Las pruebas genómicas han demostrado que la variante Delta es responsable del 90% de los casos de covid-19 en Israel, un repunte de 60% respecto a hace tres semanas.
El primer ministro, Naftali Bennett, y el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, tenían previsto reunirse para abordar la situación y sopesar la introducción de nuevas restricciones.
La semana pasada, Israel volvió a imponer el uso del tapabocas en lugares públicos cerrados y reforzó los controles en aeropuertos. Las autoridades estarían sopesando además la posibilidad de inyectar una tercera dosis de la vacuna a personas en grupos de riesgo para potenciar el sistema inmunológico y evitar una mayor propagación de la enfermedad.
Sin embargo, Ran Balicer, presidente del panel nacional de expertos en covid-19 de Israel, subrayó que era “demasiado pronto para evaluar con precisión la eficacia de las vacunas contra la variante”, identificada por primera vez en India en abril y que se está esparciendo en todo el mundo.
Balicer, también director de innovación de la mutua sanitaria Clalit, dijo que la aparición de la variante como mutación dominante ha provocado un “cambio masivo en la dinámica de transmisión”.
El despliegue de vacunas en Israel, que comenzó en diciembre, ha sido uno de los más rápidos del mundo, lo que ha convertido al país en un caso de estudio.
Aproximadamente la mitad de los casos diarios se dan en niños, y la otra mitad en adultos, en su mayoría vacunados.
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