El poder de tu mente es limitado, en el sentido de que tal vez nunca va a ayudarte a leer las mentes de los demás, a mover el control de la televisión para no tener que pararte del sillón o a ver a través de las paredes, pero eso no quiere decir que no puedas aumentar y mejorar tus capacidades.

Una mente poderosa tiene una memoria eficiente, una buena capacidad de concentración, puede aprender, recordar, encontrar soluciones, pensar con claridad e incluso permite que puedas lidiar mejor con el estrés y con las emociones, y para tenerla hay que seguir algunas claves, como desarrollar buenos hábitos (Bill Gates tiene algunos), dormir lo suficiente y darle retos al cerebro para que se mantenga activo y aleta.

Todo lo que haces en el día puede afectar a tu cerebro y puede ser para bien o para mal, y es por eso que es importante que te asegures de agregar alguna cosa que puedan aportar grandes beneficios.

Cómo expandir el poder de tu mente con 2 maneras de la psicología

Todo empieza con la meditación

La meditación es una práctica común del cuidado personal, que se enfoca principalmente en la mente y en estar en contacto contigo mismo para descubrir qué es lo que necesitas.

Según explica Krauss Whitbourne, la meditación es buena para la mente debido a que ayuda a que estés más presente en el momento, además de que permite reducir la ansiedad, el estrés y los síntomas de la depresión, mientras también te enseña a estar enfocado y a concentrarte, y todo eso es bueno para el cerebro.

Las dos maneras de aplicarla

La meditación no solo se usa para estar en silencio, con los ojos cerrados y poner la mente en blanco, la experta dice en Psychology Today que puedes usarla para evitar los momentos en los que te desconectas. Por ejemplo, haciendo un esfuerzo para poner atención durante toda tu junta de trabajo o siguiendo el argumento de una película sin voltear a ver tu teléfono o ponerte a pensar en algunas cosas.

Se trata de practicar el estar en el momento y usando algunas cosas que te ayuden a no desconectarte, por ejemplo apuntando detalles de tu junta en un cuaderno o intentando resolver la trama de una película mientras la estás viendo, intentando observar los distintos detalles y pistas que se presentan en cada escena.

Ya usaste la meditación como una práctica de concertación, atención y de observación, lo que sigue es utilizar esas cosas que obsérvate. Por ejemplo, esto puede ser como cuando te pones a observar las pistas en una serie y las usas para intentar predecir qué va a pasar, o cuando observamos la manera en la que los demás reaccionan ante ciertas cosas para aprender a comunicarte mejor, a trabajar mejor en equipo o a causar una mejor impresión en los otros.

Meditar es observar, pero la observación no sirve de nada si no la aplicas. Cuando la pones en práctica y le das un uso, esa observación te ayuda a aprender más, a poder recordar las cosas que descubriste o aprendiste, reduce el riesgo de cometer errores y de olvidar cosas importantes.

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Con información de GQ