El Millonario venció 2-0 a Colón en el Mâs Monumental
Con una importante ventaja en la tabla de posiciones a cinco fechas del final y con la certeza de que San Lorenzo ya había empatado con Racing, River salió a jugar contra Colón para tratar de conseguir tres puntos que le permitieran empezar a cerrar el campeonato. Y lo logró sin dejar dudas frente a un oponente de mucha menor jerarquía.
Desde el inicio se vieron claras las intenciones de los dos equipos: los locales intentaron conquistar el mediocampo a partir de la circulación y el uso de todo el ancho de la cancha, mientras que los santafesinos, agazapados, apostaban a salir de contragolpe aunque con muchas limitaciones para abastecer a sus atacantes.
A pesar de que el Millonario rondó el área visitante durante los primeros 20 minutos, la férrea defensa sabalera le impidió tener profundidad y la primera acción de peligro neto fue para los de Néstor Gorosito. Tras un envío largo, Eric Meza eludió a Milton Casco y buscó el primer palo de Franco Armani, pero la pelota dio en la cara externa de la red.
En la respuesta, el puntero construyó su mejor jugada colectiva y Lucas Beltrán desvió con el taco un disparo a la carrera de Nicolás De La Cruz, forzando una destacada intervención de Ignacio Chicco para sostener la igualdad.
El volante uruguayo, uno de los mejores en la etapa inicial, dio otra muestra de su gran presente minutos más tarde con un tiro libre que se colgó en un ángulo y significó la justa apertura del marcador para los de Núñez antes del descanso. El 1-0 fue el premio a la incesante búsqueda riverplatense.
En el complemento la tónica del encuentro no se modificó y, aunque River bajó un poco la intensidad en ataque, jugó casi siempre lejos de su área y no pasó mayores sobresaltos.
A la salida de un lateral, Nacho Fernández recibió sobre la línea de fondo, centró para Beltrán y el goleador sólo tuvo que empujarla para ampliar la diferencia.
Así se quedó sin esperanzas un Colón con escasos recursos ofensivos, incluso a pesar del ingreso de Ramón Ábila. El líder hizo correr los minutos con tenencia de la pelota y aseguró una victoria que ya era irreversible.
Martín Demichelis hizo cambios, cuidó piernas para la visita del sábado al Nuevo Gasómetro y alimenta su ilusión: la de conseguir su primer título como entrenador de River, que parece estar a la vuelta de la esquina.
