River ganó un partidazo amistoso en Salta


27 marzo, 2023


Deportes

El viaje a Salta fue productivo para River. Porque el plan de Martín Demichelis era básicamente aprovechar el amistoso frente a la Universidad de Chile para observar a sus alternativas más relegadas en un partido con un nivel de exigencia superior al de un entrenamiento formal en el Camp. Y acabó llevándose, el deté, conclusiones positivas del Padre Martearena.

Es cierto que su River comenzó sufriendo los retrocesos -un problema casi patológico en el último tiempo, heredado del ciclo MG- y que a los 18 minutos ya iba perdiendo 0-2 (error no forzado de Centurión en el 0-1: se le escurrió la pelota; falla de Mammana al salir a cortar en el segundo). Sin embargo, cuando el equipo se acomodó tácticamente el rendimiento subió. Principalmente porque hubo rendimientos individuales que se acercaron a los estándares de calidad pretendidos por el entrenador.

Porque Herrera, por ejemplo, no sólo se movió por afuera, rompiendo líneas para desbordar -así convidó dos asistencias, la segunda un pasito adelantado- sino que además apareció por adentro resolviendo ataques como en el gol del descuento. Porque Palavecino además validó la confianza que había mostrado en su ingreso frente a Sarmiento, aportó despliegue jugando como #5 pero luego fue decisivo en la génesis del 3-2 con una finta deliciosa. Porque Pablo Solari marcó un gol después de una semana dolorosa por el fallecimiento de su abuela, exhibió la tensión de antaño en tándem con Herrera y marcó para desahogarse. Porque Alfonso siempre quiso ser opción. Y también porque Barco, siempre desordenado pero filoso, volvió a llegar al gol como Borja, un ariete siempre necesitado de festejos, sobre todo en tiempos de alta competencia en el puesto por el nivel de Beltrán y la llegada de Salomón Rondón.

¿Qué se llevó Demichelis? Alternativas positivas que deberán validar lo que hicieron en el Martearena ya por los puntos, cuando la vara esté más elevada y la doble competencia obligue a rotar con mayor frecuencia. Y en esa línea también hubo juveniles que se mostraron: aunque el estreno más destacado fue el de Matías Gallardo, el pibe Seba Sánchez aportó firmeza como volante central, y Esteban Fernández, Zabala, Flores y Trindade siempre se ubicaron intentando ser recepción en el toque. Aun cuando después de los siete cambios la contextura del equipo perdió rigidez y el flujo de juego bajó y le permitió a la U acortar distancias en un partido que Demichelis atesorará por las soluciones que, a la vista, el salto de la banca le permitió encontrar.

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Con información de Olé

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