Justicia laboral en clave feminista


13 septiembre, 2021


 Entrevista a la abogada laboralista feminista María Fabiana Sosa

“Contra la justicia machista, memoria feminista” cantamos en las marchas. Las cifras de femicidios y las violencias crecen con nosotras, mientras que las desigualdades e inequidades parecieran ser parte de esa genética que se transmite de generación en generación. Y siempre una justicia que, en clave androcentrista, mira para otro lado. Ojos vendados que no garantizan igualdad sino que evitan ver lo que, social y culturalmente, ya no debería ignorarse.

Jueces y juezas que ejercen una justicia patriarcal, fallos vergonzosamente misóginos, fiscales que creen que la capacitación realizada por la Ley Micaela es un título en perspectiva de género que no se incorpora en la práctica, aplicación del inexistente Síndrome de Alienación Parental, entre tantas otras injusticias. Pero si hablamos del fuero laboral ¿que vemos? Discriminación, desigualdad salarial, techo de cristal y segregación vertical y horizontal, división sexual del trabajo, solo por nombrar algunos temitas.

¿Cómo logramos una real y efectiva reforma judicial feminista en lo laboral? Para analizar esta temática que condiciona nuestra vida entrevistamos a María Fabiana Sosa, abogada laboralista con actualización en género y derecho, y asesora sindical.

¿Por qué elegís dedicarte a lo laboral dentro del derecho?

De chica decía que iba a ser abogada laboral porque veía a mi padre que iba y venía, estudié en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, hice la especialización en Derecho Privado, pero después tomé la experiencia en Derecho Laboral, ya en el estudio de mi padre, porque él ya era laboralista. En mi familia hubo una mirada muy centrada en los derechos humanos, con militancia y acción social. Años más tarde ingresé en un sindicato de industria y ahí me empezó a atrapar el derecho colectivo siempre del lado de las personas que trabajan. Me formé en la actualización en Género y Derecho y si bien principio pensé que no tenía mucha relación con el derecho del trabajo, después me di cuenta de que el género nos atraviesa en todos los órdenes.

¿Cómo llega el feminismo a tu vida y cómo lo aplicas a tu profesión?

El feminismo llega a mi vida de una manera tardía y casual. Fui a una charla donde hablaban de la cuestión de género y el trabajo y me atrapó. Ingresé al programa de Actualización en Género y Derecho de la UBA y en la primera clase, me di cuenta que era feminista porque no podía estar en otro lado que no fuera el de la igualdad de géneros. Ya como parte de la Asociación de Abogados y Abogados Laboralistas formamos en agosto del 2015 la “Comisión de la Mujer Trabajadora” junto a otras compañeras laboralistas feministas y lo empecé a llevar a la práctica percibiendo aquellas situaciones en las cuales la mirada de género puede dar otra respuesta. Con una atención empática respecto de la violencia laboral y la violencia de género, advirtiendo que si en el derecho del trabajo se concibe desde sus orígenes la relación desigual de poder que hay entre las partes que conforman el contrato de trabajo, esas desigualdades atraviesan de una manera diferente y tienen un impacto más grande y desproporcionado sobre las mujeres y diversidades.

Las inequidades de género en el mundo laboral continúan a pesar de que hay una mayor visibilización. ¿Qué debería hacerse para modificar esta situación?

Respecto de las inequidades de género hay mucho por hacer. En principio, nombrarlas, mostrar esos nudos, obstáculos, puntos de tensión que encontramos las mujeres y diversidades en el desarrollo laboral.  Ya sea en el ingreso, en el acceso a los puestos de trabajo, en la permanencia, en el ascenso o en la idea de querer capacitarnos profesionalmente.  Otro tema importante es la violencia laboral que nos expulsa. ¿Cuántas mujeres que no soportan una situación se ven obligadas a salirse de ciertos lugares de trabajo porque el sistema no les ofrece ninguna otra respuesta? Si esto no te gusta, te vas, o si esto no lo podes soportar, ahí tenes la puerta. Creo debemos empezar por la formación, conocer la división sexual del trabajo y los distintos mundos en los cuales desarrollamos nuestra vida: el público, el privado, el doméstico, el del trabajo remunerado y el del trabajo no remunerado que refiere a las tareas de cuidado que aún recaen sobre las mujeres, niñas y adolescentes. Tener una distribución de los cuidados más justa, porque la que hoy vemos claramente no lo es y de algún modo nos deja atrapadas en ese rol.

¿Cuáles son las principales causas de litigio laboral que tienen a mujeres y diversidades como protagonistas?

 Las principales causas de litigio tienen que ver con cuestiones de violencia laboral y de género, donde la respuesta muchas veces es generar el mecanismo para que la persona que se está siendo violentada o discriminada se considere despedida. Esto tiene un doble impacto: quedarse sin la fuente de sustento y, para mujeres y diversidades, perder la autonomía económica. Otras causas son inequidad salarial y discriminación por embarazo.

¿Cómo sería una justicia laboral en clave feminista?

Para las laboralistas feministas seria poner el eje en el enfoque de género desde el momento cero. La forma de atender a la persona que viene a vernos, como tomar una entrevista, como atender el caso y cual es el enfoque de derechos que queremos darle teniendo en cuenta la protección que nos da el sistema internacional de los derechos humanos y especialmente los derechos humanos de las mujeres. Poder unir todo lo que tenemos en función de entrelazar ese sistema con nuestra ley de contrato de trabajo. La construcción de una justicia laboral en clave feminista tiene como prisma de análisis la perspectiva de género, una categoría analítica que atraviesa todo. Entonces analizar, tener en cuenta el desarrollo de un caso, de una sentencia con una mirada centrada en los derechos humanos y en el derecho internacional de los derechos humanos de las mujeres, me parece que es un camino para ir destrabando algunas de las cuestiones que hoy son problemáticas en nuestra normativa. La formación y capacitación en la Micaela para todos los operadores del Poder Judicial es clave, así como en todos los poderes del Estado. Nadie debería estar fuera de la formación y capacitación en este tema.

Justicia laboral en clave feminista.- María Fabiana Sosa OIT

¿Crees que el convenio 190 de la OIT es una herramienta no solo para erradicar la violencia sino también para mostrar las desigualdades a las que mujeres y diversidades nos vemos expuestas? ¿Aumentaron los casos en la justicia a partir de la ratificación del convenio? ¿Las mujeres se animan a hablar? ¿Se sienten respaldadas?

El convenio 190 es una gran herramienta para luchar contra la violencia laboral. No me animo a decir si es suficiente para erradicarla, porque así como se ha llamado a la violencia laboral el flagelo del siglo XXI, me imagino que debe ser difícil que desaparezca totalmente solo con un instrumento internacional, por más importancia que tenga. Si considero que sirve para poner sobre la mesa algunas cuestiones que hay que incluir en la agenda respecto de las cuales las mujeres y las diversidades sexuales venimos planteando.  Ya estamos viendo algunos fallos que lo mencionan aún cuando, si bien ya está ratificado, todavía no está plenamente vigente en nuestro país. y en relación a las mujeres creo que se animan a hablar no tanto por este convenio sino porque se sienten respaldadas por los movimientos feministas que han ido forjando el camino.

¿Cómo ves a las mujeres dentro del sindicalismo? ¿Qué medidas habría que tomar para lograr mayor participación?

Las mujeres dentro del sindicalismo están en ebullición, esa es la primera palabra que se me viene a la mente. Hace unos años algunas gremialistas decían yo soy femenina, no feminista, se asustaban cuando hablábamos de feminismo en el sindicalismo. Me parece que hoy se sienten orgullosas de hablar de un sindicalismo feminista, la marea sindical y de cómo empezó a avanzar el movimiento de mujeres hacia el interior del movimiento sindical. Pero también sabemos que ser mujer no es sinónimo de ser feminista y hay muchas que conservan rasgos patriarcales o machistas que reproducen si logran cargos con un podo de poder.  Entonces, creo que cuando una mujer llega a ocupar cierto espacio de decisión, solo hará la diferencia si tiene una perspectiva feminista para poder replicar otras formas de relacionarnos. Mover los cimientos de esa estructura patriarcal que en el sindicalismo es muy fuerte y va a llevar mucho tiempo. Se trata de insistir, resistir y persistir. Y para lograr mayor participación de las mujeres dentro del sindicalismo hay que revisar también estos nudos críticos que mencionaba antes, que son los cuidados, el acoso y la violencia, que muchas veces hacen que las mujeres se alejen o no quieran participar.

Reconocer las tareas de cuidado como un trabajo que es tenido en cuenta para jubilarse es paso importantísimo a nivel estatal ¿Cuál sería el siguiente?

Es importante seguir trabajando hacia la construcción de un sistema federal de cuidados en el cual podamos tener un acceso al cuidado de calidad más accesible para todas las personas, donde la cuestión de quién cuida no quede relegada a una suerte de cadena reproductora de atenciones, donde siempre hay una mujer madre o vecina que lo hace gratis. Porque si no, estamos reproduciendo la cadena de desigualdades. Me parece que acá hace falta trabajar en una inclusión de todos los actores que intervienen: un Estado que provea infraestructura y servicios, revisar los tiempos para cuidar en relación a las licencias y los recursos, creación de espacios de cuidado, espacios de adultos mayores. Es un primer paso para desmontar el patriarcado y lograr una transformación cultural y social, que es lo que en definitiva queremos.

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 Periodista feminista. Delegada sindical. Columnista de Diario Digital Femenino

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