La médica que fundó un gimnasio de culto
No es spinning. Tampoco es únicamente una clase de ciclismo dentro de un espacio techado. Como ejercicio, es más completo, porque se agrega el trabajo en el tren superior del cuerpo, con lagartijas, abdominales y coreografías. Se trata de Rockcycle, la nueva tendencia en actividad física que combina música, aromas y bicicletas fijas. Los establecimientos no son spas pero tienen rico olor y todo lo que necesita alguien que entra, va a pedelear intensamente por 45 minutos, bañarse y seguir con las actividades de su día.
Aunque no es una clase de danza, la música ocupa un lugar fundamental en la rutina: «Se pedalea al ritmo de las canciones. Para escalar (pedalear con mayor carga) se escucha hip hop, mientras que dance se usa para elevar la frecuencia cardíaca y quemar calorías», dice su cofundadora Valentina Sielecki. Habla como médica y como emprendedora.
Durante la entrevista viste un ambo azul oscuro, atuendo que corresponde a otra parte de su vida donde se encuentra terminando la residencia en cirugía general en el CEMIC. De su doble vida, cuenta: «Están 100% relacionadas, en el sentido en que ambas tienen como objetivo el bienestar. Pero en el día a día no se mezclan para nada», explica quien se considera «RockFounder» de la «RockFamily», una comunidad tan fuerte que tiene su propio lenguaje.
El negocio no para de crecer y cuenta con 33 empleados en sus cuatro estudios en San Isidro, Microcentro, Palermo Hollywood y Recoleta, más otros cuatro para la administración central. La inversión inicial implicó un desembolso de US$ 175.000 y este año proyectan facturar US$ 1 millón.
1 Una pasión fuerte es la mejor idea de negocio
Hace cuatro años, Sielecki vivía en Nueva York y amaba la disciplina que se había convertido en parte de su rutina diaria. En ese momento estaba trabajando en el desarrollo de negocio de una empresa de biotecnología. «Tenía tiempo para ir a las clases porque mi formación es dentro de un hospital, por lo tanto, trabajo con el ritmo rápido de atender a un paciente «ya» y otras tareas con la misma urgencia», cuenta la emprendedora.
Cuando decidió regresar al país, se dio cuenta de que iba a extrañar a la actividad que le daba tanta felicidad y la hacía sentirse renovada. Mientras tanto, se encontró con un amigo que estaba de visita en la Gran Manzana y le contó de su nueva pasión. Meses después, a él se le ocurrió la idea de llevar el modelo a la Argentina, donde no había nada parecido, y decidieron emprender en conjunto.
2 Liderar es armar equipo
Junto a su socio, Alan Brown, economista empresarial por la Universidad Torcuato Di Tella y contador por la UCEMA, empezaron por registrar el nombre. El próximo paso fue capacitar a los instructores de las clases en Estados Unidos, que ahora entrenan a otros.
«No nos interesa que sean profesores de spinning. Tienen que tener formación de Educación Física, pero, por sobre todo, una personalidad divertida y ser extrovertidos y energéticos. Muchos vienen de la danza, del teatro o del espectáculo, y es fundamental para motivar y transmitir la potencia de la clase», dice. Brown se ocupa de las operaciones del día a día y Sielecki de la visión estratégica, mientras que una directora general, Clara Lavalle, lo administra.
3 Crear una comunidad es mejor que buscar clientes
Las recepcionistas saben el nombre y el talle de las zapatillas especiales para rodar de los clientes. Muchos optan por comprar las remeras con calaveras que leen «Rock» como atuendo identificatorio. Es que, en la era de las cadenas de gimnasios, desde Rockcycle aseguran que buscan crear una comunidad y que no hay nada más lejano a entrar «pasando una tarjeta sin que te saluden». El trabajo en redes sociales es fundamental para continuar con el apego a lo largo de la jornada en la que no están participando del entrenamiento.
En promedio, los usuarios van los gimnasios entre dos y tres veces por semana, por lo que se crea una «afinidad intensa, mayor a la que muchos mantienen con familiares y amigos», cuenta la médica, y añade: «Para nosotros es muy importante crear una comunidad de fanáticos de Rockcycle porque sumarse es un cambio de vida».
4 Adaptarse a la cadencia local
Este tipo de disciplina es tendencia en varias capitales del mundo, pero, para que el negocio funcione, tiene que seguir el ritmo local. «De hecho, vienen muchos expatriados radicados en Buenos Aires, que se acercaron a Rockcycle porque lo conocían de antes y lo buscaron», explica la emprendedora.
La idea original era vender por clase suelta o en paquetes y que no se pague una membresía por un año si el cliente no va a venir. «Buscamos que realmente participen, porque una clase vacía no es lo mismo que con 50 personas pedaleando juntas», comenta Sielecki. Sin embargo, adaptarse al mercado local es una de las fortalezas del negocio: como los clientes siguen pidiendo pases mensuales o anuales, los van a empezar a ofrecer.
El plan original era poder inaugurar dos estudios por año, pero tuvieron que reorganizarlo. «Con la situación del mercado inmobiliario en Buenos Aires fue imposible. Ahora, la idea es llegar a las cinco sucursales con la primera ronda de inversiones y después pasar a una nueva, con la expectativa de poder crecer en el interior y en el resto de Latinoamérica», comenta la cofundadora.
5 En una boutique hay que «pedalear los costos»
«Las bicicletas y los zapatos son importados, así que la primer barrera fue monetaria», comenta la emprendedora detrás del gimnasio boutique. Desde el desodorante de ambiente hasta las planchitas, secadores y cremas, todos los detalles están cuidados para mantener el nivel exclusivo. El 60% de los clientes son mujeres, muchas con un perfil de consumo ABC1. Una clase suelta cuesta $ 230 y, si se suman los paquetes de varios encuentros, el promedio es de $ 170.
Mini Bio
Formación?
Valentina Sielecki es médica recibida en el CEMIC y está terminando de hacer la residencia ?en cirugía general
Socio
Alan Brown, cofundador, es licenciado en economía empresarial de la UTDT ?y contador público por ?la UCEMA
Idea
Sielecki decidió emprender el negocio porque conoció una disciplina similar mientras vivía en Estados Unidos y no quiso dejarla
Música y aroma?
Son dos elementos fundamentales de las clases para marcar el ritmo y resultar una experiencia ?de spa agradable
Experiencia energética
«Buscamos que realmente participen porque una clase vacía no es lo mismo que con 50 personas», ?dice la fundadora