Los gastronómicos comenzaron a recuperar el nivel de ventas


2 noviembre, 2020


2-11-20 La estabilidad en las disposiciones y la época del año hicieron regresar a la gente. Los comercios que quedaron en pie destinan lo recaudado para pagar deudas.

Los gastronómicos volvieron a respirar. La concurrencia a los restaurantes y confiterías se reactivó. El nuevo flujo les permite pagar los gastos y deudas que contrajeron durante los diferentes cierres que se implementaron por la pandemia.

«Aliviados», es la palabra que se repite en estos días para describir cómo viven hoy. «Por suerte repuntó», indicó Emilia Chaves, de «Ciudad Güemes». Su familia se dedica a la gastronomía en diferentes segmentos y con varios locales en diferentes puntos de la ciudad. Según señaló la comerciante del paseo Güemes, el movimiento viene siendo parejo, «de lunes a lunes».

En Jovi, típico restaurante familiar que tiene una sucursal en la zona sur y otra en diagonal a la plaza Güemes, la actividad «se está levantando de a poco». Así lo describió el propietario, Juan José Alberti. «En gastronomía hay distintos tipos, los míos son de los tradicionales… para gente más grande. Entonces, es la gente que más se tiene que cuidar, que menos sale. Pero están empezando a salir», destacó. «La gente tiene más optimismo», agregó.

Emilia Chaves aseguró que últimamente la gente sale más los días de semana. «Eso no se veía antes. No sé si la gente está cansada del encierro o qué», dijo.

La joven señaló que el movimiento empieza a estar a la altura de las expectativas que suele haber para estas fechas, consideradas como temporada alta. «Esta época siempre fue la fuerte de la gastronomía. Se trabaja en el mes de la madre, en noviembre baja y en diciembre repunta con todos los festejos», explicó.

Para recuperar

A pesar de estar aliviados , los gastronómicos indican que esto sirve para comenzar a levantar las desnutridas cajas. Señalan que todo lo recaudado servirá para los huecos que dejaron los diferentes aislamientos. «Nos sirve para dar un empujón de energía, remándola y tratando de que todo lo malo de estos meses casi desde que empezó el año, se vaya acomodando», indicó Chaves, al mismo tiempo que proyectó que «llevará mucho tiempo».

Los que siguen en pie contrajeron deudas para «no cerrar». «Todos nos metimos en créditos o deudas impositivas. Trabajamos todos los días para que lo más pronto posible el negocio pueda volver a ser lo que era, para vivir de eso», señaló la mujer.

Las deudas impositivas preocupan a los gastronómicos de todos los segmentos. «Aumentaron mucho», lamentó el propietario de Jovi. El hombre logró una rebaja del alquiler «mientras dure la pandemia», lo que representa cierta tranquilidad que dura hasta que va a hacer las compras. «Los costos están altísimos. Hemos tenido que subir un poco los precios. Pescados , mariscos… hay muchas cosas que están a precio dólar. En el mercado se gasta lo que se llega a gastar en la carnicería», advirtió.

Sin embargo, para Alberti esto no opaca la «alegría de ver unas cuantas mesas llenas. Veníamos con la incertidumbre de si se iba a cerrar o no. Está levantando y eso genera optimismo y alegría», aseveró.

Jovi tiene alrededor de 50 empleados entre la sucursal de la avenida Jujuy y la de Balcarce y Rivadavia, que trabaja hace 18 años. Alberti agradeció la paciencia de sus empleados y el acompañamiento del sindicato. «Por suerte algunos se jubilaron durante la pandemia y otros se la rebuscaron por otro lado», contó.

Reducen espacios entre 30 y 50%

A pesar de repuntar, las confiterías siguen sin poder recuperar el nivel de ventas prepandemia. Las limitaciones espaciales que marca el protocolo llevan a no poder explotar la capacidad máxima.
Los fines de semana los locales del Paseo Güemes pueden poner mesas en la calle. De lunes a lunes, en cambio, las limitaciones físicas llevan a reducir la capacidad del local al 50%. “Tenemos una parte del salón que no la habilitamos porque no está 100% ventilada”, contó Emilia Chaves, propietaria de Ciudad Güemes. En los otros locales gastronómicos que tiene su familia aprovechan los patios y las galerías. “Solo estos 2 o 3 días que estuvo fresco, la gente quiso ir más adentro, luego, el resto de los días la gente pide ir afuera”, resaltó la comerciante.
En Jovi se trabaja al 35 por ciento de la capacidad habitual. “En la vereda puedo meter más mesas, pero no en los salones”, explicó Juan José Alberti, propietario del restaurante familiar.
Otra de las restricciones es el horario. Hace poco se extendió hasta la 0. Sin embargo, aseguran que cuesta que la gente se acostumbre a salir temprano”. Salen a las 23.15. Entonces, ese horario, cuesta”, aseveró Chaves y pidió extender “al menos una hora más”.
Alberti dijo que trabajar “hasta la 1 o 2 de la mañana estaría bien” y desestimó la propuesta de extender el horario hasta las 4, que planteaban algunos sectores.

Fuente: El Tribuno
 

Comentario

^