Economía y deuda.
El riesgo país volvió a romper el piso de los 600 puntos básicos. Este jueves 20 de noviembre se ubica en 598 puntos y los analistas señalan que Argentina necesitaría llevarlo a un rango, por lo menos, de entre 400 y 500 puntos básicos para volver a los mercados internacionales de crédito en condiciones razonables. Ese es el nivel donde la deuda vuelve a ser “invertible” para fondos globales y deja de ser considerada exclusivamente para inversores de alto riesgo.
Así lo expresó Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras: «Para que Argentina pueda reabrir el acceso a los mercados internacionales de crédito tendríamos que hablar de un riesgo país inferior a 500 puntos para apuntar a tasas similares a las que están consiguiendo los corporativos y subsoberanos», dijo.
En la misma línea se expresó la economista Natalia Motyl, «Necesitamos un riesgo país de 500 pb cómo otros países de la región. Esto implicaría pagar una tasa en el exterior de entre el 7-6%, lo que implica un tercio menos de lo que está pagando ahora por la deuda. No sólo significa menos tasa sino mejorar la solvencia del país»; agregó.

En tanto, Martín Polo, economista jefe de Cohen Aliados Financieros. explicó a PERFIL que para que el gobierno salga a los mercados, el índice que elabora el JP Morgan debería bajar por debajo de los quinientos puntos básicos. «Estamos hablando de, más o menos, cuatrocientos cincuenta puntos básicos. Considerando que los bonos del tesoro americano son los de libre riesgo y hoy están rindiendo, más o menos, 4,1%, tener un riesgo país en torno a los cuatrocientos cincuenta puntos, permitiría salir al mercado en una tasa entre el 8 y 8,5%. Todo ahí depende un poquito de qué título coloca, porque depende de la duración», comentó el economista.
Por su parte, para Leo Anzalone, director del CEPEC, el «umbral deseable» sería algo menor, entre 300 y 400 puntos.
El nivel ideal: entre 300 y 400 puntos básicos de riesgo país
«Cuando hablamos de un “umbral deseable” para volver a los mercados internacionales de crédito soberano, en general se toma como referencia un riesgo país en torno a los 300–400 puntos básicos«, explicó a PERFIL Leo Anzalone, al comentar que ese es el nivel al que acceden países con perfiles similares cuando los mercados consideran que el riesgo de default está controlado y que la sostenibilidad fiscal es creíble. «Hoy estamos bastante por encima de ese rango, pero la tendencia bajista después de las elecciones indica que el mercado ve una mejora en expectativas y en la estabilidad macro», agregó el economista.
De todos modos, Anzalone reconoció que el retorno al financiamiento externo ya empezó, aunque no vía soberano, sino a través de empresas y gobiernos subnacionales. «Las colocaciones de obligaciones negociables en dólares y las emisiones provinciales muestran que hay demanda para activos argentinos, siempre que vengan con estructuras más limpias, garantías o flujos predecibles. Ese es un paso previo típico: primero vuelve el crédito para el sector privado y las provincias, y recién después, cuando el riesgo país converge a nivel “de acceso”, regresa el financiamiento para el Tesoro.
El recorrido de las últimas semanas del riesgo país, luego del triunfo de las elecciones
«Es una condición necesaria que el riesgo país siga cayendo», admitió Martín Polo en tanto señaló que «se vuelve necesario para que el gobierno pueda acceder al financiamiento externo y así no pagar sus vencimientos y que no crujan todo el tiempo las reservas internacionales».

«Después de las elecciones el riesgo país tuvo una fuerte caída, pero también encontró cierta resistencia en torno a los puntos básicos» agregó. «En las últimas dos semanas, quedó ahí navegando entre seiscientos y setecientos puntos. A mi modo de ver, hay ahí una resistencia, porque el gobierno tiene una tarea pendiente, que es con la acumulación de reservas internacionales, algo que todavía no está del todo claro, si bien las perspectivas del mercado son constructivas en ese sentido, no tuvimos novedades concretas»;señaló el economista Jefe de Cohen Aliados Financieros.
Y completó: «Pero dicho eso, suponiendo que tenemos un escenario constructivo y que el gobierno va respondiendo a esa demanda, comprando reservas, ya sea con el Banco Central, con el Tesoro y demás, obviamente, el riesgo país tiene espacio para seguir cayendo», completó.
Cómo impacta en el dólar y en la economía real
Una baja del riesgo país no solo influye en los mercados financieros: también genera efectos sobre el dólar, el crédito y la actividad.
– Menos presión sobre el dólar financiero
Cuando cae el riesgo país, mejora el precio de los bonos que se utilizan para operar dólar MEP y CCL. Esto suele contener la brecha cambiaria y reducir volatilidad.
– Mejores condiciones para empresas
Las compañías pueden financiarse un poco más barato en el exterior. No se trata de una apertura total, pero sí de un “clima menos hostil”.
– Más previsibilidad para inversiones
Proyectos energéticos, mineros y de infraestructura suelen mirar el riesgo país como variable clave. Con niveles más bajos, mejora la posibilidad de avanzar en inversiones grandes.
– Señal positiva para inflación y expectativas
Un menor nivel de riesgo país suele asociarse a un escenario más previsible: esto contribuye a anclar expectativas de precios y a evitar sobresaltos en el tipo de cambio.
Argentina frente a la región: todavía lejos, pero mejorando
Aunque perforar los 600 puntos es una buena noticia, Argentina sigue muy por encima de los países vecinos.
* Uruguay se mueve por debajo de los 150 puntos.
* Chile oscila en torno a los 160–180.
* Brasil se mantiene cerca de los 200.
* Colombia y México, entre 250–350.
Es decir: aun con esta mejora, Argentina duplica e incluso triplica los niveles de riesgo de buena parte de la región. Sin embargo, la tendencia a la baja la acerca a un rango más manejable para el mercado de deuda.
Vale considerar que la caída del riesgo país por debajo de los 600 puntos no resuelve los problemas estructurales de la economía, pero sí funciona como un mensaje potente: mejora la confianza en el corto plazo, afloja tensiones cambiarias y abre una ventana de expectativas más positivas.
En un año de alta volatilidad, este descenso no es solo una foto del día: es una combinación de señales que alinean a Argentina, por primera vez en meses, con una tendencia regional más estable.