Federal A.
No hubo milagro. Juventud Antoniana no pudo cambiar su destino, que estaba prácticamente marcado, y recibió un duro golpe de realidad, que lo condenó a perder la categoría, tras igualar con Sarmiento de Resistencia cero a cero, en el estadio Martearena, en la 36ª y última fecha del Federal A.
El santo no estuvo ni siquiera cerca de torcer la historia, porque en primer lugar tenía que ganar o ganar, algo que no logró hacer, y a su vez debía esperar que Crucero del Norte, de Misiones, no sume de a tres con San Martín de Formosa, otro resultado que tampoco acompañó porque el colectivero se quedó con la victoria (1-0).
La responsabilidad de esta catástrofe futbolística, como la siente el mundo antoniano, tiene muchos responsables y no es una novedad, se veía venir desde hace un tiempo que Juventud se caía a pedazos y era un firme candidato a descender al Regional Amateur, no solo porque pasaron dos entrenadores, Gabriel Nasta y Adrián Gorostidi, sino también producto de la enorme crisis económica.
El equipo de Luis Flores, técnico interino, estuvo lejos de mostrar la buena versión que lo llevó a quedarse con el clásico ante Central Norte (3-1). Quizás mereció algo más frente a Sarmiento, sobre todo en la primera mitad, porque fue de cierta forma superior a su rival, pero careció de claridad y justeza en los últimos metros.
A su vez, más allá de la presión de estar obligado a ganar, el equipo decayó cuando en el estadio se hizo eco que Crucero se puso en ventaja.
Juventud jamás le encontró la vuelta al partido, claramente tuvo posibilidades porque el conjunto chaqueño se preocupó más por defender que buscar ponerse en ventaja.
Pero no vale de mucho analizar en estas circunstancias el funcionamiento de un equipo, que pese a intentar, expuso sus limitaciones. Eso sí, hay que reconocer el trabajo de algunos juveniles, como Luciano Arraya, quien se posicionó como volante central y mostró ser un jugador con una muy buena proyección.
Punto y aparte fue el buen marco de público que acompañó al santo, que terminó aplaudiendo al equipo con el descenso consumado y cantando «el santo va a volver, va a volver, el santo va a volver». Los hinchas se retiraron abatidos, pero en paz.
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Con información de El Tribuno