Economía.
El gobierno de Javier Milei confirmó este martes que extenderá el plazo para poder inscribirse en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) y beneficiarse así de tarifas de luz y gas rebajadas. Así lo anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa desde Casa Rosada.
La Secretaría de Energía busca «depurar» el RASE con un minucioso cruce de datos, en línea con el objetivo oficial de reducir lo más que se pueda el gasto del Estado, por lo que casi dos millones de usuarios residenciales deberán reinscribirse en el padrón.
La Resolución 90/2024 de Energía establece que cerca de 1,7 millones de usuarios que fueron incorporados automáticamente al RASE como hogares de bajos ingresos (N2), deberán reingresar al sistema de forma individual antes del 4 de septiembre próximo.
Los hogares se encuentran divididos en tres categorías en base a los niveles de ingresos que perciben según la segmentación de subsidios vigente desde 2022:
- Altos ingresos (N1)
- Ingresos bajos (N2)
- Ingresos Medios (N3)
De cuerdo con los últimos datos oficiales hay 5,3 millones de hogares considerados N1; 8 millones bajo la categoría N2 mientras que los N3 llegan a los 2,7 millones de hogares.
Quienes no cumplan con el trámite serán catalogados como N1 y, por tanto, perderán el subsidio a las tarifas de luz.
En tanto, en el caso del gas, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), cuenta con mayor información porque la subvención se otorga a nivel nacional, por lo que el Gobierno cuenta con más herramientas para «depurarlo».
Tarifas: subas de hasta 1.200%
Las familias que viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) necesitaron más de 140 mil pesos en julio para hacer frente a las tarifas de servicios públicos. Así lo reveló el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet. Sin embargo, se espera que el mayor impacto económico por la quita de subsidios, la suba del precio y el aumento del consumo de la luz y el gas se sienta en agosto y septiembre.
El análisis de la UBA-Conicet calculó que un hogar promedio del AMBA necesita de 142.645 pesos para cubrir sus necesidades energéticas, de transporte y de agua potable durante el séptimo mes del año, lo que implica que el costo de la canasta total de servicios públicos se incrementó 374% frente a diciembre de 2023, cuando llegaba a los 30.100 pesos.
El incremento en lo que va del año se explica a partir de las actualizaciones de tarifas de transporte (enero y febrero), energía eléctrica (febrero y junio), agua y gas natural (abril y junio).
Asimismo, los consumos de gas natural y energía eléctrica están ajustados por la estacionalidad de la demanda: a menos temperaturas, más nivel de consumo. O sea, se pagan más caras las boletas de la energía por la suba del precio y por el incremento del consumo.