“Será un poco difícil al principio que los turistas de Francia vuelvan a visitar la Argentina”


18 noviembre, 2021


Entrevista a Patrik Renard, cónsul general de Francia en Argentina y Paraguay. 

Patrik Renard tiene una amplia experiencia diplomática. Después de ser cónsul general en tres países de Asia Central -Kazajistan, Kirguistán y Tayikistán- llegó al país para ser el cónsul general de Francia en Argentina y Paraguay. El martes llegó a la provincia y durante su estadía visitó la redacción de El Tribuno. Está en Argentina desde hace tres meses y su labor consiste en visitar a todos los cónsules honorarios que existen en el país. Actualmente esa red está conformada por 17 representantes, de los cuales ya conoció a más de 10. Durante la entrevista contó cuáles son las distintas acciones impulsadas por el gobierno francés, la relación con la comunidad francesa en la provincia, el vínculo estrecho que existe entre ambos países y cuál fue el impacto de la pandemia.

Lleva tres meses como cónsul general en el país y es su primera vez en Salta ¿Qué me puede contar de esa experiencia?

Es muy interesante, porque la situación es muy diferente entre las provincias. Por ejemplo, en Salta la comida francesa es un poco más amplia que en Jujuy. En la provincia tenemos aproximadamente 300 personas viviendo acá. No sabemos exactamente cuál es la cantidad porque tenemos un registro oficial pero no es obligatorio, por lo cual no sabemos la cantidad exacta.

¿Cuál es el rol del consulado?

El rol del consulado es ayudar a la comunidad francesa y también a los turistas franceses que vienen a Argentina y hay muchísimos. Hay aproximadamente 150 mil turistas franceses que visitan el país.

Salta, antes de la pandemia, tenía muchísimos visitantes de su país…

Me dijeron que excepto los turistas de países limítrofes los franceses que vienen a la provincia ocupan el primero o segundo lugar en cantidad.

¿Por qué piensa que existe esa conexión entre Francia y Salta?

Porque el típico turista francés busca paisajes, cultura, vinos y gastronomía, y Salta es un buen lugar para hacerlo. Los paisajes son increíbles y también hay una gastronomía muy desarrollada, con una gran cultura. Es una mezcla de todos esos factores que explican la posibilidad de los turistas franceses para llegar a la Argentina.

¿Cómo llegó a la carrera diplomática?

Yo fui profesor de Letras y de Comunicación, después abracé la carrera diplomática. Durante mi vida tuve diferentes cargos en Rusia, Polonia y Kazajistán.

Al tener un cargo diplomático no puede hablar sobre política, pero me gustaría que cuente cómo ve las relaciones bilaterales entre Francia y Argentina.

Las relaciones bilaterales son muy buenas entre Argentina y Francia, y siempre fue así. Tenemos muchas colaboraciones entre ambos países, con las ciudades y las provincias, pero también cooperaciones múltiples con las universidades. Tenemos 350 convenios entre las universidades francesas y argentinas. También hay intercambios en el ámbito cultural, científico y comercial, pero es un poco difícil con la situación económica argentina. Hay poca inversión de empresas francesas en el país. No hay nuevas empresas, las que están son las que invirtieron en los años 90 y 2000. Con la crisis del 2001 era más difícil para un inversor extranjero venir al país a invertir, porque la situación era un poco inestable y es difícil porque tiene que ver la perspectiva y anticipar lo que puede pasar.

¿Pudo interiorizarse sobre la comunidad francesa que hay en Salta?

En mi llegada tuve una recepción con la comunidad francesa y fue muy interesante saber por qué las personas se vinieron a la Argentina, poder conocer qué hacen. La comunidad francesa en Salta está bien integrada. Hay franceses que vinieron con el fin de la Guerra de Argelia, porque Argelia fue un departamento francés hasta 1962. Después cuando declara su independencia muchos se fueron a Francia y fue muy difícil la integración, es por eso que buscaron un lugar para hacer lo que hacían en Argelia, que es la agricultura, y la Argentina era un buen lugar para hacerlo. Esa es la razón por la que hay una pequeña comunidad que vino a la Argentina para hacer agricultura, es una historia muy interesante. Son personas que están bien integradas. Ahora hay un desafío, y es sobre las generaciones siguientes que no hablan muy bien francés. La primera generación habla, pero la segunda y la tercera ya no.

¿Por qué piensan que pasó esto?

Pienso que al principio fueron muchos los varones que vinieron a la Argentina y se casaron con una argentina. Después, hablaban en la casa en español y se fue perdiendo el idioma francés con la segunda generación. Esa es la realidad, es una inmigración muy antigua que comenzó en el fin del Siglo XIX. En Buenos Aires es más fácil que mantengan el idioma porque hay dos liceos franco-argentinos y así se facilita mantener el idioma con sus hijos. En Salta eso es más difícil.

Argentina siempre tuvo una muy buena cantidad de turistas franceses que llegaban al país antes de la pandemia. Hace poco se volvieron a abrir las fronteras ¿Usted cree que es posible que se recupere esa cantidad de visitantes?

Yo pienso que va a ser un movimiento lento porque es muy difícil, ya que Argentina está lejos de Francia y el boleto aéreo es altísimo ahora. Más de mil euros por tramo y hay menos vuelos que antes. Esa es la razón por la cual será un poco difícil al principio que los turistas regresen muy rápidamente. Generalmente hay un recorrido muy típico del francés que consisten en tres semanas en Argentina, donde visitan el sur y el norte del país. Además, la gente tiene miedo que las fronteras se vuelvan a cerrar porque con la pandemia no sabemos qué es lo que va a pasar y en Francia hay una quinta ola porque estamos en otoño. La gente mira los números de casos y la hospitalización y tienen miedo de ir lejos de su país. Es un freno muy importante para el desarrollo del turismo. También les preocupa que su vuelo se cancele o las fronteras se cierren y que sea difícil regresar.

¿Qué expectativas tiene sobre su nuevo cargo? ¿Qué impronta le quiere dar a su gestión?

Mi meta es visitar a todos los cónsules honorarios y conocer todas las provincias para tener todos los contactos de las autoridades, particularmente de seguridad y turismo para saber qué se hace cuando hay un problema, ese es mi primer objetivo. El segundo objetivo es sobre un programa que se llama Vacaciones y Trabajo que permite a un argentino durante un año visitar y disfrutar un poco de nuestros país y trabajar. Es una visa muy fácil de obtener ya que solo se necesita un boleto aéreo, tener 2500 euros en su cuenta bancaria y un seguro médico. Vamos a retomar este programa durante el principio del 2022.

¿Por qué quieren relanzar este programa?

Porque hay muchos sectores en Francia que necesitan la mano de obra extrajera como el sector hotelero, turístico, gastronómico, la construcción y la informática. Si hay personas que hablan un poco francés y quieren trabajar y al mismo tiempo visitar nuestro país, puede aprovechar este programa. Hay un problema con este programa y es que las personas no van a Francia pero si a España o Italia para buscar a sus antepasados y hacer la ciudadanía. Es por eso que vamos a identificar a personas que hablan un poco francés en Salta y todas las provincias de Argentina para que el programa sea más eficiente. Es una posibilidad para poder hablar bien francés y tener un buen trabajo. Después de la pandemia hay mucha gente francesa que no quiere trabajar en estos sectores.

Para finalizar…¿Qué se acuerda del momento en que empezó la pandemia?

Estaba en Francia y la primera ola fue muy difícil. Todo se cerró durante dos meses entre el 17 de marzo y mayo. Me acuerdo de esa fecha porque ese día se festeja San Patricio, que es mi nombre. Fue muy difícil porque las personas solo podían hacer compras un vez durante el día y teníamos dos horas para salir entre las 10 y 12 de la mañana. Después pudimos salir a hacer ejercicios pero solo un kilómetro a la redonda de tu casa y con un permiso especial. Fue increíble. Después se abrió un poco, cuando llegó el verano, y la primera ola fue terminando. En enero del 2020 comenzó la vacunación con las personas más ancianas de más de 60 años y después poco a poco se fueron vacunando. Pero en Francia tenemos un problema con los antivacunas.
Hay más o menos entre un 10 y 15 por ciento que no se quieren vacunar porque tienen miedo de las consecuencias. Es una excepción en Europa. Hay personas que son antivacunas y es la razón por la cuál es difícil vacunar a más gente, tenemos el 80% de la población adulta vacunada. Ahora el Estado decidió dar una tercera dosis para las personas más ancianas y las que se vacunaron en el primer trimestre del año porque la cantidad de anticuerpos bajó.

Fuente: el tribuno

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