Dólares por precios: el nuevo «toma y daca» para controlar la inflación


5 agosto, 2022


ECONOMÍA

Sergio Massa puso en marcha su gestión al frente del Ministerio de Economía. Luego de anunciar las primeras medidas, se reunió con su equipo para revisar las prioridades de cada área. La inflación aparece como el desafío principal de los funcionarios entrantes. La apuesta central es equilibrar las cuentas del Estado, reducir la emisión monetaria y de esta manera soportar la presión devaluatoria sin dar un salto brusco en el tipo de cambio. La Secretaría de Comercio, que tendrá a cargo el monitoreo de las importaciones, pondrá la lupa en que los dólares que se entregan a cotización oficial tengan impacto en los precios que se reflejan en las góndolas.

El sentido de los primeros movimientos revelan que la prioridad absoluta es evitar un salto abrupto en el tipo de cambio. El economista al que más escucha Massa, lo puso en palabras: “Es la peor opción, es hacer a la mayor parte de los actores económicos más pobres en dólares. Devaluar es que alguno se coma el ajuste. No se dice así, pero es así”, sostuvo en una charla que brindó esta semana el titular de la consultora PxQ, Emmanuel Álvarez Agis.

En el Gobierno hay cierto consenso de que una devaluación del calibre que piden algunos sectores de la economía generaría una espiral inflacionaria. Pese a que hasta ahora el Banco Central no dio el brazo a torcer sobre la cotización oficial, el índice de precios al consumidor detuvo su caída y se espera, de acuerdo a lo que anticipan consultoras privadas, que el dato de julio esté por encima del 7%.

Las remarcaciones más fuertes llegaron a partir de la incertidumbre que enfrentaron los industriales ante las complicaciones para acceder al Mercado Único Libre de Cambios a la hora de reponer insumos. La idea es con un colchón mayor de dólares, que llegaría por el anunciado adelantamiento de exportaciones y la puesta en marcha de los créditos de los multilaterales, brindar certezas sobre el costo de reposición.

De esta manera, buscan que esto también funcione como un ancla en las expectativas y concretamente, que se refleje en los precios de las góndolas. Con la llegada de Matías Tombolini, la Secretaría de Comercio reúne ahora una serie de competencias que no tenía anteriormente, fundamentalmente vinculadas al Comercio Exterior. Esto le abre la puerta a tener una visión conjunta de lo que sucede en torno a las importaciones y la dinámica local de los precios.

En esa línea, operaría un “toma y daca” de dólares y precios. Es decir, quienes se lleven dólares a cotización oficial, deberán demostrar que eso se refleja en la estructura de costos y posteriormente en los precios que pagan los consumidores. Apuntarán también a monitorear los comportamientos de sobrestockeo y garantizar el debido abastecimiento en todos los puntos de venta.

En declaraciones radiales, Matías Tombolini anticipó que, con la idea de generar referencia en un momento de fuerte dispersión de precios, se relanzará el programa Precios Cuidados. “Vamos a juntarnos con las cámaras de supermercados, los distribuidores y las bocas de proximidad. La idea es levantar el nivel de compromiso de los que participan, queremos que tenga la impronta que tuvo en 2014 y 2015”, dijo el funcionario.

Como anticipó Ámbito, el titular del Palacio de Hacienda lanzó un control mucho más estricto de las importaciones que se operará a través de la Aduana. En ese sentido, se puso bajo la lupa las maniobras de triangulación que podrían derivar en subfacturación de exportaciones y subfacturación de importaciones. Un negocio de brecha cambiaria que acelera la salida de dólares del Banco Central. En concreto, se trabaja sobre unas 13 mil operaciones de 722 empresas por más de u$s 1.250 millones.

El objetivo es dar un uso más eficiente a las divisas que por estas horas son un recurso escaso. Es decir, que cada dólar que salga de las reservas a cotización oficial se utilice para producir y generar empleo en el país. Más allá de las empresas que deberán explicar su posición frente al organismo oficial, según explicó Guillermo Michel, es generar “una percepción de riesgo futuro», para cortar con ese tipo de conductas.

 

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Con información de Ámbito

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