Por séptimo año consecutivo fue designada como la mejor urbe del planeta para vivir y, no cuesta adivinar por qué. La segunda ciudad más grande Australia ofrece paseos gratuitos, recorridos fascinantes, arte, buenos vinos y, por sobre todo, un espíritu único

Melbourne fue designada por séptimo año consecutivo en el Global Liveability Report 2017 como la mejor ciudad del mundo para vivir y, cuando uno la visita, no cuesta entender por qué. Aquí viven cuatro millones de personas y es la segunda ciudad más grande de Australia después de Sydney.

A pesar de tener el típico centro financiero con edificios altos, Melbourne es una ciudad básicamente baja, extendida hacia los costados, cruzada por avenidas amplias pero también por calles pequeñas plenas de lugares para comer, centros comerciales para comprar y caminar con placer, casi sin descanso.

Pero más allá de los que tienen la posibilidad de desarrollar cotidianamente sus vidas aquí, Melbourne también ofrece su mejor cara a quien la visita, con decenas de lugares para no aburrirse, sacar fotos, comprar recuerdos, tomar sol y, fundamentalmente, no dejar de caminar.

El Jardín Botánico Real de Melbourne es un parque encantador, para pasearlo tranquilamente. La variedad de plantas es impresionante, tiene algunos rincones para sentarse y simplemente disfrutar de las vistas. Está en pleno centro de la ciudad, al lado del rio Yarra. Es inmenso, bien cuidado y para tener una idea completa no pueden dejar de pasarse allí unas 3 horas.

Una buena precaución es consultar alguna de las aplicaciones del clima en el teléfono para poder aprovechar un día de sol y evitar que la lluvia arruine el paseo.
Muchas veces cuando uno llega a una ciudad por primera vez contrata un típico City Tour para tener un resumen inicial de lo más destacado y después, en los días siguientes, profundizar lo que le interesa. En Melbourne ese servicio es gratis con el recorrido del Tranvía City Circle. Una forma barata y cómoda de ver la City de Melbourne y de llegar a los Docklands. Con un aire antiguo y pequeñas explicaciones sobre los lugares de interés. Es una excelente opción para recorrer los mejores lugares de Melbourne así como usarlo para llegar a pocas cuadras de donde quieras ir. El tranvía es un círculo: termina donde empieza.

Melbourne está rodeada por excelentes zonas para la producción del cada vez más sofisticado vino australiano. De allí que un buen programa para unos días de vacaciones por aquí, es visitar una de esas bodegas que cuentan con tours guiados. Una de ellas es el Healesville Sanctuary. Al llegar se encargan de que tengas un guía durante la visita. En nuestro caso, fue una señora llamada Wendy, que tenía un gran conocimiento sobre la flora y fauna del lugar. La cata de vinos y la comida en Yering Station cumplió totalmente nuestras expectativas. Almorzar con esas vistas es algo grandioso. Otra opción son las bodegas De Bortoli que se destacan por un trato más familiar y con un maridaje de quesos increíble.

Un lugar naturalmente imperdible para visitar es la Galería Nacional de Victoria. Arquitectónicamente es un lugar espectacular. Están muy bien organizadas las exhibiciones con personal de atención en todo el edificio. La exposición de «Van Gogh y las estaciones» es grandiosa. Y si se tiene la oportunidad, el té del primer piso es irresistible.

La galería tiene exposiciones transitorias que se pagan aparte y que son caras, comparadas con la entrada de ingreso general. Pero valen la pena. No es extraño encontrarse allí con Andy Warhol, Ai Wei Wei, y Edgar Degas, por ejemplo. La galería cuenta con una excelente tienda de regalos, y la ubicación hace que llegar sea facilísimo en transporte público o a pie: un «must» dentro de la ciudad.
El Block Arcade es pura sofisticación y estilo, partiendo por cómo han logrado mantener el estilo antiguo del edificio, y siguiendo por las tiendas en su interior, con comercios de ropa de calidad y diseño. Para no perderse es la tienda de especias e ingredientes exóticos Gewurzhaus, que también se encuentra en el Queen Victoria Market.

Se trata de una expresión más del nivel de vida y estilo del cual goza esta maravillosa ciudad. Las mayólicas del piso son dignas de admirar y hay una pastelería para quedarse con la boca abierta. Este es uno de los primeros pasajes comerciales que se abrió en la ciudad, hace más de 100 años, aún conserva ese toque clásico y sofisticado de finales de 1800. Tiene un pintoresco reloj musical que vale la pena ver. Además, el Block queda en pleno CBD, por lo que es de muy fácil acceso.