Ginóbili demuestra que ser veterano no significa ser viejo


18 octubre, 2017


A los 40 años y 82 días, el bahiense es el segundo jugador más longevo en actividad en la NBA y su cuidado extremo en todos los detalles le permite seguir en la elite.

¿Por qué alguien abandonaría una actividad que le brinda felicidad? ¿Por qué dejar lo que apasiona? ¿Por qué dar un paso al costado del camino si aún hay objetivos y el cuerpo está de pie? Emanuel Ginóbili se planteó todas las preguntas posibles y actuó tal como lo había dicho el lunes 22 de mayo pasado. “Estoy entre dos maravillosas opciones: jugar en la NBA en un deporte que amo o quedarme en casa y disfrutar de mi familia con más tiempo. Son opciones increíbles y no hay que ponerse triste. Jugar una temporada larga hace que tenga más dudas, pero me siento útil. Siento que todavía puedo seguir jugando, obviamente con un rol limitado”, aseguró aquella noche tras perder 4-0 la final de la Conferencia Oeste contra Golden State. Tanto lo siente que hoy, a las 22.30 de la Argentina, debutará en su 16ª temporada con San Antonio Spurs, ante Minnesota, a los 40 años y 82 días de vida.

Con sus cuatro anillos de la NBA bien guardados, como si le bastaran más récords por lograr, Manu es el segundo jugador en actividad más viejo de la NBA, después de Vince Carter (Sacramento), quien tiene 40 años y 265 días pero no fue campeón. Junto a Jason Terry (Milwaukee; 40 años y 33 días), campeón en 2011 con Dallas, son los únicos cuarentones de la NBA.

Al repasar la historia de la liga estadounidense, se descubre que Ginóbili es el 19º jugador más veterano en salir a jugar un partido en la NBA, pero el noveno de ellos que sabe lo que es ser campeón. Y si completa la temporada regular en condiciones, quedará 12º en esa lista. Claro que su continuidad en una misma franquicia lo hace más inverosímil aún, porque en esa nómina de jugadores hay solamente uno tan veterano que hizo su carrera en el mismo equipo: John Stockton, quien jugó 19 temporadas en Utah Jazz, hasta los 41 años y 35 días.

¿Cómo es posible que con cuarenta pirulos se vuelva a fajar en la NBA? Razones sobran: no querer soltar algo que lo apasiona, saberse útil, sentirse sano y ser un profesional del deporte que no deja escapar detalle alguno en cuanto al descanso, la nutrición, la hidratación, el entrenamiento y la inteligencia para decidir.

“Manu no tenía casi ningún fundamento para no jugar un año más. Tenemos que dejar de sorprendernos cuando deportistas de 35 o 37 años siguen siendo exitosos. No hay que ponerlos como héroes o subnormales, porque éste es el nuevo deporte. Enseña que en los últimos 20 años hubo un cambio y que lo que era impensado antes, hoy pasa a ser algo natural», le había dicho Sergio Hernández a Clarín sobre el caso Ginóbili. Y el entrenador de la Selección desgranaba argumentos: “Un profesional de 35 años ya lo era a los 18, jugó siempre con zapatillas con cámara de aire y pisos flotantes, lo “guardaban” al mínimo esguince y aprendió con el tiempo cómo alimentarse, descansar, entrar en calor y recuperarse con un kinesiólogo”.

Lo mismo podría decirse de deportistas de elite que siguen jugando al borde o luego de las cuatro décadas, con el caso de Roger Federer como fiel exponente, con 36 años y jugando a un nivel superlativo, al acecho del número uno de Rafael Nadal. Con 38 años continúa el croata Ivo Karlovic, 51° del mundo, mientras que el marroquí Younes El Aynaoui tiene un punto en el ranking ATP al haber ganado un partido en un Future en Bahrein… ¡a los 45 años! John McEnroe ganó su último torneo en dobles a los 46, mientras que entre las damas, Martina Navratilova ganó el dobles mixto del Abierto de los Estados Unidos 2006 junto a Bob Bryan a un mes de cumplir los 50 años y Billy Jean King jugó hasta los 47.

En el boxeo, a los 42 años y una semana, Omar Narváez venció el sábado en Obras al ruso Nikolai Potapov (27) por nocaut técnico en el séptimo round y se ganó una chance para enfrentar al campeón regular gallo OMB, el sudafricano Zolani Tete. Y en el fútbol argentino, Christian Gómez sigue jugando en Nueva Chicago a poco menos de un mes de cumplir 43 años y su talento se observa en cada cancha que pisa en la Primera B Nacional. Fue Ricardo Bochini el futbolista más viejo en jugar un partido oficial en un torneo de AFA, ya que en 2007 disputó uno para Barracas Bolívar en el Argentino C, con 53 años y un mes de vida.

Desde que comunicó su decisión de seguir en actividad, Emanuel Ginóbili vive con un semblante relajado. Se siente #ElPibeDe40, como se bautizó en su cuenta de Twitter. Se lo vio así en la previa de la pretemporada y en cada video en el que se graba yendo o volviendo de entrenarse. Manu está en su salsa y millones están invitados a su fiesta. Será la oportunidad para comprobar que ser veterano no significa ser viejo. Y que, en todo caso, viejo es el viento y todavía sopla.

 

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