Newell’s perdió 1 a 0 ante Boca en el Coloso y continúa en caída libre


22 febrero, 2021


El equipo de Kudelka volvió a jugar mal y acumuló una nueva derrota, esta vez contra Boca en el Coloso. Perdió el rumbo del juego y tampoco muestra capacidad de reacción.

No hay caso. Newell’s no levanta y, lo más preocupante, es que no da señales alentadoras. En un partido deslucido, sin mayores acciones de riesgo, un Boca sin grandes luces se lo ganó con un gol que nació de un tiro libre. Con eso y no mucho más lo dejó de rodillas. Es que este equipo de Frank Kudelka, cuando le convierten, da la sensación de que no se levanta más. Y fue exactamente lo que ocurrió.

Newell’s tuvo serios problemas para hacer algo provechoso con la pelota. Cada avance fue lento, previsible, carente de imaginación. No hubo ni desequilibrio individual ni generación colectiva. Le costó una enormidad que dos o más se junten y toquen con precisión. Los jugadores aparecieron desperdigados en el campo sin entrar en la misma sintonía.

El plan de Boca le dio resultado. Dejó que Newell’s progrese y la recuperó presionando en la mitad de cancha. La tenencia fue del conjunto de Russo. Y entonces la mayor parte del tiempo, la preocupación de la lepra fue cerrarle los espacios en su propio campo.

El alivio rojinegro fue que Boca no lo asedió en la misma proporción que dispuso de la posesión. Así y todo, la lepra vivió inquieto por lo que sucedía sobre su banda derecha. Es que Villa encaró una y otra vez y tuvo a maltraer al improvisado lateral Manuel Llano. Fabra se asoció a su compatriota y colaboró en la desorientación de Newell’s para cerrar esa punta, sin que ninguno de sus volantes o delanteros dieran una mano.

Cardona condujo los ataques de Boca sin que ninguno le ponga freno. La comodidad con la que jugó fue similar a la que dispuso para sacar un remate medido desde afuera del área que se fue cerca. O la misma con la que habilitó a Fabra y terminó con el tiro de Villa que exigió a Aguerre. Recién en el último cuarto de hora de la primera etapa Newell’s la tuvo más tiempo, aunque sin inquietar.

La monotonía que predominó en el segundo tiempo fue de a ratos exasperante. En lo que le compete a Newell’s, por lo menos compartió la posesión, aunque apenas se arrimó con un derechazo desde afuera de Formica. A Boca tampoco se le cayó una idea y no tuvo llegadas.

Kudelka movió el banco para enmendar la mitad de la cancha: Cacciabue por Rivero para ganar en intensidad y Maxi por Formica con el objetivo de generar mejor. Pero casi no hubo tiempo para comprobar si las variantes fueron acertadas. En medio de un trámite discreto y sin aproximaciones, Izquierdoz se escapó de las marcas y conectó de cabeza un tiro libre de la derecha para abrir el marcador. Inesperado por el desarrollo del juego.

La impericia de Newell’s fue condenatoria. Sin poder de reacción fue por inercia en busca del empate, pero sin ninguna claridad. Si se mantuvo en partido fue porque este Boca se muestra desflecado y no aprovechó la contra para liquidarlo. La gambeta de Scocco y la tapada mano a mano de Andrada derrumbó la última ilusión rojinegra. Es que Newell’s hoy apenas es esto, un conjunto que vive de una esperanza limitada. Muy poco para salir a flote.

La apuesta de Cabrera falló

Kudelka incluyó desde el inicio a Enzo Cabrera, a quien ya había pensado de titular para el debut y quedó afuera por una molestia muscular. El casildense jugó su tercer partido de titular (no lo hacía desde febrero de 2018) y entró muy poco en acción. Impreciso y sin llevar riesgo al arco xeneize, salió reemplazado. Cuesta imaginarlo entre los once ante Talleres.

Fuente La Capital

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