La pobreza en Argentina roza el 52%


15 abril, 2024


Actualidad/Economía.

Con los valores oficiales de enero-marzo de la canasta básica total informados el viernes por el INDEC, la tasa de pobreza para el primer trimestre de 2024 seria del 51,8%, según los cálculos de Martin Gonzalez-Rozada, profesor titular del Departamento y Director de la Maestría en Econometría e investigador en la Universidad Di Tella. Proyectado a todo el país son 24 millones las personas que están por debajo de la línea de pobreza.

Las estimaciones de Rozada suelen confirmarse, como dice él mismo, con “un muy pequeño margen de error” en más o en menos con relación a los números definitivos que luego informa el INDEC.

La medición de la pobreza por ingresos surge de comparar los ingresos de las personas y familias (laborales y no laborales, entre ellos las ayudas sociales) con el costo de la canasta de pobreza de cada región. En la Región Metropolitana, la canasta familiar básica de pobreza (familia tipo con 2 hijos) a marzo costó $ 773.385, sin tomar en cuenta el alquiler.

Este salto en el nivel de pobreza en apenas tres meses se produjo por la devaluación en el arranque del nuevo Gobierno y el fuerte aumento del valor de la canasta básica (56%, por encima del 51,6% de la inflación promedio) entre enero y marzo, con los ingresos de la población trabajadora, jubilados, cuentapropistas y pequeños profesionales y comerciantes incrementándose muy por detrás de esos porcentajes en los tres primeros meses completos de la gestión de Javier Milei.

Con un agregado no menor: el 51,8% tiene incorporado que en el arranque del primer trimestre las personas y familias disponen del medio aguinaldo. Sin ese “extra”, la pobreza suele ser superior en el segundo trimestre lo que podría manifestarse en la próxima medición trimestral.

Con relación a un año atrás, suman más de 13 puntos o 6 millones de nuevos pobres respecto del primer Trimestre de 2023 cuando la pobreza fue del 38,8%.

En consecuencia, se reforzó el empobrecimiento de los trabajadores ocupados en todas las modalidades laborales (registrados y no registrados), en relación de dependencia o independientes, y en los que desempeñan por cuenta propia por el rezago de los ingresos de los hogares frente al fuerte incremento de la inflación. Y por la mala calidad del mayor empleo (asalariados y cuentapropistas informales, sin aportes jubilatorios y también entre los trabajadores registrados).

Por ejemplo, en el primer trimestre el Salario Mínimo, Vital y Vital (SMVM) aumentó un 30% versus una inflación del 51,6%, una caída real del 14,2% en este primer trimestre 2024. Las jubilaciones y pensiones se mantuvieron sin aumento en enero y febrero y sólo tuvieron en marzo un aumento del 27,18%%, incluido el bono, en relación a febrero.

Además, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) informó una fuerte caída de los ingresos por Asignaciones Familiares; Prestación por Desempleo; el plan Potenciar Trabajo y otros programas sociales. Y el salario real de los trabajadores registrados, con aportes a la Seguridad Social, en la medición del RIPTE, arrojó una caída del 19% de noviembre 2023 a febrero 2024.

Ya con un 38,8% de pobreza un año atrás, los nuevos pobres provienen de la clase media, en especial por la disparada de los precios propios de ese sector social. Como informó este viernes Clarín, en base a los datos del INDEC, en los primeros tres meses de este año, versus una inflación promedio del 53,2% en la Región Metropolitana, rubros como Electricidad, gas y otros combustibles subieron 121,1%, el Gasto de prepagas subió el 105,4% ( el doble del promedio), Servicios de telefonía e internet + 84,2%, servicios de Cuidado personal + 82,9%, Educación + 70,3 % y Servicios recreativos y culturales + 55,7%.

De aquí se desprende que una parte de la clase media pasó a engrosar los sectores vulnerables, otra parte pasó a la pobreza, y los que ya eran pobres se sumaron a la indigencia o pobreza extrema.

A esto se agrega el aumento de la desigualdad de ingresos (se viene ampliando la brecha entre los que más y menos ganan) y la caída de los niveles de empleo por la fuerte recesión, en particular por la casi completa parálisis de la obra pública y despidos en el sector público.

Para este segundo trimestre, los ingresos de la población dependerán de los niveles de empleo, afectados por la recesión y las cesantías en el sector público, los aumentos en jubilaciones y prestaciones sociales y lo que se acuerden en las paritarias. Por el lado del gasto de los hogares, el impacto vendrá de los fuertes ajustes tarifarios como en gas, luz, agua y transporte que impactan en varios puntos en las tasas de inflación.

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Con información de Clarín

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