Gago, el antihéroe llamado a cambiar la historia

El interinato de Mariano Herrón en Boca, el tercero en los últimos cinco años, no durará más que un fin de semana. Es un hecho. Juan Román Riquelme, presidente del Xeneize, eligió a Fernando Gago como sucesor de Diego Martínez, quien renunció tras la caída por 2-0 ante Belgrano, y ya está todo acordado para se transforme en nuevo entrenador del club de la Ribera el próximo lunes.

Ya ejecutada la cláusula de rescisión de 1.500.000 dólares que tenía en Chivas de Guadalajara, Pintita se pondrá el saco azul y oro en la brevedad con el objetivo de afrontar una serie de problemas a solucionar y conseguir una meta final clara: la clasificación a la Copa Libertadores 2025.

La crisis de los referentes de Boca

Para arribar a ese objetivo primordial, primero necesita ordenar algunos engranajes que han sufrido contratiempos en los últimos meses, empezando por la crisis de referentes que enfrenta el plantel. Sergio Romero, quien solía recibir un millar de aplausos por ser el gran artífice del camino del cuadro de la Ribera hasta la final del máximo certamen continental de 2023, quebró su relación con el hincha cuando fue a pelearse con un sector de socios que lo insultaban luego de la derrota por 1-0 frente a River.

 A corto plazo, el Consejo de Fútbol decidió sancionarlo con dos partidos de suspensión, pero la idea de fondo es que Leandro Brey, elogiado hasta por el propio Román, comience a ganar terreno para convertirse en el arquero titular del equipo. Además, se conoció que buscarán un golero en el siguiente mercado de pases que compita por un lugar. Ya cumplida la multa, Chiquito estará a disposición y ahora la pelota está del lado del flamante DT. Por ahí pasará unas de sus primeras decisiones de peso.

Algo similar sucedió con Guillermo Fernández, quien avisó hace semanas que no renovaría su contrato con la institución en diciembre y, a diferencia de lo que pasó con Nicolás Valentini, continuó como titular en los últimos partidos de Diego Martínez. Pero la paciencia llegó a su fin después del Superclásico, donde computó una floja actuación que lo marginó al banco frente al Pirata. En este caso, el plan sería que siga en las convocatorias, pero que arranque casi siempre como suplente. Es uno de los capitanes del grupo y fue calificado por Riquelme como «el jugador más inteligente del fútbol argentino».

Si bien es el máximo líder del plantel, y quien lleva frecuentemente la cinta, la compleja situación física de Marcos Rojo lo obliga a perderse muchos compromisos con la camiseta azul y oro. En los anteriores compromisos, agotó la paciencia de algunos hinchas, que no dudaron en criticar -a través de las redes sociales- su inclusión en el equipo en reemplazo de Aaron Anselmino, la joya de las Inferiores vendida en 18 millones de dólares a Chelsea. Ahora, está en plena pretemporada para intentar recomponer su situación y volver a ser esa figura que supo ser.

Con este panorama sobre la mesa, Edinson Cavani terminó como capitán en Córdoba y abrió la incógnita de cara al futuro. Aunque su nivel está bajo, los fanáticos lo bancan y le agradecen sus goles en partidos importantes, como la semi de la Libertadores 2023 ante Palmeiras o los cuartos de la Copa de la Liga contra River. Gago tendrá que definir su propio orden jerárquico, lo que incluye una revitalización de los actuales líderes o el potenciamiento de otros.

Gago y la tarea de potenciar a varios refuerzos

Al margen de que hay rendimientos bajos en general, como en los casos del Matador, Cristian Medina (lesionado y afuera contra Argentinos Juniors) y Cristian Lema, la mayoría de los refuerzos no se adaptaron de la forma que esperaban. El único que esquivó reclamos fue Milton Giménez, quien lleva cinco goles en 13 duelos jugados. Llegó como el tercer delantero para competir con los dos uruguayos, pero consiguió ganarles la pulseada en varias oportunidades. Cuando salió desde el banco, tampoco lo hizo mal: le marcó un gol a River sobre la hora, que luego fue anulado por una mano previa.

Los del mediocampo nunca terminaron de satisfacer. Agustín Martegani tuvo buenos tramos ante San Lorenzo y Cruzeiro (ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana), pero después se diluyó. Lo mismo pasó con Tomás Belmonte, que arribó como uno de los nombres más fuertes por su pasado en Lanús y arrancó como titular, aunque después empezó a integrar el banco con mayor frecuencia. Ignacio Miramón corrió peor suerte: jugó poco y mal, salvo su última presentación contra Argentina en la que mostró otra cara.

La Copa Libertadores 2025, el sueño que desvive a Boca

El Xeneize todavía cuenta con tres vías de clasificación a la Copa Libertadores 2025: ganar la mencionada Copa Argentina, salir campeón de la Liga Profesional o terminar en el top-3 de la tabla anual. Lógicamente, la más directa sería la primera alternativa: está a tres partidos de hacerlo. Tiene que batir a Gimnasia y Esgrima La Plata, Vélez y al potencial finalista, que saldrá del vencedor de Huracán – Central Córdoba de Santiago del Estero.

No obstante, el inconveniente se presenta si llega a quedar eliminado del torneo, porque debería restarle 12 puntos al Fortín, puntero del campeonato, o arrimarse a las 51 unidades del Millonario, el tercero de la tabla general, donde la diferencia es menor (Boca tiene 46 unidades).

Si pretende apuntar los cañones a cualquiera de esas metas, será una obligación volver a ganar como visitante, hito que no logra desde mayo, cuando batió al Ferroviario en Santiago del Estero. Distinta es la situación en La Bombonera, donde perdió un invicto de nueve meses frente a su eterno rival el 21 de septiembre. Todas esas tareas estarán anotadas en la agenda de Gago, que el lunes ya comandaría la práctica en Boca Predio.