Los dólares paralelos atravesaron una semana de relativa calma, luego de la volatilidad experimentada en las últimas ruedas previas al balotaje. Tras el repunte el viernes, la brecha cambiaria promedio tocó mínimos semanales del 138% y cerró la semana en 158%, 12 puntos porcentuales por debajo al cierre semanal previo.
Economía
Entre las causas que explican esta relativa estabilidad se destacan la liquidación de aproximadamente u$s150 millones diarios por los cambios en el Programa Incremento Exportador tras el balotaje, que mejoraron el precio en pesos y estimularon las ventas. Asimismo, se advierte un reacomodamiento de expectativas de devaluación de los inversores, que se reflejó en los mercados de dólar futuro, ante los rumores extraoficiales y luego la confirmación de Luis Caputo como ministro de Economía de la futura administración, lo que alejó en el corto plazo la idea de la dolarización. Hacia adelante, analistas consultados esperan un reacomodamiento al alza de las cotizaciones ante la aceleración de la inflación y a la espera de medidas concretas del próximo Gobierno.
A lo largo de la semana, el dólar CCL tuvo una caída de $105 hasta los $820. El viernes, experimentó un importante rebote hasta los $904. De esta forma, semanalmente acumuló un recorte de 2,27%. La misma tendencia tuvo el dólar MEP, acumulando una caída de $134 hasta los $838 a lo largo de la semana, con un rebote de $69 hasta los $907 en la rueda del viernes. Por último, el dólar blue tuvo un recorte de $90 hasta los $905 en la semana, y el viernes rebotó $50 para cerrar en $955.
Así, según Ecolatina “el MEP y el dólar blue mostraron recortes semanales en torno al 4% y 5%, el CCL vía Cedear mostró una reducción del 2%, y el CCL vía GD30 una caída del 7,5%. Como resultado, la brecha promedio tocó mínimos de 138% para cerrar la semana en 158%, más de 12 p.p. por debajo del cierre semanal previo (170%)”.
Martín Kalos, director en EPyCA Consultores, destacó que “por un lado, siguen reacomodándose respecto a las expectativas de dolarización, que cada vez parece más claro que no va a ocurrir en el corto plazo. De esta forma, la cobertura contra esta medida fue cayendo, dado que la misma implicaba un tipo de cambio más alto, tanto para los paralelos como para el oficial, y una aceleración inflacionaria con riesgo de espiralización. Asimismo, el otro factor importante es la liquidación de u$s150 millones promedio por día por parte de los exportadores en el CCL, lo que repercutió en todos los dólares paralelos”.
Por su parte, Gastón Valles, Trader Quaestus Advisory, señaló que fue una semana cargada de rumores. “La primera mitad de la semana con dólar a la baja para cerrar con un rebote entre jueves y viernes. En principio con el “dólar blend”, el cual permitía a exportadores liquidar la mitad al dólar oficial y la mitad al dólar CCL, sumado a la posibilidad de suscribir Lediv las cuales eran dólar linked +0%, dieron lugar a una liquidación muy fuerte de dólares financieros. Luego, a mitad de semana, el BCRA dio marcha atrás con la suscripción de estas letras y a partir de allí comenzó el rebote que terminó con una suba de aproximadamente 10% desde el mínimo. A esto podemos sumarle también el rumor de que el dólar podría converger a la zona de $650 tanto oficial como financieros, algo que rápidamente el mercado dio por descartado. Por último -analizó-, podemos agregar que son semanas donde se empiezan a tejer muchas especulaciones con las medidas que pueda llegar a tomar el nuevo presidente electo en materia económica”.
Hacia adelante, para los analistas los dólares paralelos van a reacomodarse al alza a la espera de la concreción de nuevas medidas de la futura administración. En esta línea, el economista Gustavo Ber señaló que “ante menores liquidaciones y el repentino fin de las Lediv, los dólares financieros arrancaron desde el jueves un intento de reacomodamiento luego de desinflarse con fuerza en los últimos tiempos. Ello sumado a la expectativa de una aceleración en la inflación a corto plazo -a partir del sinceramiento de los precios relativos- podría activar una vez más una mayor búsqueda de cobertura más allá del clima de mayor confianza entre los operadores”.