Sin el voto electrónico alcanza para construir 200 casas del IPV


17 noviembre, 2020


17-11-20 Más allá de los planteos sobre transparencia y legalidad, el sistema electoral local es caro. El cambio a la boleta única de papel traería un ahorro de al menos $400 millones.

Estimaciones que se hicieron en los partidos políticos que proponen eliminar el voto electrónico en la provincia coinciden en que para 2021 ese sistema tendría un costo de entre 880 a 1.250 millones de pesos para el Estado salteño. La votación con papel (en las agrupaciones políticas piden la boleta única de papel) costaría no más de la mitad: el ahorro sería de unos $400 millones.

Sin entrar, todavía, en la discusión de las fundamentadas dudas sobre la legalidad y transparencia del voto electrónico, los fondos previstos para sostener el polémico método electoral instaurado en Salta desde 2009 podrían utilizarse en obras públicas más que necesarias para una población que viene relegada desde hace años en ese ámbito.

En un rápido cálculo, los $400 millones servirían, por ejemplo, para construir unas 200 casas como las que edifica el IPV. El costo de construcción de esas viviendas sociales ronda los dos millones de pesos por unidad, según estimaciones del Consejo Profesional de Agrimensores, Ingenieros y Profesiones Afines (Copaipa).

En noviembre del año pasado la Cámara baja de la Provincia dio media sanción a un proyecto para reemplazar al voto electrónico con la boleta única de papel y derogar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) a partir de 2021.

O esos recursos podrían solventar la construcción de 10 jardines de infantes, como los que la Nación quiere construir en Salta durante 2021, a un costo aproximado de $40 millones cada uno, según lo especificado en el proyecto de Presupuesto Nacional para el año próximo.

El ahorro podría servir para cubrir un tercio de lo que se prevé invertir en la vallista ruta nacional 40, para pavimentar unos 40 kilómetros, de acuerdo al convenio que firmó recientemente el gobernador Gustavo Sáenz con el director de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta. En un razonamiento contrafáctico se podría especular que la abandonada ruta que une los Valles Calchaquíes estaría totalmente pavimentada en la parte salteña si el dinero que se usó en la última década para el voto electrónico hubiese tenido otro fin.

Son prioridades, como bien plantearon los legisladores provinciales consultados para la edición de ayer de este diario.

Dudas técnicas

Hay una profusa bibliografía especializada sobre las vulnerabilidades del sistema de votación electrónica. Países como Alemania, Finlandia y Holanda utilizaron esos argumentos para prohibir el voto electrónico. Pero en Salta también se habló mucho de los peligros del método electoral local.

Para citar algunos de los planteos, vale recordar el estudio que hicieron expertos informáticos que fueron convocados a Salta en 2015 por el entonces presidente del Concejo Deliberante Capitalino, Ricardo Villada, quien a principios de este mes manifestó ante senadores que la postura del Ejecutivo es mantener el voto electrónico en los comicios de 2021.

«Hay peligro de vulnerabilidad desde el primer paso hasta el último en el sistema de voto electrónico de Salta», dijo aquella vez en su análisis Julián Rousselot, director de Informática de la Universidad Argentina de la Empresa y titular del Sindicato Único de los Trabajadores Informáticos.

«Desde el punto de vista técnico hay muchas fallas», explicó en esa oportunidad Pablo Timpanaro, consultor internacional doctorado en Ciencias de la Computación con orientación en Seguridad Informática. «Primero lo maneja una empresa privada y no podemos auditarlo. Cualquier ciudadano no puede saber cómo funciona el código fuente y aunque tengamos la capacidad técnica para auditarlo, no podríamos», afirmó.

 

Fuente : El Tribuno

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