“Diseñé un formato que no sea vulnerable a los cambios de la macro (economía)”, señaló el presidente Javier Milei a su entorno en referencia a la elaboración del proyecto de presupuesto nacional para 2025, según le comentó a Ámbito una alta fuente oficial. El primer mandatario se encuentra personalmente involucrado en la confección de este proyecto que prevé enviar al Congreso antes del 15 de septiembre próximo.
Economía.
Pero adelantan que estos eventuales recortes no afectarán erogaciones que en el Gobierno consideran “rígidas”, como, por ejemplo, las jubilaciones para los sectores más necesitados.
El “no hay más plata” no fue sólo un slogan de campaña. Según suelen comentar los funcionarios, por ejemplo, en la reunión de Gabinete de este martes ante algunos pedidos de aumentos de partidas, la respuesta categórica del presidente, Milei fue “el que tiene la última palabra es Toto Caputo”.
De esta manera, el jefe de Estado quiebra una vieja tradición en la política: los pedidos de plata que eran negados en el Palacio de Hacienda muchas veces lograban la aprobación presidencial.
Aún no se conocen las estimaciones oficiales de crecimiento e inflación, entre otras variables económicas, pero las proyecciones privadas hablan de un crecimiento en torno al 5% y una inflación para el año del 45/50%.
Reservas
Respecto a la política cambiaria, la prioridad no será la acumulación de reservas en desmedro de otras políticas. Éstas serán resultado del superávit comercial. Algunos especialistas estiman que puede llegar a darse un ingreso considerable de divisas producto del RIGI o mismo del blanqueo que podría provocar una apreciación del peso.
La intención del Ejecutivo es no emitir para convalidar dicho ingreso sino permitir la circulación de otras divisas, en lo que el Presidente suele denominar “competencia de monedas”.
Es decir, se podrán usar otras monedas para los pagos una práctica que no resulta extraña en un país que históricamente atesora dólares como un resguardo para sus ahorros.
La iniciativa del Ejecutivo “planteará metas fiscales que se basan en el mantenimiento de las políticas que apuntalan la demanda agregada y un incremento de los recursos fiscales de la mano de un aumento de la actividad, del empleo y de los ingresos reales, dando sostenibilidad al sendero de crecimiento en un contexto de reducción de déficit fiscal”, según se informó a comienzos del mes pasado en el Informe de Avance sobre la Elaboración del Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional correspondiente al Ejercicio Fiscal 2025.
Criterios
El Gobierno se encuentra elaborando su previsión de ingresos y gastos para el año próximo tomando en cuenta cuatro criterios fundamentales: el mantenimiento del equilibrio fiscal, el otorgamiento de planes sociales sin intermediarios, la modernización y simplificación del Estado, y un aumento en las partidas para defensa y seguridad.
Las proyecciones de la Casa Rosada contemplan el equilibrio fiscal sostenido, la desaceleración de la inflación, la mejora del balance del Banco Central y el fortalecimiento de las reservas internacionales.
Se aspira que en el año próximo “se mantengan las condiciones de estabilidad macroeconómica que permitan el despegue definitivo de las potencialidades productivas del país, generando un ambiente favorable para el incremento de la inversión privada, una mejora de la productividad, y el crecimiento de la actividad, del empleo y los ingresos”.
Las autoridades señalan que es prioritario continuar con la política de déficit cero, fortaleciendo la eficacia y eficiencia del gasto público y haciendo énfasis en la reducción del gasto político para dar prioridad al sostenimiento de ingresos de los sectores de mayor vulnerabilidad.
En este sentido, el Ejecutivo ratifica las políticas diseñadas desde el Ministerio de Capital Humano, que conduce Sandra Pettovello, orientadas a eliminar la intermediación en los planes, ampliar la asistencia social a madres y niños de los sectores más vulnerables y proteger el poder adquisitivo de las jubilaciones y pensiones.
En cuanto al rol del Estado, la estrategia oficial se orienta a “hacer un Estado moderno, eficaz, eficiente, simple y útil para los ciudadanos, ocupado en sus funciones esenciales para no entorpecer las condiciones para el desarrollo del sector privado, favoreciendo la libre empresa”.
En tal sentido, se inscriben las tareas que realiza el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, comandado por Federico Sturzenegger, que buscan simplificar acciones y procesos, digitalizando y simplificando trámites, desburocratizando y eliminando intermediarios.
En cuanto a las fuerzas de seguridad y defensa, se apunta a mejorar el equipamiento tanto para sostener la soberanía territorial como para mejorar la seguridad interior fortaleciendo la prevención del delito y la investigación del crimen organizado.
Las autoridades se encuentran elaborando además los datos cuantitativos que contendrá el proyecto (inflación y crecimiento, entre otros). En fuentes oficiales se señala que, con el antecedente de los logros alcanzados en materia fiscal en los últimos meses, el presupuesto 2025 “será por primera vez en muchos años una verdadera hoja de ruta”.