La intención es “mejorar la concentración y el rendimiento académico”.
La Cámara de Diputados salteña dio media sanción al proyecto que prevé la regulación del uso de teléfonos celulares en escuelas – estatales y privadas – de nivel primario y secundario.
“El proyecto se trabajó de manera intensa en conjunto con el Ministerio de Educación”, describió la diputada Socorro Villamayor durante el debate del proyecto.
Advirtió que la tecnología avanzó de tal manera que, lo que antes era imposible, hoy es un hábito, como lo es que los niños lleven un celular a la escuela, siendo que el dispositivo ha sido colocado como una herramienta necesaria para la vida y esto ha producido un estado de stress social.
“Se puede observar un uso exagerado en los niños de hasta 18 años”, resaltó.
Asimismo, Villamayor explicó que el debate en Comisiones fue arduo y osciló entre restringir el uso o, directamente, implementar la prohibición; la prohibición genera reticencia, indicó la legisladora, por lo que la regulación fue el modo elegido.
“Se permitirá en tres casos: situaciones de emergencia, actividades pedagógicas indicadas por el docente o si la persona tiene alguna discapacidad y necesita el artefacto para realizar sus tareas”, apuntó la diputada.
Aseguró, en tanto, que el uso del celular en las aulas redunda en la pérdida de concentración del alumno, en tanto que, en el recreo, genera poca comunicación entre compañeros.
El celular como herramienta
Nancy Jaime, diputada por Metán, sacó a relucir sus años como docente y, en este sentido, advirtió que el Ministerio de Educación invirtió mucho tiempo y dinero en la capacitación de los educadores y en la provisión de internet a las escuelas.
“Durante la pandemia, la computadora fue la herramienta que nos ayudó a dar clases, ¿por qué queremos prohibir el uso de la tecnología?”, cuestionó la legisladora, y añadió: “¿Le vamos a sumar otra tarea más al docente? Enseña, hace de psicólogo, etc.”.
Advirtió que el celular, en realidad, también soluciona un problema de carácter económico que es que, por la realidad del país, muchos alumnos no pueden comprar ni siquiera una fotocopia y utilizan el celular con el fin de tener los apuntes.
“Estoy de acuerdo con regular, no con restringir. Creo que primero debemos educar. Aparte, el teléfono es propiedad privada del alumno, si se pierde ¿el docente debe pagar el aparato?”, sostuvo Jaime, aclarando que no acompañaría el proyecto dado que no puede aprobar la prohibición del uso del artefacto.
El proyecto fue aprobado y pasa al Senado en revisión.