Cristina ahora relativiza su paso al costado de cara a las elecciones 2023


28 diciembre, 2022


Política 

Cristina Kirchner negó en Avellaneda que haya renunciado a una candidatura en las elecciones del año próximo y afirmó que lo que hubo fue una proscripción por parte de la Justicia. «No hubo ni renunciamiento ni autoexclusión, lo que hubo fue proscripción», dijo en un acto junto a Axel Kicillof y Jorge Ferraresi, en el que se inauguró un polideportivo en homenaje a Maradona, que abrió una insólita polémica con Juntos que se alineó con Messi.

La cuestión electoral fue el primer punto del discurso de Cristina durante la inauguración de un polideportivo en Avellaneda. Apenas empezó a hablar negó que sus expresiones tras la condena por la causa Vialidad significaran un renunciamiento a una eventual candidatura la militancia enloqueció y comenzó a cantar «¡Cristina presidenta!».

Sorprendida -o no- la vice buscó calmarlos. «No era eso lo que quería decir. No sean malos», dijo y argumentó que el único renunciamiento en la historia Argentina fue el de Eva Perón. «Acá no hay ni renunciamiento, ni autoexclusión. Esto es proscripción», afirmó. Jugó así con la idea de un regreso a su candidatura presidencial, acaso insinuando que cuando se retiró de la pelea electoral del año próximo lo anunció bajo el efecto del enojo que le causó la condena de la causa Vialidad. O no. Con Cristina nunca se sabe.

Como sea, dijo que la proscripción es un elemento fundamental «en el disciplinamiento hacia el conjunto de la dirigencia política para que nadie se vuelva a animar a tanto». Mencionó la recuperación de las AFJP, la estatización de la petrolera YPF, la Ley de Medios y las mejoras en la distribución del ingreso, repasados como logros de sus dos mandatos como presidenta. No celebró ninguna acción del gobierno de Alberto.

De hecho, al hablar del efecto disciplinador que la proscripción tiene sobre la política aprovechó para cuestionar a Alberto Fernández. «En estos días de días de dimes y diretes con la agrupación política a la que yo llamo amague y recule, y que es anecdótico pero que sirve para ejemplificar el efecto disciplinador», dijo.

Hizo así referencia al giro de Alberto Fernández en la pelea con la Corte Suprema por la coparticipación. Es que tras el fallo de la Corte Suprema, el Presidente reunió a gobernadores con quienes acordó desodebecer el fallo. Sin embargo, apenas 48 horas más tarde decidió acatar el fallo y pagar al gobierno porteño en bonos.

Cristina hizo un repaso por la historia reciente de la polémica por la coparticipación que recibe la Ciudad. Recordó que durante su presidencia Macri modificó por decreto simple el reparto de fondos cediéndole más recursos a la Ciudad. También narró que Alberto también modificó ese reparto en favor de la provincia de Buenos Aires vía decreto, pero aclaró que después hubo una ley aprobada en el Congreso que consvalidó ese decreto. «Ahora es insólito que la Justicia suspenda una Ley. El Poder Judicial sólo puede declararla inconstitucional y no aplicarla, pero suspenderla es imposible», dijo.

Allí fue cuando apuntaló a Horacio Rodríguez Larreta como el candidato de la oposición para la presidencia. «Le van a dar para la campaña electoral al jefe de Gobierno que seguramente va a ser el candidato de la oposición», dijo.

También trazó algunas comparativas de lo esos fondos que recibirá la Ciudad significan para algunos distritos de la provincia. Dijo que suponen seis presupuestos de Avellaneda y que lo que la Ciudad gasta en helechos y ornamentación es igual al presupuesto de un año de Quilmes.

«Es necesario, más allá de que a todos nos gustan las redes y Twitter, bajar y tomar contacto con el barrio y hablarle a la gente. No estemos mirando al cielo para que alguien baje mágicamente a decirle lo que hay que hacer»

La vicepresidenta recordó además la cena de Ensenada con dirigentes del kirchnerismo, apenas unas horas después del fallo en su contra. «Allí dije que cada compañero tiene su bastón de Mariscal en la mochila. Sáquenlo. Y no le pidan permiso a nadie para sacarlo. En todo caso si se equivocan pidan perdón, pero no le pidan permiso a nadie», planteó.

También hizo algunos cuestionamientos internos, sin indicar hacia quién iban dirigidos. «Es necesario, más allá de que a todos nos gustan las redes y Twitter, bajar y tomar contacto con el barrio y hablarle a la gente. No estemos mirando al cielo para que alguien baje mágicamente a decirle lo que hay que hacer. Por que cuándo éramos jóvenes nadie nos dijo lo que había que hacer».

También hubo críticas para el diputado Gerardo Milman, hundido en un escándalo que salpica a Patricia Bullrich. Al referirse a su caso, Cristina recordó el episodio por el cual el ex diputado Juan Ameri debió renunciar a su banca tras protagonizar una escena erótica con su novia mientras que la Cámara baja sesionaba por videoconferencia.

La mención del caso por parte de la vicepresidenta fue para referirse a la «doble vara» que, afirma, existe para juzgar los actos de dirigentes peronistas y los de no peronistas.

«Voy a ser un poquito grosera», advirtió Cristina antes de recordar el episodio de Ameri. Más tarde también mencionaría esa «doble vara», al recordar el desafuero de Julio de Vido cuando ejercía como diputado de la Nación.

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Con información de LPO

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