El rubro subió por encima de la media y tuvo una variación del 4,4% durante diciembre y acumuló un alza del 42,1% durante los doce meses del año, según el INDEC.
El alza de los precios fue impulsada nuevamente por los alimentos y las bebidas no alcohólicas que tienen mayor impacto en la canasta de consumo de los sectores medios y bajos de la pirámide económica.
El rubro subió por encima de la media y tuvo una variación del 4,4% durante diciembre y acumuló un alza del 42,1% durante los doce meses del año, según el INDEC.
Mientras el Gobierno afila distintos proyectos para frenar la escalada pero el sector privado señala que tiene costos atrasados.
El IPC señala que “se destacaron especialmente las subas en Carnes y derivados, con una incidencia más elevada en las regiones donde tienen mayor ponderación”.
El análisis refleja que el asado tuvo un aumento de 28,5%, la nalga del 20%, la paleta 15,3% y el cuadril del 19,3%.
Desde el sector privado indican que sus precios aún están rezagados. “Venimos con atrasos del 35%”, dijo el empresario del café Martín Cabrales. Al mismo tiempo señaló: “nos sacaron de Precios Máximos pero no nos dejaron aumentar más del 5% y eso no llega a cubrir lo que subieron las materias primas ni el dólar”.
La semana pasada la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios difundió un duro comunicado en el que se desligó de las responsabilidades por la aceleración de la inflación. Apuntaron a las carnes y las verduras por el avance y volvieron a remarcar que sus insumos avanzaron más rápido que los precios. Reclaman además el fin del congelamiento de precios.
En el Gobierno consideran fundamental trabajar sobre el precio de los alimentos. El problema no es sencillo y tiene variables que van más allá de las fronteras, como los precios internacionales de las commodities, que se dirimen en Chicago. Los funcionarios intentan coordinar un desacople para tener doce cortes de carne más baratos para el mercado local. Proponen un descuento de entre el 20% y el 25% y un ajuste trimestral, pero los empresarios señalaron que están teniendo alzas en sus insumos, particularmente en el precio del maíz.
Luego vino la negociación con el sector agropecuario y el compromiso de trabajar en la creación de un fideicomiso que ayude a garantizar la provisión al mercado interno. El secretario de Relaciones Económicas Internacionales señaló que “en el marco de un mercado internacional afectado por la pandemia, es razonable que estudiemos los modos de asegurar la provisión de alimentos al mercado internacional, así como para la mesa de las familias argentinas”.
Fuente: Ámbito