El Millonario se impuso 4 a 0 ante el Canalla.
Muchas sensaciones se mezclaron en la tarde-noche del Monumental, donde todos los riverplatenses acompañaron el pesar de Marcelo Gallardo por el fallecimiento de su papá, Máximo. El Muñeco, conmovido y emocionado hasta las lágrimas recibió el cariño y la ovación de los hinchas y el tributo de sus jugadores, que, tras el primer gol salieron corriendo a abrazarlo y en la última función del 2024 en Núñez, lograron una contundente victoria sobre Rosario Central, al que golearon 4 a 0 para conseguir la clasificación a la Copa Libertadores.
Suena a poco el objetivo alcanzado por River pero era lo que necesitaba en este final de un año olvidable en lo futbolístico, en el que apenas obtuvo un título (la Supercopa Argentina) y se quedó afuera de todos los torneos que jugó. Incluso, no pudo aprovechar la gran cantidad de puntos que perdieron los de arriba en esta Liga y por eso mirará la definición del torneo desde afuera. Pero, al menos, pudo despedirse de su gente hasta 2025 con una buena actuación cargada de goles. La necesitaba. No solo para obtener el pasaje a la Libertadores, sino también para dejar atrás los silbidos del miércoles con San Lorenzo en este mismo escenario.
River tuvo el protagonismo del encuentro. Y con el manejo de la pelota fue acorralando a Rosario Central, que apostó a defender muy cerca de Fatura Broun y lo terminó pagando caro. Porque el equipo de Núñez, de tanto ir, rompió el cántaro. Le costó un tiempo poder hacerlo, es cierto, pero lo buscó constantemente y antes de que terminara el primer tiempo, armó una gran jugada, en la que Colidio tocó para limpiar, Simón buscó a Echeverri con un pase cruzado, el Diablito asistió con la cara interna de su pie derecho y Solari definió cruzado. Fue un contraataque letal. Y así encontró la manera de romper el cerrojo rival. Justo cuando Central, que estaba diseñado para la contra, había asomado la cabeza.
En River hubo un buen funcionamiento del mediocampo. Y se notó. Porque el circuito de juego fluyó mejor que otros partidos y la pelota generalmente fue a buen destino. Sin embargo, le era díficil al equipo local traducirlo en acciones de riesgo en la primera parte.
Así y todo, River le dio trabajo a Broun. Ya desde los primeros instantes del encuentro cuando el Diablito, quien tuvo su última función en el Monumental, armó una gran jugada personal y el arquero de Central le sacó el mano a mano que después Bustos no pudo transformarlo en gol. Y Broun también se lució ante Solari.
Los mediocampistas de River llevaban la batuta, sobre todo Maxi Meza, quien lograba pasar con pelota dominada la maraña de piernas rivales y asociarse con Echeverri o Simón. Y se animó a probar al arco en un par de oportunidades. También lo hizo Villagra y Broun se revolcó para sacarle el disparo.
Central no reaccionó ni si quiera con la desventaja. Todo lento hacía el equipo de Ariel Holan, al que Marco Ruben, único punta, le quedaba muy lejos. Todo siguió igual en el inicio del segundo tiempo y con un River aun más lanzado al ataque, sobre todo con los ingresos de Pity Martínez y de Borja a los 15 minutos del complemento, cuando pasó de un 4-3-1-2 a un 4-3-3.
Hasta ese momento la única virtud de Central fue que aun sin hacer méritos, se mantenía en partido. Y hasta amenazó con un remate de Giaccone con un remate que se fue apenas arriba. Pero antes de que se convirtiera en peligro, River aceleró y liquidó el encuentro.
Los dos ingresantes fueron los que le dieron tranquilidad y armaron una pared tras la que el Pity dejó al Colibrí de frente a Broun y el colombiano se reencontró con el gol. Y un ratito después, Martínez, que entró endemoniado y condujo a River a la goleada, hizo gala de su exquisita zurda para, en un tiro libre asistir a Solari.
“Muñeeecooo, Muñeeecooo”, se escuchó tras el festejo de gol y el técnico retribuyó el saludo. La gente armó su propia fiesta al final y en vísperas de otro aniversario del eterno 9 de diciembre, recordaron la final en el Bernabéu con “el que no salta, murió en Madrid”. Y para hacerle un homenaje a la fecha, Pity cerró la goleada con un gol de penal y un abrazo con Gallardo.