El Mundo
“Hemos tenido que amputar a un niño de 9 años solo con una ligera sedación”. El doctor Omar Obeid se encuentra en el hospital de Al Shifa, en la ciudad de Gaza.
Obeid pertenece al equipo de Médicos sin Fronteras (MSF). Hace lo que puede. La cantidad de heridos es tal que debe operar en los pasillos del hospital.
“Nuestro quirófano estaba lleno. Empezamos a operar en el suelo, en el pasillo. Una señora trajo a su hija, de unos 13 años, en silla de ruedas. Y aquí, en el suelo, estoy operando a su hijo pequeño de 9 años, que tiene un pie semi amputado”, contó en un audio enviado a la ONG.
Obeid narró cómo los médicos operan bajo condiciones extremas en medio de la guerra entre Israel y Hamas.
“Nos falta material quirúrgico y tenemos muchos casos. Así que acabamos de amputar con una ligera sedación. Le hemos amputado una parte de su pie delante de su madre y de su hermana porque no hay espacio. La hermana espera a ser operada a continuación. No lo pueden imaginar… Esta niña de 13 años esperando a que la operen, mirándome mientras amputo el medio pie de su hermano”, comentó.
Pero Obeid no se resigna. “Esta es la situación. Es lo mejor que podemos hacer. No podemos hacer más”, afirmó.
Los hospitales de Gaza no están a salvo de las bombas. El 17 de octubre un misil cayó en el hospital árabe Al Ahli y causó cientos de víctimas, según la versión de Hamas. Israel y el grupo islámico se acusaron mutuamente de ser los responsables.
David Cantero, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en los Territorios Palestinos, hizo un llamado desesperado: “Hay que parar este baño de sangre. Estamos siendo testigos de una catástrofe humanitaria que no tiene precedentes, por el número de muertos, heridos y desplazados y por la destrucción masiva que nuestros colegas nos dicen que está ocurriendo hoy mismo dentro de la Franja de Gaza”.
Para Cantero, “este castigo colectivo impuesto a la totalidad de la población de Gaza es totalmente inadmisible. La población no tiene a dónde ir”, afirmó.
En los centros asistenciales se refugian además miles de personas que piensan que allí estarán a salvo de los ataques.
A su vez, Irene Huertas, coordinadora de Médicos Sin Fronteras en Cisjordania, el otro enclave donde la violencia se cobró decenas de muertos desde el comienzo de la guerra, dijo que “la situación es terrible”.
“Muchos hospitales han dejado de funcionar por falta de combustible y electricidad. Estos hospitales han sido evacuados. Los pacientes han sido llevados a otros centros donde no hay más espacio. Tenemos hospitales totalmente saturados, personas en pasillos, aparte de las miles de personas que están viviendo allí como refugiados”, dijo Huertas en un audio enviado a TN por la ONG.
Huertas contó que en los hospitales de Gaza se “están realizando operaciones sin anestesia, aunque se trate de una amputación o cirugías muy dolorosas. Pacientes mueren por infecciones totalmente prevenibles y empiezan a aparecer otras enfermedades. Los médicos están casi sin fuerzas”, apuntó.
Pero lo más terrible es que deben optar a quién atender y a quién no. “Tienen que decidir por cuáles pacientes ya no van a hacer nada porque no tienen capacidad. Es muy duro. Es una de las situaciones más duras que se han vivido en los últimos años”, aseguró.
Save The Children advierte que el sistema de salud apenas funciona en Gaza
En tanto, la ONG Save The Children dijo que la mayoría de los heridos con lesiones graves “no puede recibir siquiera tratamiento básico porque el sistema de salud apenas funciona”.
El panorama es cada vez más pesimista, a pesar de que en los últimos días comenzó a entrar ayuda humanitaria desde el paso de Rafah, en la frontera con Egipto.
Los bombardeos israelíes “pulverizaron ambulancias, los generadores se quedan sin combustible y la escasez de medicamentos, equipos y personal especializado significa que los hospitales que aún están abiertos apenas pueden tratar a heridos”, afirmó.
Desde Hamas, el grupo armado islámico que controla el enclave de 2,2 millones de habitantes, dijeron que el sistema sanitario vive un “colapso total” por la falta de combustible y los bombardeos. Pero Israel se niega a dejar entrar gasolina al enclave: está convencido de que el grupo islámico desviará el cargamento para sus fines militares.
Según un vocero de Hamas, hay “más de 7.000″ enfermos y heridos que necesitan de tratamiento urgente y a los que los servicios sanitarios de Gaza no pueden atender”.
El Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna Cisjordania a través de Al Fatah, enemigo interno de Hamas, coincidió con el pronóstico. En un informe oficial, señaló que 12 de los 35 hospitales de la Franja de Gaza dejaron de funcionar.
TN