Internacional
China respondió a las declaraciones incendiarias que realizó Javier Milei desde que ganó las elecciones primarias a nivel nacional, provocando un cimbronazo que cruzó las fronteras y preocupó a los principales socios comerciales de Argentina.
Con más de siete millones de votos, Milei se convirtió en el favorito en la carrera hacia la Casa Rosada en las PASO del 13 de agosto. Desde entonces, el líder de La Libertad Avanza se dedicó a dar entrevistas para dar cuenta de sus ideas de gobierno que generaron polémica, en especial en lo que refiere a la política exterior, un área delicada para un país sumergido en un contexto de volatilidad cambiaria y una profunda crisis socioeconómica.
Milei apuntó los cañones contra el país comandado por Xi Jinping, en el marco de su denominada «lucha global contra socialistas y estadistas». Se trata del segundo socio comercial más importante de Argentina. Fiel a su estilo sobreideologizado, Milei acusó a China de «asesinar» a sus ciudadanos que «quieren ser libres» y fue categórico: no sólo planea evitar «hacer pactos con comunistas» sino que, al menos desde el discurso, impulsará la ruptura de las relaciones con ese país.
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La respuesta de China a Milei
El día después del impacto de las elecciones, a través de su Embajada en Argentina China hizo oídos sordos a las incendiarias declaraciones del aspirante presidencial. Se limitó a decir que «no se meten en asuntos internos» de otros países, en un guiño al derecho internacional público.
Sin embargo, unos días después rompió el silencio y le respondió a Javier Milei, a quien los medios chinos ya catalogan como «el Donald Trump argentino». Lo hizo a través del vocero de la Cancillería de China, Wang Wenbin, en la rueda de prensa convocada para este jueves 17 de agosto.
«China es un país regido por la ley. La libertad personal de los ciudadanos chinos, sagrada e inviolable, está protegida por nuestra Constitución», dijo Wenbin, ante una pregunta sobre la posición del libertario frente a quienes considera que «no respetan la libertad».
En esa línea, el vocero del flamante canciller Wang Yi indicó que «libertad personal de los ciudadanos chinos, sagrada e inviolable, está protegida por nuestra Constitución», y que se trata de «un aspecto importante de los valores comunes de la humanidad y los valores socialistas fundamentales».
Bajo el tono moderado que caracteriza a los funcionarios chinos, Wenbin se refirió a la economía, un tema central en el discurso de Milei, y «defendió» el sistema político chino bajo el Partido Comunista, que permitió el famoso crecimiento «a tasas chinas» de un país que supo tener una matriz casi exclusivamente rural. «China ha creado los dos milagros del rápido crecimiento económico y la estabilidad social a largo plazo, y la gente disfruta de una creciente sensación de felicidad y seguridad», agregó.
Por último, el funcionario del gabinete chino invitó al líder de La Libertad Avanza con chances de ganar en las elecciones del 27 de octubre a visitar China y «ver con sus propios ojos» cómo es la realidad del país, más allá de las ideologías. «Creo que si el Sr. Milei puede venir a China y ver el país por sí mismo, encontrará una respuesta totalmente diferente a la pregunta de «si los chinos son libres o no y si China es segura’«, cerró.
La política exterior de Milei
El candidato favorito de las elecciones primarias indicó que en caso de ganar la Presidencia su política exterior estará «alineada a Occidente», con una explícita mención a Estados Unidos e Israel, un detalle no menor en el marco de la competencia estratégica entre el país norteamericano y China, entre otras potencias emergentes.
En esa línea, insistió en su negativa de «hacer negocios con comunistas», situando a China en el mismo lugar que otros países condenados por una parte de la comunidad internacional como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte. «La gente no es libre en China, no pueden hacer lo que quieren y cuando lo hacen, los matan«, declaró Milei a Bloomberg News el día anterior al pronunciamiento chino sobre el aspirante presidencial.
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Queda mucho por ver si, en caso de ganar en octubre, el autodenominado «anarcocapitalista» llevará a la práctica la enemistad con China o si sólo formará parte de su retórica frente a quien se convirtió en el segundo socio comercial de Argentina y un aliado clave para aliviar la situación financiera, marcada por los vencimientos con el FMI y la escasez de reservas del Banco Central, robustecido a través del acuerdo de swap sino-argentino de 18 mil millones de dólares a tres años.
Por lo pronto, con el pasar de los días Milei fue bajando el tono frente al gigante asiático. Si bien sostuvo que en caso de ser presidente «no promoverá los lazos con quienes no respetan la libertad», aseguró que respetará los numerosos acuerdos firmados entre los dos países, como la tercera central nuclear, el radiotelescopio más grande de Sudamérica o represas gemelas en la Patagonia. Sin embargo, dijo que «no se involucrará» y que la sociedad con China será a través del sector privado.