Fue tentado por Gallardo para jugar las instancias finales de la Copa Libertadores con River, pero Banfield no acepta negociarlo; ¿él podrá reactivar el pase?
El fútbol convive con las presiones. Darío Cvitanich las sufrió a lo largo de su carrera y también las disfrutó, ya que varias veces dijo que esa adrenalina y exigencia lo hacía mejorar. Pero estaba tan tranquilo en la vuelta a su casa,Banfield , que hasta para explicar su buen presente le entregó datos a los arqueros rivales: «A veces, antes de patear un penal, vienen los compañeros y me dicen que lo asegure, que le pegue fuerte y al medio. Y como no le sé pegar al medio. siempre elijo un palo». Aunque enseguida se dio cuenta y recalculó: «Uh, ahora van a saber que se tiran a un lado o al otro, es un 50 y 50», dijo entre risas el 9 que, entre otras virtudes, sumó la de ejecutar los paneles a los ángulos o bien pegados a un palo. A los 33 años le llegó a Cvitanich una chance impensada.
Estaba jugando en la MLS, en la tranquilidad de los Estados Unidos y regresaba a Banfield para llenar los huecos que habían dejado dos referentes como Erviti y Silva, para apuntalar el trabajo de Falcioni con los más chicos. En eso andaba, hasta que un llamado de Marcelo Gallardo para llevarlo a River lo sacó del eje. Lo sorprendió, primero, y lo ilusionó, después, hasta que por la noche Eduardo Spinosa, presidente del Taladro, lo declaró intransferible. a menos que River pague la cláusula de 10.000.000 de dólares. Así pues, un Cvitanich que había regresado en un alto nivel y que hasta desempeñaba varios roles en uno en Banfield (N° 9, capitán, referente, líder, psicólogo de los más chicos y hasta el DT de Falcioni dentro del campo de juego) terminó como protagonista de esas historias que no encuentran los momentos ideales para tener los finales felices. Porque en medio del torneo, alguien iba a perder. O River, o Banfield, o él.
La reunión entre Spinosa y Enzo Francescoli , manager millonario, duró dos minutos. Los suficientes para que el presidente del Taladro le comunique que el delantero no estaba a la venta, que debía escuchar a los socios. River pensó en ofrecer cuatro millones de dólares y hasta en incluir a Bertolo en la negociación. Gallardo, que ya había tanteado a Cvitanich en otros libros de pases, como hizo con los casos de Pinola y Scocco, lo había elogiado en el mediodía de ayer: «Civitanich tiene jerarquía y experiencia, dentro de las opciones que hay puede jugar en River sin sentir el peso de esta camiseta». Un día antes, Falcioni había dejado en claro la importancia del punta en Banfield: «Es un referente, es muy importante para nuestro juego. Me preocuparía que se fuera, claro».
Cvitanich volvió con un alto nivel, como si la experiencia lo hubiera transformado en un delantero más completo. El N° 9 que fue campeón con Boca en 2011 y podría estar a cuatro partidos de dar la vuelta olímpica con River en la Libertadores 2017, el que hoy saldrá a jugar con la camiseta de Banfield ante Estudiantes, fue -hasta ahora-, el único que no se manifestó públicamente sobre el tema. ¿Un pedido suyo podría reactivar las negociaciones? Lo único concreto es que ni él pensaba encontrarse, a los 33 años, ante una situación así.
Fuente: La Nación