Los jugadores se juntaron este jueves por la mañana, cerraron filas hacia adentro y prometieron “plantarse” ante los -según ellos- maltratos del Consejo de Riquelme. En estas horas se lo comunicarán a Miguel Russo. Arde…
«Nos tocan a uno, nos tocan a todos». La frase es durísima, pero el concepto es mucho más fuerte. El plantel de Boca se cansó de los -según ellos- malos tratos que tiene el Consejo de Fútbol encabezado por Juan Román Riquelme y este jueves se prometieron en la cara, a los ojos, «plantarse» de ahora en más si es que vuelven a ocurrir algunos de los hechos que fueron estropeando las relaciones en el club. Y eso no es todo: esta nueva postura será comunicada en estas horas por los mismos jugadores al CT de Miguel Russo, a quien también va dirigido el mensaje…
La juntada fue después del entrenamiento matutino y antes del almuerzo en el hotel Intercontinental, donde siempre concentra Boca y donde durante esta semana se está hospedando el plantel mientras duran los trabajos de doble turno en Casa Amarilla. Sólo ellos y nadie más que ellos. Incluso, el cuerpo técnico y el Consejo de Fútbol se enteraron por la tarde cuando a partir de la información que brindó La Red explotó la bomba. ¿A qué se debió este meeting?
A que los futbolistas se hartaron, según su consideración, de los modos que tiene el CDF. Eso como primera medida. Y como segunda, que a partir de ahora «no nos comemos ninguna más como las que ya pasaron». ¿A qué se refieren? La situación, por ejemplo, de Pol Fernández, quien por un desacuerdo económico a la hora de firmar su renovación con Boca, el Consejo optó por sacar un comunicado avisando que no iba a jugar más, siendo que aún le quedaban dos meses más de contrato. Incluso, fue el propio Carlos Tevez el que hace unos días se mostró molesto por esa situación, contó que el grupo apañó al volante y que «no lo dejamos tirado».
De alguna manera, el capitán fue el que indirectamente anticipó que esto podía pasar. Y pasó. Pero para sorpresa de muchos no fue el capitán el principal protagonista de la reunión. «Fue el grupo, hablaron casi todos o la gran mayoría. Hasta los que nunca hablan, hablaron», fue la descripción que le hicieron a Olé y al mismo tiempo avisaron que el grupo «está más unido que nunca, aunque los jugadores se siente solos» y que «quieren trabajar tranquilos».
Y esto tiene que ver con que las bombas en Boca afectan a todos y no sólo a Tevez, a Riquelme o a Jorge Ameal. Según el concepto del plantel, afectaron a Alexis Mac Allister, el primero en irse mal luego de que asumiera este Consejo, también le pasó a Sebastián Villa cuando lo apartaron mientras su causa judicial avanzaba y lo mismo ocurrió con Pol, entre otros. De ahí la idea de que estas cosas no vuelvan a pasar, y si pasan, responder como grupo. Es decir, si el CDF decide «colgar» a un jugador porque no firma una renovación, plantarse; si, como trascendió, a Alan Varela lo presionan para que selle su extensión de vínculo, plantarse; si a Julio Buffarini lo mandan con la Reserva por el mismo caso, plantarse; y así con todos…
Ahora bien, si el verdadero problema pareciera ser con el Consejo, ¿qué tiene que ver Russo en esta historia? Mucho. Los futbolistas, que no esperan ninguna respuesta de parte del DT, le avisarán la postura que tendrán de ahora en más. Por un lado porque creen que al ser la cabeza del grupo debe saberlo, pero por el otro para darle a entender que si el Consejo le baja otra línea (como pasó con Pol), los palos en la rueda pueden llegar a ser para él como entrenador.
Esta nueva bomba del vestuario de Boca se suma a los dichos de Tevez, el que primero destapó la olla y demostró que no hay buena relación entre el Consejo y el plantel; también al anticipo que dio Olé sobre el «desenamoramiento» de Riquelme con Russo; a la reunión que hubo el sábado en donde Jorge Bermúdez le pidió perdón a Carlitos por haberle dicho «ex jugador» y, aunque parezca mentira, al audio del propio Patrón que se filtró en los medios donde habla mal del capitán de Boca.
Fuente Olé