El serbio se impuso en tres sets luego de tres horas y 49 minutos de juego.
Se lanzó de espaldas al court, se tomó el rostro, abrió los ojos ante la ovación. Saludó a su rival con un reconocimiento a su gran partido (”bien, bien”, vociferó cerca de su oído), hizo lo propio con el umpire y el cuerpo le pidió la descarga. Se tomó el cuello de la casaca y la destruyó hasta arrancársela, al mejor estilo Increíble Hulk. En ese gesto, Novak Djokovic expresó lo que le costó derrotar a Carlos Alcaraz en la final del Masters 1000 de Cincinatti, tras una batalla cambiante y de altísimo vuelo, que terminó en su favor por 5-7, 7-6 (9-7) y 7-6 (7-4) luego de tres horas y 49 minutos de acción.
Alcaraz anuló cuatro match points antes de rendirse en el desempate del tercer set, lo que prueba la dificultad que supuso la victoria de Nole, de 36 años, quien pudo sostener el ritmo ante la juventud y el talento del español, de 20 años. Además, le permitió tomarse revancha de la final de Wimbledon.
De hecho, lo había palpitado en la previa. Allí también se argumenta el desahogo. “Diría que es el máximo desafío para mí en este momento. Nos hemos enfrentado en los últimos tres torneos. Roland Garros, tierra. Wimbledon, hierba. Ahora superficie rápida”, había anticipado.
Así, el serbio continúa siendo el máximo ganador de los Masters 1000 del circuito ATP con 39 conquistas, tres más que Rafael Nadal. Federer ostenta 28, Andre Agassi, 17, y Andy Murray, 14. Como bonus track, si supera su debut en el US Open, Djokovic recuperará el N° 1 del ranking.
“Carlos, sos un gran jugador y persona. Jamás te das por vencido. Estoy feliz”, se rindió la leyenda ante su adversario, que está llamado a encabezar la sucesión del Big Three. Dichas palabras, y la tensión de la final, hicieron quebrar a Alcaraz, que soltó algunas lágrimas y devolvió flores: “Felicito a Novak, es muy difícil ante un campeón como vos”.
Más números que ilustran la estatura de Nole: se convirtió en el campéon más longevo de Cincinatti. Y acumula 15 temporadas consecutivas ganando al menos cuatro títulos en cada año. Histora pura, que aún empuña con (mucho) éxito una raqueta. ¿Se vendrá otro cara a cara entre estos dos astros en instancias decisivas del US Open?