En la plantilla se celebró la eliminación del equipo blanco, pero con mesura, sin euforia excesiva, sobre todo tras la intermediación de los capitanes.
La eliminación del Real Madrid en la Champions ante el Chelsea fue uno de los temas más comentados antes de la sesión matinal en la Ciutat Esportiva. En líneas generales, fue recibida con enorme satisfacción dentro del vestuario -en la plantilla hay muchos antimadridistas que festejan efusivamente cualquier derrota del equipo blanco-, pero no todos los jugadores estaban tan eufóricos. Y es que algunos veteranos mostraron rápidamente sus reticencias al considerar que esta eliminación convierte al Real Madrid en más peligroso en LaLiga si cabe, recordando que un Madrid herido en su orgullo saltará al campo a darlo todo en los próximos partidos.
«Al Real Madrid no se le puede dar nunca por muerto». Este fue el mensaje que los más veteranos de la plantilla transmitieron rápidamente a aquellos que estaban más eufóricos, conscientes que el equipo blanco es un especialista en remontar situaciones adversas.
Lo que sí tienen claro todos es que la próxima jornada marcará el resultado final de esta Liga. Si son capaces de ganar al Atlético y arrebatar el liderato a los de Simeone, la convicción general en el vestuario es que el título no se les escapa, ya que consideran que el Real Madrid podría acabar pagando el enorme desgaste físico y mental que ha supuesto el partido ante el Chelsea, teniendo en cuenta además el problema añadido de enfrentarse a uno de los equipos más exigentes a nivel físico de la Liga española como el Sevilla de Lopetegui, y con la presión añadida de ver al Barcelona en lo más alto en el caso de ganar a los colchoneros.
Y es que la consigna en el club, ya trasladada por el propio presidente Joan Laporta, se mantiene inequívoca a todos los niveles: «Si ganamos los cuatro partidos, campeones». Aunque ahora mismo no dependan de sí mismos, ya que tienen perdido el ‘goal average’ particular con el Real Madrid, consideran que el equipo blanco tiene un calendario más complicado que ellos.
Sin embargo, esta derrota ante el Chelsea ha puesto también la mosca tras la oreja a más de uno en el vestuario, ya que aseguran que ahora los de Zidane no tendrán ninguna distracción, pudiendo centrarse en los cinco sentidos en LaLiga.
Así pues, sensaciones contradictorias en el seno del vestuario blaugrana por la eliminación blanca: satisfacción por un lado pero preocupación por otro.
as