El Gobierno busca u$s10.000 millones adicionales y ya piensa en un nuevo blanqueo


1 abril, 2016


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Tras el resonante triunfo político en el Congreso, a Mauricio Macri lo espera algo más que el cierre formal del acuerdo con los holdouts.

Ahora deberá enfrentar el principal desafío económico de su incipiente
pero agitada gestión: esto es, el despegue de la actividad y
la creación de empleo en el sector privado.

El equipo comandado por Alfonso Prat Gay está
convencido de que las cosas seguirán ordenándose. Se ilusiona con que la
economía se encaminará definitivamente hacia elsegundo semestre del
año.

La apuesta es que así como se pudo atravesar la «Fase
1» del plan -la eliminación del cepo y devaluación- y la «Fase 2» está a
punto de cerrarse (conflicto con los «buitres»), la «Fase 3»
(crecimiento económico) podrá encararse en los próximos meses. 

El objetivo es que en el cuatro trimestre del año la variación en el
nivel de actividad resultepositiva respecto al mismo período de 2015.

Claro que para llegar a ese punto faltan varios obstáculos por saltar. 

Los más relevantes ya empezaron con los aumentos de precios en
el transporte y continuarán durante las próximas semanas cuando se
anuncien sucesivos incrementos en los servicios públicos.

Habrá subas en las boletas de gas y de agua, que se suman a las ya
ajustadas tarifas eléctricas. Todos servicios esenciales que impactarán
en el diezmado bolsillo, en medio de una alta inflación.

A esta lista habrá que añadirle otros aumentos de precios regulados que
golpean básicamente a la clase
media: comisiones bancarias, peajes y colegios privados son algunos de
los ítem para los que ya se anunciaron nuevas correcciones.

¿Y las buenas noticias, para cuándo? La apuesta del Gobierno parece
clara, al menos en los papeles: la acumulación de incrementos durante
las próximas semanas tiene el objetivo de despejar lo que en la Casa
Rosada denominan «la herencia del kirchnerismo».

Esto es, la bola de subsidios que ensancharon el bache fiscal que se tornó imposible definanciar.

El acuerdo con los fondos buitre y el achicamiento del rojo fiscal
debería, según la óptica oficial, lubricar el regreso de la Argentina a
los mercados financieros internacionales.

En definitiva, de allí deberían salir las divisas para cubrir el déficit e impulsar la actividad económica.

«Los primeros dólares que aparecen después de una crisis son
los financieros. Pero lo hacen cuando la economía se ordena. Nadie
quiere prestar su dinero para financiar la fuga de capitales de los
argentinos», apunta en diálogo con iProfesional Fernando Marengo,
economista de la consultora Arriazu & Asociados.

¿Alcanzará ese ingreso para empujar a la actividad económica? Los números se presentan cuanto menos difíciles de asimilar.

De acuerdo con los datos de la consultora de Arriazu, este año habrá
que financiar un agujero fiscal de unos u$s30.000 millones. 

A esa cifra deben añadirse los u$s12.000 millones que el Gobierno deberá
buscar en el mercado para pagarles en efectivo a los holdouts.

Es decir que en total (rojo en las cuentas públicas más cancelación con buitres) la suma asciende a unos u$s42.000 millones.

El influyente Miguel Angel Broda da cuenta de un número similar:
«Dependemos del arreglo con los holdouts y de ahí debemos salir a buscar
deuda por unos u$s35.000 millones(adicionales al pago a los fondos).»

Para tomar dimensión de esa cifra, expresa que viene a ser «todo lo que colocó América Latina el año pasado».

«No se debe esperar una fuerte baja en la tasa durante los primeros
tiempos», señaló Broda durante una exposición en el Congreso Económico
Argentino y la ExpoEFI.

La pregunta del millón es cómo hacerle frente a semejante agujero. Y,
precisamente, de esto depende buena parte del éxito del plan del Palacio
de Hacienda para 2016.

Pero antes de especular sobre esta situación, la otra cuestión
clave refiere a las posibilidadesde que a la Argentina ingresen
inversiones dirigidas al sector real de la economía.

«Algo habrá. Pero esos flujos se concentrarán en el sector agropecuario,
que pasó a ser elmás atractivo de todos por los beneficios del nuevo
modelo», sostiene Marengo.

Esas inversiones, advierte el economista, llegarían recién para
la segunda parte de este año, una vez que comience la siembra para la
producción de 2017.

¿Y el resto de los rubros? ¿No pueden esperarse inversiones más allá del campo? Ante
estas preguntas Gastón Rossi, economista de LCG, la consultora de
Martín Lousteau, señaló a iProfesional: «Llevará tiempo. En el exterior
hay preocupación por la situación fiscal».

El experto anticipó que habrá un «wait and see» (esperar y ver) por
parte de losinversores antes de tomar cualquier decisión de desembolsos.

«Es cierto que hay compañías locales a muy buenos precios, que podrían
atraer capitales del exterior. Pero no hay que hacerse demasiadas
ilusiones, ya que los pases de mano de empresas no suelen tener impacto
en el nivel de actividad. Ya lo hemos visto en otros momentos, como en
los años ‘90», completó.

Otro punto importante refiere a la revaluación que tendrá el país una vez que haya acuerdo en el despacho del juez Griesa.

En concreto, se espera que la ponderación de la Argentina aumentará
de 2,58% a 3,25% en el EMBI Global Diversified y desde el 1,71% hasta
el 3,25% en el EMBI Global, de acuerdo con un informe del banco de
inversión JP Morgan.

Sin embargo, no todo parece tan color de rosa.

Michael Hasenstab, jefe de Inversiones del fondo Templeton, uno de los
más activos en mercados emergentes y de «frontera», como es el
argentino, apuntó: «No me apresuro paracomprar bonos argentinos». 

«Hemos estado fuera (de la Argentina) desde hace bastante tiempo y
aunque vemos algunos cambios positivos todavía me cuesta observar
valor allí», amplió.

En su visión- y a partir del análisis de las valuaciones de los activos
locales- los mismos todavíano están lo suficientemente baratos como para
entrar.

«Preferimos mantenernos en la fase «show me» («muéstrame»).
Seguimos enfocados en los activos de México y en Brasil, que lucen más
baratos que en la Argentina», redondeó el hombre de Templeton.

Por lo pronto, puso un manto de dudas sobre la sustentabilidad del actual tipo de cambio.

¿Y entonces? En la city porteña hay confianza en que
el Gobierno pondrá en marcha distintas medidas para lograr
la captación de los fondos necesarios para salir adelante.

En particular, la mirada está puesta en el blanqueo de capitales, una iniciativa que desde Economía ya dejaron trascender.

El objetivo, de acuerdo con financistas que mantienen un fluido contacto
con el equipo económico, sería atraer unos u$s30.000 millones. 

Esta cifra representa «uno de cada diez dólares que los argentinos
poseen en el exterior. No es mucho. Es perfectamente cumplible durante
el lapso en el que el blanqueo permanezca abierto», afirmó un banquero
consultado por iProfesional.

«Cada vez hay menos chances de mantener el dinero «en negro» fuera del
país. Habrá unafuerte presión oficial para que esos capitales vengan a
la Argentina, a los que se los tentará con buenos rendimientos», amplió.

Por lo pronto, la ecuación financiera será clave a partir del arreglo con los holdouts.

Según Marengo, la Argentina no cuenta con demasiada soga para tirar
entre los inversores extranjeros, más allá de lo que están dispuestos a
financiar para que el país cumpla con los fondos buitres.

¿Pero cuánto? Las consultoras privadas que se
especializan en este tema estiman que el Ejecutivo
podría conquistar unos u$s10.000 millones adicionales.

«Será muy importante que el Gobierno logre el interés de los inversores
ofreciendo un instrumento atractivo. Es decir, que además de atraer a
los institucionales esté pensado paracaptar al público minorista»,
apuntó Marengo.

Por lo pronto, ya hubo contactos entre funcionarios de Hacienda y banqueros para conocer el apetito del mercado local.

Las últimas subastas del Ministerio fueron exitosas, pero a nadie escapa
que esas colocaciones terminan por sacar de la cancha a
las empresas que necesitan delfinanciamiento para producir (efecto
crowding out).

«Hay que evitar una salida de capitales como la del año pasado.
Se fueron u$s25.000 millonespor la desconfianza de los ahorristas. Hay
que dar vuelta el escenario. Será clave para estabilizar el programa
económico», sentenció Marengo. 

Dólar, consumo e inflación. Sortear el escollo
financiero será lo más inmediato, pero de ninguna manera lo más
relevante. El Gobierno está jugado a lograr una desaceleración
notable de la inflación. 

Prat Gay ya le puso números a ese escenario: prevé bajarla al 1%
mensual a partir de junio-julio y que el índice de precios totalice
un 25% para todo el año. Una meta que a esta altura parece muy
difícil de cumplir.

«Ahora estamos en el peor momento», afirmó Rossi, de
LCG. «Los salarios quedaron viejos en relación con la suba de los
precios. Si bien faltan las paritarias no hay que entusiasmarsepensando
en un rápido salto en el consumo, ya que se requerirá de más tiempo para
que esto ocurra», completó. 

Él es de los que cree que la apuesta oficial es que primero lleguen los
dólares parainversiones y, sobre todo, en el interior del país de la
mano del campo, lo que permitiráreducir presiones en el mercado.  

En este contexto, la inflación proyectada por las principales
consultoras arrojan un promedio del 33% para este año (Rossi la sitúa en
el 34%).

A raíz de que el mercado prevé tasas de interés empardando el nivel
inflacionario, el dólardejaría de ser un problema. Para LCG, terminará
el año en $16,50, prácticamente la misma cifra que proyecta Broda ($17).

«Mi pronóstico para 2016 -aun con la incertidumbre que genera el
programa monetario y fiscal- es que el PBI caerá un 1,5%», afirmó Broda,
en línea con la mayoría de sus colegas.

«Uno de los riesgos a evaluar es lo que le sucedió a Brasil en los años
2007, 2008, 2010 y 2011, cuando mantuvo tasas de interés elevadas,
auspició la llegada de capitales golondrinas y ahora que se fueron
su economía sufre», advirtió Rossi.

Por estas horas podrá asegurarse que Macri obtuvo un espaldarazo
político clave para su administración,
tan contundente como impensado hace tres meses. 

Sin embargo, no tendrá demasiado tiempo para disfrutar. Las urgencias económicas lo esperan.

A diferencia de la trama política, en este plano pareciera haber
menos lugar para las sorpresas. El escenario aún luce complicado.

Fuente: IProfesional

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