Carlos Stornelli solicitó el procesamiento del ex secretario de Comercio kirchnerista
a mentira del kirchnerismo sobre los índices de inflación es un delito que puede llevar a su ejecutor, Guillermo Moreno, a la cárcel. El fiscal Carlos Stornelli pidió procesar a Moreno, el otrora poderoso secretario de Comercio Interior, por falsificar los datos de la inflación desde 2006, colocar un programa informático que ponía topes a los registros de precios, para que el sistema no los advirtiera, abusar de sus deberes y violar el secreto estadístico. Lo acusó de graves delitos que se castigan con hasta seis años de prisión.
Además de a Moreno, Stornelli pidió procesar a Beatriz Paglieri, su mano derecha en el Indec y a los ex funcionarios, Ana María Edwin, María Celeste Campora Avellaneda y Marcela Filia, según el dictamen al que accedió LA NACION.
El fiscal pidió al juez federal Rodolfo Canicoba Corral ampliar la investigación por las consecuencias que tuvo la manipulación del Indice de Precios al Consumir para los tenedores de bonos ajustados por CER y porque significó una alteración de los indicadores de pobreza e indigencia durante el kirchnerismo.
La situación judicial de Moreno tiende a complicarse. La semana pasada fue condenado a dos años y medio en suspenso por imprimir con dinero público cotillón anti Clarín.
Enfrenta otras causas por una votación violenta en una asamblea de accionistas Papel prensa, que intentó evitar y si este caso avanza al juicio oral puede significarle la prisión, dada la variedad y gravedad de los delitos de los que está acusado.
Stornelli pidió procesarlo por violación de secretos, abuso de autoridad, falsedad ideológica de un instrumento público y la destrucción de documentos oficiales.
El fiscal reunió las conclusiones de su investigación en 361 páginas en las cuales reprodujo testimonios, sintetizó tres peritajes, memos internos del Indec, mails entre los empleados que revelan las maniobras que se realizaron para conocer los comercios que iba a relevar los encuestadores, de modo de apretarlos para que bajaran los precios, la utilización de un parche informático que colocaba topes de precios, las órdenes dadas para que se desestimen del cálculo del Indice de Precios al consumidor los registros que no coincidieran con los precios máximos fijados por el Gobierno.
Así, por ejemplo, si el Gobierno había fijado un precio del pan de 2,5 pesos, no se computaba otro precio. Lo mismo ocurrió con los precios de las verduras, hotelería y prepagas. En las verduras se tomó un promedio de las variaciones, en la hotelería se desestimaron los valores reales y en las prepagas se ordenó solo considerar las que funcionaban con copagos.
El fiscal Stornelli dio por probado que Moreno montó la maniobra para controlar el Indice de Precios al Consumidor de modo que fuera menor al que debería ser. El ex secretario de Comercio, «desplegó actos en abuso de sus funciones que consistieron en el hostigamiento desplegado hacia funcionarios del Indec para que estos aportaran información amparada por el secreto estadístico o que correspondía a información estrictamente estadística», dijo.
Las maniobras en el Indec
Moreno hostigó a Lelio Marmora, Clyde Charre De Trabucchi y a Graciela Bevacqua, entonces en el Indec, para acceder a datos estadísticos secretos. Beatriz Paglieri mandaba a fotocopiar formularios de encuestas de relevamiento de precios para la elaboración del Indice de Precios al Consumidor y se los daba a Moreno. A ambos los acusó de «la manipulación de los cálculos de los índices de Precios al Consumidor que se consumara por lo menos entre enero y junio de 2007″ y que tenían un único fin: conocer los datos del Indec y su metodología de trabajo para influir decididamente en las mediciones del Indice de Precios al Consumidor y lograr con ello un resultado más bajo del mismo». Paglieri, a su vez, adulteró los índices de Precios al Consumidor Capital y Gran Buenos Aires al menos los correspondientes a enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio de 2007 para bajarlos.
La primera etapa de la maniobra fue de asedio de los funcionarios, en especial es recordado el caso de Graciela Bevacqua. Y una segunda etapa se concretó tras el alejamiento de estos funcionarios de carrera. «Frente a la resistencia de los funcionarios del Indec de acceder a las requisitorias de Moreno, Beatriz Paglieri, quien hasta ese momento era asesora de la ministra Miceli, conocida de antaño por Moreno y quien había transitado varios estamentos de esa cartera, fue trasladada al organismo estadístico con claras misiones: intervenir en la conformación del Indice de Precios al Consumidor del GBA y lograr que sus mediciones más bajas que las que se estaban informando, fueran el reflejo más o menos semejante a los acuerdos que el gobierno de ese entonces, de la mano de Guillermo Moreno tenía con ciertos rubros de comerciantes», describió Stornelli.
Paglieri tenía un cuaderno donde Moreno le había escrito cuales eran sus misiones en el Indec. Lo aportó a la causa. Las instrucciones «se correspondían nada más y nada menos con los señalamientos de Moreno sobre ciertos rubros de medición del Indec, respecto de los que cuestionaba su medición y trataba su reformulación», dijo el fiscal.
Un testigo declaró que le indicaron «crear un parche al programa de cálculo para poder ignorar datos relevados cuando se solicitase, así como también introducir dicha modificación al programa de generación automática de comunicados de prensa que reflejara tales modificaciones». De ese modo se permitía poner topes en los distintos rubros que componen el índice de precios del GBA y colocar variaciones determinadas, permitiendo determinar el valor del rubro según lo decidiera el operador.
Con estos elementos, el fiscal pidió procesar a Moreno y a Paglieri. Ahora la decisión es del juez Canicoba Corral.
Memorándum secreto
En pleno debate sobre la manipulación de precios del Indec, Guillermo Moreno le mandó un memorandum secreto a Felisa Miceli, ministra de Economía donde le explicaba como estaba dibujando el índice de precios al consumidor.
El fiscal Carlos Stornelli reprodujo ese texto al pedir la indagatoria de Guillermo Moreno y Beatriz Paglieri:
A: Señora Ministra de Economía y Producción. Lic. Felisa Miceli
De: Señor Secretario de Comercio Interior. Lic. Guillermo Moreno
Asunto: Algunas consideraciones sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mensualmente publica el INDEC
«El presente Memorándum, tiene por objeto señalar algunos elementos constitutivos del IPC, cuya incidencia en general tiende a sobreestimar el incremento generalizado de los precios (inflación), que se da al interior de la economía argentina.
Para facilitar la lectura del presente, se fragmentó en acápites específicos y se generaron los comentarios pertinentes.
1. Sobre el Pan Francés Tipo Flauta (medición por kilo).
Ante el incremento del precio del pan, se acordó con la Federación Argentina de Panaderos (propietarios de panaderías), un precio de referencia de $2,50 en pan francés tipo flauta de hasta 8 piezas el kilo.
Dicho acuerdo, realizado durante el mes de mayo de 2006, debía disminuir el precio que computaba el Indec de 2,60 a 2,50 por kilo.
A su vez, es dable resaltar que se les solicitó a todas las cadenas de supermercados que hicieran una importante disminución del precio de dicho producto, al público consumidor.
Así fue como algunas cadenas (Carrefour) puso el producto a 1,50 y otras (Jumbo) a 2,10. Estos dos precios fueron el entorno inferior y el superior para los precios a los que se encontraba el pan francés en los distintos establecimientos pertenecientes a las diversas cadenas.
Durante los sucesivos meses, el pan no bajó para la medición del Indec sino que subió.
Ante esa situación, y dado que el precio en las cadenas de supermercados era evidente y contundente, (por las diversas solicitadas que publicaban habitualmente)), se procedió a relevar panaderías, para ver cuál era el precio que efectivamente comercializaban el producto.
Dicho listado comenzado el 20 de Junio y terminado el 16 de Septiembre, nos indica que 841 panaderías tiene en promedio, el pan a 2,50.
La nómina de panaderías, con su respectiva razón social y dirección, fue elevado a la Señora Ministra, para su posterior giro al Indec.
Finalmente, como el precio indicado por el Indec seguía subiendo, dicho organismo remitió una nota (septiembre de 2006) donde informaba que las mediciones solo se realizaban en negocios tradicionales, no computándose el pan que efectivamente compra la población en los supermercados, a precios sensiblemente menores.
En el Anexo N° I, se adjuntan listado de panaderías y el perjuicio en términos inflacionarios, que se causó por haber informado un índice superior, en un producto tan sensible como el pan, al que efectivamente se observa en el mercado a partir del consumo real de nuestra población.
2. Sobre el sector Turismo
Estas mediciones se efectúan, con una mayor ponderación sobre dos componentes principales que son:
a) Paquetes turísticos
b) Alojamiento turístico
a) Paquetes turísticos
Luego de las escandalosas subas registradas durante las vacaciones de invierno, el sector hizo un esfuerzo para acompañar las políticas gubernamentales.
En esta dirección, manifestaron su inquietud porque sabían que el Indec, media los paquetes turísticos al exterior.
Es obvio que «no hay ninguna política doméstica, (ni ortodoxa ni heterodoxa), que pueda influenciar sobre los precios que cobra la Ciudad de Cancún los paquetes receptivos»
Por más denodado esfuerzo que hicieran los operadores turísticos, para bajar el precio de sus paquetes, es natural que se encontraran con un no rotundo, cuando llamaban a los hoteles ubicados en el Caribe o en Europa.
La pregunta entonces, seria: ¿Los hoteles aumentan en Cancún y tenemos inflación en Argentina?
El impacto de dicha situación se observa en el Anexo N° II
b) Alojamiento Turístico
Durante el mes de enero de 2007, el Indec informa de un incremento del %40 en este segmento.
Según relevamientos propios y el efectuado por los operadores turísticos, y que se adjunta en el Anexo N° II, eso es absolutamente erróneo.
Es dable resaltar, que si las tarifas de los hoteles no tuvieron ese incremento para los operadores, que son los que mayormente ocupan las plazas disponibles de un hotel turístico, ¿Cómo lo podrían tener generalizadamente para el público usuario?
3. Sobre Medicina Prepaga
El acuerdo alcanzado con las empresas de medicina prepaga y que involucra a más del 90% del mercado, y que fue desarrollado conjuntamente con el Señor Héctor Capaccioli, a cargo de la Superintendencia de Servicios de Salud, consiste en:
a) Todos los planes de salud existentes al día de la fecha, solo aumentaron un 2% (mas co-pago). Por lo tanto, no puede existir ninguna empresa que informe que aumentó más del 2%.
b) Los nuevos planes integrales, aun no fueron autorizados, ni por la Superintendencia ni por Comercio.
Toda medición que exceda ese 2%, está mal realizada.
Las empresas de medicina prepaga, se comunicaron con sus beneficiarios a través de una solicitada, que salió en todos los medios masivos de comunicación. (Ver Anexo N° III).
4. Sobre los productos, que por su aparición en el mercado son denominados primicias.
El caso del durazno, se ajusta perfectamente a esta descripción.
En un momento determinado, del último cuatrimestre del año, se comercializa en el Mercado Central, las primeras cosechas de esta fruta, que vienen de Tucumán o San Pedro.
Naturalmente, por ser los primeros, su cantidad es muy exigua. Se los llama primicia y presentan un precio exorbitante, que hace que su medición orille entre el 50% y el 80% de incremento.
Dos o tres semanas después, cuando entra la producción masiva, el precio se derrumba.
Ahora bien, en el mes donde se vende la primicia, supongamos segunda quincena de septiembre, hay un impacto en el IPC, nada desdeñable que perturba el indicador del mes.
Esto se resuelve simplemente esperando que la oferta alcance su nivel, producto de la propia estacionalidad del ciclo productivo. (Ver impacto en el Anexo N° IV).
5. Sobre servicio domestico
Con una ponderación del 1,38%, el Indec considera que si una sirvienta pasa de ganar de 5 a 6 pesos la hora, la incidencia en la inflación Argentina es de 0,276.
Obviamente, como reza la publicidad gubernamental, «no le hagamos un monumento sino pongámosla en blanco», no se trata de un bien o servicio que se adquiere en el mercado, sino que es a todas luces un «trabajador» que se contrata.
Si no fuera así, todo aumento de salarios seria inflacionario, cuando en realidad todo aumento de salarios lo que presenta es un «impacto distributivo».
Como están planteadas las cosas, esta Secretaría debería desear, que al personal doméstico se le baje el sueldo, así nos ayudan en la política de estabilización.
6. Sobre la Indumentaria
Si bien es cierto que la medición referenciada como ropa exterior, es metodológicamente muy problemática, es ciertamente llamativa la información provista por el Indec.
Durante el mes de Julio del año 2006, 9 ítems (ver Anexo N° V) tuvieron un mismo índice de deflación 4,6.
Esos mismos productos, en septiembre de 2006, tuvieron aumentos de una envergadura tal, que solo ellos explicaron el 10% de la inflación del mes (0,9%).
Esto implicaría, que la inflación de septiembre podría haber sido 0,8%.
Cuando en el Anexo N° V se observe el detalle de las prendas en cuestión, se apreciará lo notable de la información.
¿Entre otras cosas, como una bermuda para niño aumenta 44,4% y una bermuda para hombre el 11,2%? ¿Una remera para niño 33,7% y una remera para hombre un 18,8%?
7. Sobre el componente Verduras
Durante el mes de diciembre de 2006, se produjeron algunos hechos meteorológicos (tornados, granizo, etc.), que perjudicaron el cinturón verde del conglomerado Buenos Aires y sus zonas de influencia.
Bajo estas circunstancias, la oferta de lechuga y otros productos de hoja verde, como así también ciertos tubérculos se vio resentida.
Si la muestra se hubiera repartido proporcionalmente durante el mes, el impacto de esta situación hubiese sido morigerado. (Ver Anexo N° VI).
Como la muestra se concentró en la última quincena del mes de diciembre de 2006, este impacto se sobredimensionó, llevando la inflación a 0,97% en dicho mes.
Es dable resaltar que, en la primera semana de diciembre de 2006 la inflación había sido 0,5; en la segunda 0,6; en la tercera 0,77 y en tres días hables de la última semana del año, llegó al mencionado 0,97. (Explicado fundamentalmente por la lechuga).
Este proceso se acelera en la primer semana de enero de 2007, llegando el aumento de la lechuga al 166% y ubicándose en la segunda semana en 145,6%.
Si a esto le agregamos el aumento de 34% en el tomate redondo, el 44,6% en el zapallito obtenemos una incidencia inflacionaria de 0,4%.
Si a su vez, le agregamos el limón con 95% de aumento, sintetizamos una suba de prácticamente el 0,5.
Modificar esta situación, que a todas luces no presentan ningún elemento sistémico, sino simplemente un hecho fortuito (fenómenos climáticos), es una decisión política/metodológica que tiene que tomar el director del área recurriendo a su simple sentido común.
Esta conducta es habitual, en todos los países que presentan registros continuos y permanentes, de sus hechos económicos.
Todos sabemos que en todos los mercados de capitales del mundo, cuando una acción tiene un alza o una baja que supera el 15%, se quita de la rueda para analizar lo que está aconteciendo.
Fuente: La Nación