Por qué la gente inteligente es más perezosa que sus amigos tontos


16 octubre, 2017


Según un nuevo estudio, las personas con alta demanda cognitiva tienden a ser más flojos y a no ejercitarse.

Según un estudio publicado por el Journal of Health Psychology, las personas que prefieren invertirle menos tiempo a pensar tienden a ser físicamente más activas que aquellos que sí disfrutan ejercitando su cerebro.
Los investigadores hicieron un seguimiento de la actividad física de 60 estudiantes de la carrera después de haberlos dividido en dos grupos: aquellos con una alta demanda cognitiva (NFC por su siglas en inglés) y aquellos con baja demanda cognitiva. Los autores caracterizaron el NFC como «una tendencia a engancharse y disfrutar los desafíos cognitivos.»
Por ejemplo, las personas que disfrutan resolviendo acertijos tienen un alto NFC, explica Todd McElroy, un profesor de Florida Gulf Coast University y uno de los autores del estudio. Aquellos que disfrutan desempeñando tareas mundanas tienen un bajo NFC.

Por una semana, los examinados llevaron un dispositivo tipo Fitbit que medía sus movimientos físicos cada 30 segundos. El estudio arrojó aproximadamente 20,000 puntos de información para cada persona, dice McElroy. Cuando se compararon los niveles de actividad o la ausencia de ésta en ambos grupos, los investigadores encontraron que la diferencia era substancial: el grupo con un NFC bajo se movía significativamente más, cada día de la semana, que el grupo con alto NFC.
Después de leer los resultados parecería fácil reafirmar el estereotipo del «atleta tonto» y los «ratones de biblioteca». Pero la relación entre los niveles cognitivos y la actividad física son más complejos que eso. Como señala The Independent, la necesidad cognitiva no es una variable que mida la inteligencia: «las personas con un CI bajo pueden disfrutar de una vida contemplativa y de los desafíos intelectuales, por ejemplo. De manera similar, muchas personas con CI alto no disfrutan usar sus cerebros de maneras desafiantes».
McElroy dice que la motivación también puede jugar un papel importante en la actividad física de una persona. Por ejemplo, las personas pueden engancharse en una actividad física por largos periodos para evadir enfrentarse a un desafío mental. Personalmente, dice McElroy, cuando tiene que enfrentar una carga de trabajos por calificar, o un modelo estadístico complejo, se encuentra muchas veces saliendo a caminar.
Más allá de eso, uno de los mayores aportes del estudio es la manera cómo aborda la percepción negativa que se tiene de quedarse sentado. «Parece que eres perezoso o aquello que la gente ha definido como perezoso», dice, «pero puedes estar enganchado en un tipo de actividad intelectual».
Por supuesto, las personas que son reflexivas e inteligentes están muchas veces al tanto de los riesgos que trae una vida sedentaria. «Son conscientes de eso», dice McElroy, «pero de la misma manera, si estás ocupado pensando, o en actividades intelectuales, normalmente no estás en movimiento».

 

 

 

 

Fuente: Infobae

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