Cafiero busca flexibilizar los vuelos y negocia con Vizzotti la ampliación de cupos


7 julio, 2021


El Gobierno tuvo una mala reunión con representantes de líneas aéreas. Salud teme por la cepa Delta.

El Gobierno debate por estas horas el mecanismo para desactivar el conflicto con los argentinos varados en el exterior sin descuidar la situación epidemiológica que podría complicarse con el ingreso de la variante Delta del coronavirus.

Un sector del Ejecutivo quiere llegar a fines de julio con el cupo de 2000 personas por día que estaba vigente antes de las restricciones que ahora permiten el ingreso de 600 personas.

Esa idea la encabeza el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, que consensuó la medida con Alberto Fernández. Para eso se irían habilitando progresivamente más cupos diarios hasta llegar a los 2000.

En el ministerio de Salud de Carla Vizzotti piden retrasar lo más posible el regreso de los miles de varados, para poder avanzar con el plan de vacunación antes de la inevitable llegada de la cepa Delta. La semana pasada, por caso, a dos de los pasajeros que ingresaron al país se les detectó esta variante que es mucho más contagiosa que las anteriores y requiere la aplicación de las dos dosis de la vacuna para mitigar las hospitalizaciones y muertes.

Cafiero tiene una pelea aparte con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que la semana rechazó una reunión con el Gobierno por el conflicto con los vuelos debido a que los atendería Alexis Guerra, el ministro de Transporte, y no el jefe de gabinete, como pretendían.

Por eso la reunión que se programó para este martes terminó mal y sólo duró 10 minutos. A ella, además de los directivos de IATA, asistieron funcionarios de segunda línea del ministerio de Transporte, además de la titular de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC) Paola Tamburelli.

En el encuentro el Gobierno justificó la imposición de medidas para limitar el ingreso al país de personas que viajaron al exterior. Fuentes del Ejecutivo señalaron que la reunión no cambió nada y se pautó sólo para cumplir con IATA con cierto desdén. Es que en el Gobierno creen que esta asociación se maneja con un sesgo político.

No ayudó a la armonía que antes del encuentro de este martes, IATA acusara al Gobierno de «dejar tiradas» por el mundo a 1.400 personas por día.

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