Economía.
Este lunes dará comienzo el esquema nuevo de política monetaria que implicará una migración completa de la deuda del Banco Central hacia el Tesoro, que emitirá nuevas letras que pagarán intereses a los bancos tenedores de esos títulos. Así, el Gobierno cerrará formalmente la última canilla de emisión de pesos para intentar acelerar la caída del ritmo de inflación y hacerlo converger hacia el 2% mensual, es decir, la velocidad a la que se mueve el tipo de cambio oficial.
El sistema de transmisión de la política monetaria que tendrá vigencia desde hoy, a grandes rasgos, implica un cambio de “bolsillo” pagador: mientras hasta este viernes los intereses de los pasivos remunerados del BCRA eran pagados con emisión monetaria, desde ahora ese costo será afrontado por el Ministerio de Economía, que necesitará así reforzar su resultado fiscal para mantener su capacidad de pago.
En los últimos días el Palacio de Hacienda realizó una operación de canje con el Banco Central por unos 20 billones de pesos: la entidad que conduce Santiago Bausili entregó ese monto de bonos del Tesoro que estaban en la cartera del Banco a cambio de las nuevas LeFi con las que la autoridad monetaria manejará la liquidez del sistema financiero. El BCRA, como es habitual, establecerá cuál es la tasa de interés de referencia de la economía, pero en lugar de derramar a través de los pases, lo hará vía las LeFi, que tendrá intereses que devengarán de manera diaria y que serán garantizados por pesos provenientes del Tesoro.
El sistema de transmisión de la política monetaria que tendrá vigencia desde hoy, a grandes rasgos, implica un cambio de “bolsillo” pagador
Desde los despachos oficiales mencionan que la operatoria para los bancos no será distinta a la que se realizaba con los pases, ya que será diario y habrá distintas ventanillas por las cuales podrán solicitar liquidez cuando lo necesiten. La implicancia es más bien macroeconómica: el Tesoro se hará cargo, a través de las nuevas Letras Fiscales, de los más de 11 billones de pesos de pases que formaron parte del balance de la autoridad monetaria hasta este lunes por la mañana cuando se realice el pase de manos.
Hay argumentos también para sostenerla en los niveles actuales, de 40% nominal anual, según analizan también en el mercado. “Mantener la tasa de política monetaria en 40% sería una nueva muestra de la convicción del equipo económico en mantener la trayectoria bajista de todas las variables nominales (inflación y tasas nominales) con la idea de que converjan al 2% mensual del crawling peg”, dijo la consultora 1816 en un informe a clientes.
La cuestión no es menor porque la “convergencia” de la tasa de inflación con la del tipo de cambio oficial pareciera ser el nuevo objetivo en la mira del equipo económico como precondición para liberar el cepo cambiario, algo sobre lo que el presidente Javier Milei brindó alguna precisión adicional en las últimas horas, en conversación con usuarios de X.
En ese contexto, el jefe de Estado precisó que la inflación que esperan que llegue al 2% mensual no es el IPC general sino que mirarán la inflación núcleo -la que descarta en la medición los precios estacionales y regulados- y la mayorista. La última núcleo fue en junio de 3,7% según el Indec y el BCRA espera un 3,2% para julio; mientras que la última mayorista fue de 2,7 por ciento. Una vez que converja al 2% mensual, el Gobierno podría buscar según analistas hacer aún más lento el crawling peg para acercarlo al 1% y, si la inflación acompañara, dejar el tipo de cambio fijo.
Para Delphos Investment, tras la recompra anunciada el jueves pasado por el Banco Central, “la canilla de emisión potencial de los PUTs se redujo sustancialmente” y tras el movimiento que tendrá lugar este lunes “desaparecerá el déficit cuasifiscal”. “Queda todavía el interrogante sobre la posible suba de la tasa de política monetaria luego del debut de las LeFi. Mientras la inflación no perfore con comodidad 4% mensual, las tasas de interés pasivas se mantendrán en terreno negativo, desincentivando los depósitos en pesos”, analizaron.
Consultatio Financial Services, en tanto, pasó en limpio que el Gobierno, con esta medida, “mantiene fija la base monetaria amplia (que incluye la base monetaria tradicional y ahora los depósitos del Tesoro en el BCRA, que con anterioridad eran pases)”. “En el mediano plazo, esto podría ir relajándose en la medida en que los bancos cancelen LeFis tomando los pesos del tesoro depositados en el BCRA y volcándolos a la economía para abastecer la demanda de base monetaria”, apuntó.
Una de las incógnitas es si habrá espacio para una suba de tasas de interés: ese movimiento ya no implicaría una mayor necesidad de emisión monetaria.
“El objetivo buscado por el gobierno es acelerar el proceso de desinflación, pero la medida tiene costos importantes sobre otros frentes: derivará en una menor acumulación de reservas, profundizará la recesión y por consiguiente presionará sobre el resultado fiscal, que simultáneamente deberá compensar menores ingresos por la recesión, la necesidad de comprar dólares y de pagar los intereses de las LeFi”, advirtió de todas formas.
Puesto en números, según Equilibra, “la base monetaria amplia (BMA) no podrá superar los $47,8 billones, valor que alcanzó el 30 de abril. Es el límite que se autoimpuso el gobierno en la ‘segunda etapa’ del plan económico. Al último dato disponible (15 de julio), la BMA sumaba $32,7 B (base monetaria por $21,2 billones y pases pasivos por $ 11,5 billones), por lo que resta margen para expandir la BMA en $15,1 billones”, midieron.
“Vale aclarar que estas proporciones se modificaron en las últimas dos ruedas, dado que ayer el Tesoro comenzó a licitar sus LeFi (traspaso desde Pases Pasivos a Base Monetaria) y el Central emitió $ 90.000 millones para recomprar el 78% de los puts sobre bonos del Tesoro en manos de bancos por $13,2 billones. Asimismo, el BCRA anunció que esterilizará todo lo emitido para comprar dólares en el MULC, que entre el 30 de abril y el 15 de julio sumó $2,4 billones, e implicaría una venta de reservas por USD 1.800 millones”, midieron.