Duele perder
un partido, duele un descenso, duele también la venta de las
instalaciones y también duele perder la localía. Pero no perdieron lo
hinchas de Gimnasia, perdieron los dirigente y la ganaron los violentos, esta es una nueva cachetada al hincha.

La policia sacó los bombos y redoblantes pero no
funcionó, sacaron banderas y encendedores pero no funcionó. Sacaron el
fernet y tampoco funcionó. También probaron sacando los papeles, los
rollos y la pirotecnia pero tampoco funcionó. Aún nadie tuvo la
brillante idea de sacar a los violentos, de no darles identidad
suficiente como para que no vayan y si bien la violencia puede ser
entendida como un problema social nacional, no hubo ninguna policía en
el país que haga semejante mamarracho.

Como nota de color podemos ver cómo es que se emplean similares cantidades para un clásico salteño como para un Boca- River
de 50 o 60 mil personas. Los dirigentes de Gimnasia además de las pocas
luces de la policia de Salta, tienen el problema de ser
contradictorios, quieren que la familia vuelva a la cancha pero ven con
buenos ojos que se encierren a mujeres y niños en parcialidades oscuras
donde cambien operativos según pareceres hora a hora, sin dejar en claro
cuáles van a ser las ubicaciones finales o cosas tan simples como donde
habría que dejar el auto. También son contradictorios los esfuerzos de
dirigentes y fuerzas de seguridad donde buscan evitar la violencia, pero
con operativos que solo logran violentar y lastimar al hincha de
Gimnasia.

Los dirigente regalaron la localía en la búsqueda de vender
mil entradas más, dejando de lado la comodidad del hincha centenario de
Gimnasia y la policia logró meter más adicionales y no tener que cortar
dos calles céntricas. Todos se olvidaron que el fútbol es un
espectáculo deportivo. Y que Gimnasia es de los hinchas, ya nos
golpearon muchos años y eso también es violencia. Aunque Gimnasia y Tiro gane en la cancha, perdió en los escritorios.

Fuente: Que Pasa Salta