Agricultura Preescolar: enseñar a los niños a cultivar sus alimentos, entender sus origines, respetar la naturaleza y cuidar la tierra.
Estamos atravesando una época digital donde conectar los niños con la naturaleza parece una misión verdaderamente imposible.
Sin embargo, en algunos países como en Alemania con las Escuelas Waldorf, en ciertas localidades rurales, implementaron estos programas con sus alumnos. Los profesionales ligados a la primera infancia impulsan la agricultura preescolar en instituciones educativas. Es decir, el cultivo infantil de sus propios alimentos. Y También el cultivo en su propia casa.
De este modo, los adultos crean formas pedagógicas e innovadoras. Formas para que los pequeños tengan un contacto más profundo y real con su entorno natural. Algo logrado a través de propuestas que tienden a fusionar la agricultura urbana con la educación infantil, apostando por experiencias y resultados favorables.
El proyecto de la agricultura preescolar ofrece tres enfoques de aprendizaje. En primer lugar, la aprehensión de la naturaleza. En segundo lugar, el conocimiento de las técnicas para cultivar sus propios alimentos. Y, por último, aprender la práctica específica para consumo interno o para formar futuros sembradores.
“Pensamos que los niños deben disfrutar de la naturaleza. Entonces diseñamos esta extraña escuela donde no hay aulas. Sino espacios donde las verduras crecen y los animales son demasiados. Es una mezcla de las dos cosas, escuela y naturaleza”. Señalan los educadores que implementan este proyecto educativo natural.
La idea es entonces enseñar a los niños a cosechar sus propios alimentos (frutas y verduras). Además de la manera de interactuar correctamente con los animales. Lo que bien puede ayudarlos a mejorar sus habilidades sociales a través del trabajo en equipo. Estimulando también la autoestima y promoviendo estilos de vida saludables. Se crea una conexión entre lo que ven en sus platos y aquello que ellos mismos cultivan en la tierra.
Asimismo, aprenden sobre la energía renovable en un lugar específico de la escuela. El cual está reservado pura y exclusivamente para aerogeneradores y paneles solares.
En este proceso, los menores aprenden los beneficios de cultivar sus propias verduras. El modo en que una simple semilla termina convirtiéndose en un alimento comestible. Así como a convertir sobras de comida en abono.
Contenidos curriculares:
Jardinería: se enseña recursos y se brinda información útil para comenzar a sembrar plantas y semillas, y cuidar de ellas.
Cocina y nutrición: se crea la conexión entre lo que se come y lo cultivado, lo cuál puede lograrse a través de diálogos sobre el origen de frutas y vegetales durante cada comida. Además, puedes dar a elegir al niño las verduras y hortalizas que desea comer. Así sentirán que su nutrición está en sus manos. Otra opción es preparar actividades en la cocina para que el menor trabaje con alimentos que vienen de la tierra.
Mercados campesinos: se visita centros para que conozcan a las personas que trabajan en agricultura. También pueden descubrir nuevos alimentos y aprender a diferenciar entre los productos obtenidos en casa. Incluso aquellos que se venden en los supermercados, se enseña a adquirir los más maduros y frescos.
Libros de cuentos y para colorear: estos interesantes proyectos para colorear ayudan en esta misión. Es posible pedir a los niños que dibujen. Pueden dibujar plantas, flores, frutos o animales del campo, y que los coloreen. También hay cuentos y canciones relacionados a la actividad agrícola y los fenómenos naturales vinculados.
Sin lugar a dudas, LA AGRICULTURA PREESCOLAR, SEA ESCOLAR U HOGAREÑA, DESPIERTA EN LOS PEQUEÑOS CIERTO AMOR. Amor por lo que nace de la tierra y admiración por el medio ambiente. Además de generar en ellos valores y capacidades que lo formarán como persona.
¿Qué crees, deberíamos implementarlo?
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