Economía
Hoy entra en vigencia el nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) con el que el Gobierno buscará cuidar las escasas reservas del Banco Central. La modificación forma parte de una serie de medidas que tomó el Gobierno con el objetivo de conservar las divisas acumuladas en septiembre gracias al “dólar soja”. Así, en la última semana el Ministerio de Economía oficializó una modificación al dólar tarjeta, con un recargo extra del 25% para los consumos en el exterior que superen los u$s300 mensuales y, por otro lado, reforzó los controles a las importaciones al aumentar la cantidad de posiciones sujetas a licencias no automáticas.
La modificación en el dólar tarjeta impactó negativamente en los canales paralelos del dólar, y la primera reacción del blue fue una suba de $10 hasta $290, y la misma tendencia siguieron los dólares financieros, con subas entre $10 y $12. En ese marco, analistas consultados por Ámbito advierten que el nuevo esquema para importadores agregará mayor presión ante la búsqueda de cobertura de los importadores para afrontar los futuros pagos.
El asesor financiero Salvador Vitelli sostuvo: “El principal punto a destacar de la comunicación A7622 es que se van hacer pagos diferidos, como hasta ahora, excepto que se utilicen dólares propios, lo que indirectamente termina siendo importaciones a un dólar CCL. Esto puede presionar más al dólar, dado que los importadores van a tener que salir a comprar dólar cable y así girarlos al exterior”.
En esta línea, el economista Federico Glustein consideró que, por la complejidad de la medida, su implementación plena llevará días de acomodamiento, lo que traerá incertidumbre. “Si las empresas pagan con CCL, podría generar un párate de 90 días para tener acceso al dólar oficial, por lo tanto, es probable que se generen dos opciones: un aumento de demanda de ese segmento para aquellos que definitivamente vayan a cambiar el régimen y, por el otro, los que esperen a que la autoridad monetaria defina el acceso al dólar oficial y tendrán una demora de semanas para acceder a las divisas. En el otro punto de la transacción comercial, los que venden a importadores podrían no vender dado que no tienen garantizado el pago y podría ser tarde y se podrían perder mercados”, planteó. Y agregó: “Todo esto va a llevar a un incremento del tipo de cambio paralelo, tanto del blue como del CCL”.
Coincide en el análisis Sergio Chouza, director de la Consultora Sarandí: “La implementación no es trivial. Requiere cambios en los sistemas y también la adecuación por parte de funcionarios y técnicos. Una vez que funcione de forma plena, la centralización que implica el sistema puede provocar que para el Gobierno sea más fácil topear un objetivo mensual de importaciones autorizadas en valores, que sea consistente con los equilibrios externos”. En esta línea, agregó: “Es difícil que eso compatibilice con las necesidades del sector privado, por ende, el resto seguirá teniendo que buscar financiamiento o cursarse con los propios dólares de las empresas, lo cual le va a seguir imprimiendo presión a los dólares alternativos”.
Por su parte, la economista Natalia Motyl señaló dos canales de mayor presión. “Por un lado, los que no pueden acceder al dólar de forma oficial, lo buscarán en los mercados paralelos. Por otro lado, impacta negativamente sobre las expectativas. Es una señal clara a los mercados de que es insostenible mantener un tipo de cambio atrasado. Los dólares que entraron en el BCRA desde el sector sojero y organismos internacionales, tranquilizaron los mercados pero, si siguen con la política de mantener artificialmente el tipo de cambio para no asumir el costo político, estos dólares se van a terminar yendo en poco tiempo”.