La joya de Racing, a quien el DT de la Selección fue a ver al Cilindro, metió tres goles del 4 a 0 frente a Huracán.
En el sube y baja del fútbol, Racing había quedado muy abajo la fecha pasada en el estreno de Eduardo Coudet como entrenador, con una derrota y una mala actuación en Santa Fe. Y en cambio Huracán, tras la victoria ante River, se afianzaba en los puestos de arriba. Ayer sucedió todo lo contrario. La contundente victoria significa un impulso hacia arriba para el equipo de Avellaneda, que si bien aún navega por la mitad de la tabla con 19 puntos, las sociedades Matías Zaracho- Lautaro Martínez-Lisandro López- Ricardo Centurión ilusionan al mundo académico. En tanto, el Globo sufrió un shock de realidad y, más allá de que sigue en zona de clasificación a las copas, la goleada en contra lo obliga a pensar otra vez en su incómoda situación en la tabla de promedios del descenso.
Racing tuvo un primer tiempo de alto nivel. Fue un equipo con mucha presión, mucha intensidad y muy vertical. Se lo notó muy convencido de lo que hacía, con mucho ritmo y mucha agresividad. Y mucho tuvo que ver la gran actuación de Lautaro Martínez. El juvenil tiene un presente notable y su futuro se vislumbra poderoso. Abrió el partido con un golazo. Fue buena la contra de Racing primero con el cruce de Donatti, la salida del Pulpito González, la conducción de Zaracho y la definición de Lautaro, primero dominando de derecha y luego definiendo de zurda. Después, casi genera la expulsión de Marcos Díaz a pura gambeta, pero el árbitro Baliño solo le mostró amarilla.
También fue responsable del segundo gol, porque de una jugada cerrada, recuperó la pelota, enganchó entre Damonte y Calello, que lo terminó bajando. Desde los 12 pasos, Licha López sigue demostrando un alto porcentaje de efectividad. Y cuando finalizaba la primera etapa, aumentó con otra definición de zurda, el delantero diestro. Huracán intentó ser prolijo y ordenado desde el arranque. Pero no encontró herramientas para frenar el vendaval que fue Racing. Buscó acortar líneas, acercarse con los volantes más retrasados para alimentar mejor a Norberto Briasco, pero no logró profundidad. Apenas, en la primera etapa, se pueden rescatar un cabezazo apenas desviado de Salcedo y una llegada de Pussetto que Musso no logró conectar pero no tenía ningún compañero para terminar la jugada. Ante tanta impotencia, la pelota parada resultó por momento un recurso para acercarse al área rival.
Huracán intentó revertir la historia en el comienzo de la segunda etapa. Gustavo Alfaro mandó a la cancha a Andrés Chávez (la nueva incorporación como carta de gol por el alejamiento de Wanchope Abila), el equipo tuvo más dominio y más control de la pelota pero no llegó a lastimar. Pero fueron apenas diez minutos. Después, otra vez empezó a manejar la pelota Racing. No fue tan intenso, tan punzante y tan picante como la primera etapa, pero Lautaro Martínez continuó intratable.
Alexis Soto estuvo cerca del cuarto con un tiro libre (falta de Nervo sobre Martínez) que pegó en el travesaño. Pero el sello de la goleada estaba destinado a la gran figura de la noche. La contra la manejó muy bien Ricardo Centurión, rápido, encarador, quien antes de pisar el área grande la alargó para la definición letal de derecha de Lautaro, con otro buen geste técnico en la ubicación de la jugada. El delantero de Racing completó una noche mágica y selló el primer hat-trick de su carrera. Con 16 goles en 42 partidos con la camiseta académica, elevó su promedio de gol a 0,38. Con una cláusula de rescisión de 20 millones de dólares, con el técnico de la Selección Jorge Sampaoli en el Cilindro, con apenas 20 años, Lautaro Martínez sigue siendo un diamante en bruto.
La goleada le permite al Chacho Coudet comenzar la reconstrucción de Racing tras el alejamiento de Diego Cocca. Un triunfo ayuda, pero una victoria tan contundente como la de anoche revitaliza. Para Huracán queda la preocupación. No le alcanza al equipo de Alfaro con orden y prolijidad cuando el rival lo sorprende de entrada. No tenía peso ofensivo con Briasco y el ingreso de Chávez, ayer, no cambió nada.
Fuente: Clarín