18-11-20 Donald Trump ordenó una nueva retirada de las tropas de Afganistán e Irak, a culminar antes de que abandone el cargo el 20 de enero. El Pentágono anunció la reducción de las fuerzas de 4.500 a 2.500 en Afganistán y de 3.000 a 2.500 en Irak, con fecha tope de mediados de enero.
Hasta ahora los generales se han resistido a una reducción drástica, y el presidente despidió la semana al anterior secretario de Defensa, Mark Esper, después de que este se opusiera a esta desescalada.
Una de las principales promesas de Trump en esta campaña electoral que ha perdido fue acabar con todas las guerras y replegar a todos los soldados. Pero, al término de esa misma campaña, Esper, el exjefe del Pentágono envió un memorando clasificado a la Casa Blanca afirmando que era una recomendación unánime de la cúpula militar que no se redujera más el número de tropas en Afganistán hasta que se cumplieran ciertas condiciones de seguridad en ese país.
Esta premura de Trump por acabar las dos guerras que abrió George Bush tras los ataques terroristas del 11-S no está sentando del todo bien entre los republicanos en el Capitolio. El líder de la mayoría conservadora en el Senado, Mitch McConnell, advirtió el lunes sobre las posibles consecuencias de una rápida retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán, diciendo que «dañaría a los aliados».
A pesar de todo —de la caída del régimen de los Talibán y de Sadam Husein, de la muerte de Osama bin Laden, del declive del «califato»— a EE.UU. le ha resultado imposible poner fin del todo a esas dos guerras. Bush cantó victoria en ambas. Barack Obama anunció repliegues que no se cumplieron. Y Trump ha peleado con sus propios generales para lograr una retirada completa. Ya en septiembre, ordenó una drástica reducción del número de soldados en Irak, de 6.000 a 3.000. En realidad esos soldados están desde 2011, año oficial del final de la Guerra de Irak, solo en labores de entrenamiento y apoyo.
Fuente : ABC