La nafta trepó un 20% promedio anual y en 2021 buscarán que siga al dólar


17 diciembre, 2020


Con el aumento del 4.5% promedio en los precios de los combustibles, la nafta cierra el 2020 con una suba de casi el 26% y el gasoil del 25% para la Ciudad de Buenos Aires, un porcentaje que reduce a 20% en el promedio de toda la Argentina.

El abaratamiento de los precios en dólares de los combustibles – que se replicó en mayor medida en el resto de los bienes y servicios de la economía debido a las sucesivas devaluaciones desde abril del 2018 – fue aún mayor a mitad de año, ya que las naftas y el gasoil estuvieron congelados hasta mediados de agosto. En ese momento, el precio de la nafta súper descendió hasta u$$ 0,73.

Aunque el presidente Fernández habló en su campaña de desdolarizar las tarifas y los precios de la energía, la realidad del sector obligó a olvidar esa promesa.

Es que, con el Plan Gas recientemente adjudicado a las petroleras, ya consiguieron contratos en dólares pero cuatro años para abastecer a distribuidoras y generadoras eléctricas, mientras que las refinadoras (donde YPF y PAE también tienen su peso por estar integradas verticalmente) buscarán en 2021 aunque sea mantener estables los precios en dólares de los combustibles.

En la petrolera estatal, la venta de naftas y gasoil explica el 80% de los ingresos de la compañía.

El 90% de los combustibles que se venden al público tiene como materia prima el petróleo crudo y el otro 10% a la soja, el maíz y la caña de azúcar, en una mezcla que se refina.

Todos los precios internacionales están dolarizados y en el alza en los últimos meses, aunque existe un congelamiento sobre el sector de los biocombustibles.

El factor principal que genera incertidumbre hoy entre las petroleras es el incremento del crudo, que trepoó hasta los u$$ 50 por barril en su variedad Brent. Por este motivo, en la industria creen que un incipiente atraso en los precios.

Mientras la pandemia hizo estragos en la actividad mundial, el sector contó con un «barril criollo» para mantener empleo e inversiones, política por la que la baja en los precios internacionales del petróleo no se trasladó al público, que transfirió directamente ingresos sin poder aprovechar este contexto.

Fuente : El Cronista

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