard sigma 5 que los físicos utilizan para distinguir las evidencias
suficientemente fuertes como para decir que son un descubrimiento.
Según el correo, los dos instrumentos ópticos de LIGO detectaron el
fenómeno.
Burgess dice que obtuvo esos detalles de otros colegas que han leído la
investigación que LIGO publicará al respecto describiendo el hallazgo en
los próximos días. Incluso se da una fecha y una publicación: en la
revista Nature el 11 de febrero. Quizás haya sido demasiado atrevido con
esa afirmación. El físico reconoce que él no ha visto la investigación,
sino otros colegas suyos que le informaron al respecto. Pero se muestra
optimista: «He visto muchos rumores aparecer y desaparecer. Este parece
más creíble», dice en la web de la revista Science. No en vano termina
su correo electrónico con un «Woohoo!».
Pero de momento no hay ningún anuncio oficial.
El hallazgo de las ondas gravitacionales tendría un impacto tan
grande que sus autores se llevarían, con toda seguridad, el premio
Nobel. Esa ondas supondrían la evidencia más fuerte de que el Universo
se expandió exponencialmente en una fracción de segundo tras la gran
explosión, hace unos 13.800 millones de años.
En marzo de 2014, físicos del Centro Harvard-Smithsonian para la
Astrofísica anunciaron que habían dado con estas ondas, pero el análisis
conjunto de los datos de la sonda Planck de la Agencia Espacial Europea
(ESA) y el telescopio BICEP2 en la Antártida, el mismo instrumento que
hizo la primera detección, confirmaron que no había pruebas
concluyentes para respaldar el descubrimiento.