En medio de la creciente tensión por el nuevo récord del dólar paralelo y de allanamientos ordenados por la AFIP y la justicia en cuevas de la City porteña para detener la nueva disparada de la divisa, el ministro de Economía y precandidato a presidente de UP, Sergio Massa confirmó que el Gobierno sigue «coordinando» las negociaciones con el FMI y espera anunciar «el estado de situación» y un posible acuerdo con el organismo internacional «este viernes».
A más de 20 días para las PASO, Massa se divide mitad como ministro de Economía y mitad como precandidato a presidente. Entre promesas de mejoras salariales a la CGT y el acuerdo con el FMI que espera anunciar el viernes.
«El viernes vamos a dar información respecto de cuál es el estado de situación. Está el equipo (del ministerio de Economía) trabajando allá (en Washington) y otro equipo trabajando acá, en coordinación no solamente con el Fondo, sino como habrán visto en la agenda pública, con los países del G-7″, dijo Massa, en declaraciones a periodistas al término del acto en el que recibió un rotundo apoyo de la central sindical y los principales popes de la CGT.
En un acto de campaña electoral que encabezó junto a Agustín Rossi Massa se mostró en la CGT rodeado de un clima de simbolismo peronista, y promesas de mejoras salariales en la próxima etapa de gobierno, si llegara a ser electo presidente. Pero evitó anunciar medidas concretas para la demanda de mejora salarial por la inflación.
Massa ratificó que procura obtener de las negociaciones con el FMI «un instrumento que robustezca a la Argentina en materia de reservas, que robustezca a la Argentina en materia fiscal, que no nos impida más allá del contexto electoral, seguir adelante con el ordenamiento de la economía«.
Las declaraciones del ministro-candidato se dieron en medio del creciente nerviosismo en los mercados que, por tercer día consecutivo esta semana, tocaron un nuevo récord para el dólar Blue superando por momentos los $527. Con la fuerte intervención del Banco Central y de la AFIP con allanamientos judiciales a entidades financieras, terminó cerrando la última jornada a $525.
El Gobierno evita hablar de las versiones sobre las presiones del Fondo para que aplique una devaluación a cambio de la ayuda financiera para sostener las reservas.
Massa y Rossi mostraron en el mítico edificio de la calle Azopardo, el apoyo de lo que se considera la columna vertebral del peronismo: los sectores gremiales. Mientras, el presidente Alberto Fernández terminaba su gira por Bruselas, donde mantuvo una agenda plagada de reuniones bilaterales con presidentes europeos, que justamente tienen influencia en la toma de decisiones del FMI.
El desembolso de unos 10.400 millones de dólares previstos para este año para pagar la deuda y para que pueda utilizar el Banco Central como reservas para contener una corrida en medio de las PASO, es parte de las negociaciones que lleva adelante el equipo económico, con Massa monitoreando la situación desde Buenos Aires. Espera cerrar todo en las próximas horas, para viajar el viernes a rubricar la firma.
Pero en sus conversaciones con el primer ministro de Alemania, y los presidentes de Italia, España y Francia, durante la cumbre UE-CELAC que culminó el mismo miércoles en Bruselas, Alberto Fernández llevó el pedido que viene haciendo Argentina desde hace dos años, en línea con los reclamos del kirchnerismo y puntualmente de la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Que los países poderosos que integran el FMI, acepten flexibilizar las metas de déficit fiscal para este año, que se llegue a un acuerdo provisorio por 6 meses para evitar una revisión en medio del proceso electoral, y por último, que el FMI haga una excepción con la sobretasa que le impuso a la deuda Argentina.
«Saben de la agenda de trabajos que tenemos pendientes, pero también hay anuncios que obviamente no podemos hacer en el marco de lo que establece la ley de campaña electoral», señaló Massa en un clima de hermetismo.
Massa y Rossi, y una campaña que no termina de despegar
El oficialismo insiste con la confrontación de «dos modelos» y acusa a la oposición de pretender avanzar sobre derechos laborales, por lo que llamó a la CGT a apoyar la campaña de UP y formar parte de la mesa electoral para coordinar y militar la fórmula, llevando la boleta en las fábricas, en los barrios, en el territorio.
Según reveló Massa en su discurso ante la CGT, el objetivo de cara a las PASO del 13 de agosto, está centrado en contener el electorado peronista, que pueda sentirse «desilusionado» por la crisis económica y por la inflación que complica el poder adquisitivo de los salarios. Massa llamó «héroes» a «los trabajadores que se levantan todos los días a las 5, 6 o 7 de la mañana para ir a trabajar», pese a que «muchas veces no les alcanza lo que ganan», pero forman parte del instrumento básico para llevar a la «movilidad ascendente».
Massa y Rossi repitieron ante la CGT, que «hay dos modelos en pugna: una Argentina que representa la universidad publica, el transporte seguro de calidad, el rol del Estado en materia de seguridad, en la defensa del trabajo como instrumento de movilidad ascendente de Argentina» y prometieron «trabajar para mejorar los ingresos», pero evitaron anuncios.
Massa busca polarizar la elección con los precandidatos de Juntos por el Cambio, y criticó sin dar nombres al vincularlos a «un sector de la política argentina que lamentablemente mira al trabajo como un costo».
Al hablar de medidas para mejorar el salario, solo habló de la reducción del impuesto a las ganancias en su gestión, como ministro de Economía, y otras medidas indirectas como subsidios del Estado al boleto en el transporte o los servicios públicos como la luz, que dijo, también ayudan de manera indirecta a mejorar el salario.
Massa reconoció que con el actual gobierno de Alberto Fernández, «los salarios no se recuperaron como tendrían que haberlo hecho» porque llegó la pandemia, la guerra y la sequía, y propuso que «para adelante un primer desafío es defender en la lucha distributiva poniendo al Estado como regulador de la pelea contra la inflación pero también mejorando el salario de nuestros trabajadores».
«Para nosotros el salario no es ganancia, es remuneración, por eso seguimos trabajando» dijo Massa y cuestionó al anterior gobierno de Mauricio Macri y a las propuestas de Juntos por el Cambio, pero también del libertario Javier Milei respecto al rol de los subsidios del estado. Para nosotros está claro qué representa el subsidio. Para los otros es gasto, para nosotros es salario indirecto».
Massa también tuvo un mensaje para «los empresarios» a los que pidió «tienen que entender que no hay empresas sin trabajadores y ese equilibrio es el estado, tiene obligación de regular».
En una especie de mea culpa, Massa dijo que en el gobierno «somos conscientes de las dificultades, asumimos los desafíos sin miedo. Nunca me van a ver cuando haya un problema que resolver con la cabeza abajo de la cama. Siempre me van a ver tratando de resolver con el diálogo«. Y remató: «Nunca me van a ver empujando a los trabajadores fuera del ámbito de discusión». A24