El presidente Javier Milei en su plan de destruir el Estado ya vetó el incremento para jubilados, pero no se dio por satisfecho. Tiene en su lista de objetivos otro veto, esta vez para la ley de financiamiento universitario. Pero sobre todo, está concentrado junto a su equipo de gobierno en doblegar a los gremios aeronáuticos, integrantes de sector más combativo de la CGT, para avanzar en la privatización de una de las joyas recuperadas de la abuela: Aerolíneas Argentinas (AA).
Para lograr este cometido, el presidente ordenó no resolver el conflicto salarial –«aumento cero», dijo el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger– y aprovechar las medidas de fuerza sindicales para justificar el desguace. Por caso, ayer mostró a sus principales funcionarios reunidos para elaborar una supuesta estrategia de venta «a empresas privadas latinoamericanas», en caso de que continúen los paros. Los aliados del gobierno hacen su aporte. Mauricio Macri públicamente respaldó la decisión presidencial, pidió «la liquidación» y el «desarme» de la aerolínea. El gobierno consiguió incluso aliados no tradicionales como Elisa Carrió. La exdiputada reapareció para dar cuenta de su respaldo a «la política de cielos abiertos». Los gremios, en tanto, ratificaron en sendas asambleas el plan de lucha para defender los salarios y la continuidad de Aerolíneas Argentinas.
Cada vez que asume un gobierno de derecha, liberal o libertario, la empresa estatal Aerolíneas Argentinas se convierte en un indisimulado objeto de deseo mercantil. En los años 90, el gobierno de Carlos Menem la privatizó. Pasó de mano en mano y fruto de la resistencia de los trabajadores y la población, la empresa se recuperó, se reestatizó, durante los gobiernos kirchneristas. Macri intentó avanzar contra ella. No tuvo tiempo para venderla y por eso ahora respalda sin miramientos la maniobra de Milei e incluso dijo que el gobierno debería apoyar el proyecto de su diputado Hernán Lombardi para privatizar AA en base a la norma que usó el menemismo en los años 90.
Los gremios aeronáuticos intentan, sin mucho éxito, hacer entender a la población que las medidas de fuerza, que van desde asambleas en los lugares de trabajo y paros, están enmarcados en la lucha por la actualización salarial y en defensa de la línea de bandera. No lo consiguen. Los grandes medios de comunicación –aliados a la Casa Rosada– no tienen problema en adjetivar como «salvaje» las medidas de fuerza y poner a los usuarios como víctimas de una voracidad sindical y así generar un consenso social a favor de la venta de la línea de bandera. En ese sentido, tanto el gremio de pilotos que conduce Pablo Biró y el de personal de cabina, que lidera Juan Pablo Brey, se limitaron ayer a realizar sendas asambleas para ratificar el apoyo al plan de lucha que incluye medidas de fuerzas, pero no para este fin de semana como esperaban en los despachos de la Casa Rosada. «No pisamos el palito», aseguró Brey.
Café y energizantes
Milei quiere mostrar gestión. Ayer hizo sentar a la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el ministro de Economía, Luis Caputo; el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán; el titular de la compañía, Fabián Lombardo; el asesor presidencial, Santiago Caputo; y el vocero, Manuel Adorni.
Luego de posar para la foto con tazas de café y bebidas energizantes, el vocero Adorni aseguró que el gobierno ya mantiene conversaciones con «empresas privadas latinoamericanas» para ceder las operaciones de Aerolíneas Argentinas «en caso de que las extorsiones continúen». Donde dice extorsión debería leerse los reclamos salariales continúen. «Vamos a ir a fondo con los piquetes aeronáuticos, esto tiene que quedar bien claro, es una decisión del Presidente y de todo el gabinete nacional», dijo el vocero con rango de ministro.
Adorni, engolosinado con sus dichos, dijo que una vez privatizada AA, las medidas de fuerza se terminará porque «si hacés paro en una empresa privada, te echan». La respuesta llegó de la mano de Hugo Yasky que, en sus redes sociales, escribió «o pensás que la Constitución está de Adorni, o sos un ignorante que no sabe que el 14 bis reconoce expresamente el derecho de huelga».
De todas maneras, entre los colaboradores más cercanos a Milei existe la idea de que los gremios «no tienen ninguna posibilidad de ganar la discusión». Trascendió que entre los que quiere participar del negocio de Aerolíneas Argentinas está Germán Efromovich, un hombre vinculado a Avianca, conocido y recomendado además por Macri. También está Latam en la lista de los interesados por «administrar» la línea aérea de bandera.
La decisión de «liquidación» y «desarme», como propuso Macri, está firme. El expresidente dice, para alegría de Milei, que la línea de bandera es “una estafa” y que “necesita un plan de desarme urgente” porque “la situación actual es una ruina sin salida”. Ofrece el proyecto de ley que escribió Lombardi, pero a Milei ya le advirtieron que para avanzar debe poner en funcionamiento la bicameral de privatizaciones. No es una tarea simple, porque como ocurrió con la Bicameral de Inteligencia, puede quedar en manos de la oposición no amigable.
Estrategia sindical
Tanto la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) como la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), realizaron asambleas para contener a los afiliados y, además, ratificar el plan de lucha con el que buscan recuperar el 73 por ciento que llevan perdido sus salarios desde noviembre de 2023.
El plan de lucha refrendado por multitudinarias asambleas incluye en el área sindical paros, asambleas y hasta movilizaciones. La planificación también incluye una pata judicial y son los amparos presentados ante la justicia contra el decreto que declara al servicio aerocomercial como escenciales. «Esto es fundamental para poder avanzar con algunas medidas de fuerza», reconoció ante este diario Brey de Aeronavegantes.
También está el costado legislativo. Ayer, Biró y Brey junto a otros dirigentes gremiales se reunieron con integrantes del bloque de diputados de Unión por la Patria. La idea es frenar cualquier proyecto de privatización.
Para que la resistencia no quede limitada a los gremios aeronáuticos, tanto Biró como Brey avanzaron junto al triunviro Pablo Moyano en la conformación de la Mesa Nacional del Transporte. Este espacio está integrado por Omar Maturano (La Fraternidad), Mario Caligari (UTA), Omar Pérez ( camioneros), Juan Carlos Schmid (Fempinra) y Raúl Durdos (SOMU). El gobierno debería tomar nota de que estos gremios integran dos asociaciones, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT), que estaban enfrentadas pero que las políticas de Milei las unificó.
La Mesa Nacional del Transporte emitió un comunicado donde expresó su «total solidaridad con la lucha que llevan adelante los gremios aeronáuticos y cualquier otro modo de transporte que se vea atacado sistemáticamente en detrimento del sector». Según dijo Brey la próxima semana «nos juntamos con los gremios del transporte para analizar una medida de fuerza de todo el transporte nacional”. La intención no sólo es reclamar la paritaria atrasada sino también defender Aerolíneas Argentinas. “Cualquier privatización tiene que pasar sí o sí por el Congreso. Lo que hace y dice Adorni son solo títulos de un gobierno que sigue en campaña en vez de ponerse a gestionar», aseguró Brey.