Italia y otros cinco países también la suspendieron. Europa entró en alerta por los casos de trombosis y embolia en los vacunados. El laboratorio niega vinculación con la vacuna.
La vacuna de AstraZeneca y Oxford entró en una crisis muy seria por la cancelación masiva de su uso en la Unión Europea a partir de los casos de embolia y trombosis entre los vacunados.
Alemania, Francia e Italia anunciaron este lunes que suspenden preventivamente la aplicación de la vacuna. De esta forma, se sumaron a Países Bajos, Irlanda, Dinamarca, Noruega e Islandia que ya la habían suspendido. En las próximas horas España podría tomar la misma determinación.
«En base a la recomendación de nuestro ministro de Sanidad, la decisión que se ha tomado es suspender por precaución la vacunación con AstraZeneca, esperando retomarla rápidamente si lo permite el dictamen de la Agencia Europea del Medicamento» que se conocerá el martes, anunció el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en línea con lo informado poco antes por los gobiernos de Alemania e Italia.
Las decisiones se conocen después de que salieran a la luz varios casos de formación de coágulos sanguíneos en personas vacunadas con las dosis de AstraZeneca, incluidas algunas muertes que están siendo investigadas por la posible conexión con la inoculación. Este lunes se confirmó la muerte de una enfermera en Noruega una semana después de ser vacunada, tras lo cual presentó un cuadro clínico «inusual».
La medida tomada por Alemania, Francia e Italia se dio a pesar de que en las últimas horas AstraZeneca y Oxford hicieron ingentes esfuerzos por tratar de llevar tranquilidad a la comunidad científica asegurando que no hay pruebas de una vinculación entre la vacuna y la formación de coágulos.
«Hay pruebas muy concluyentes de que no hay un aumento del riesgo de coágulos sanguíneos aquí en el Reino Unido, donde se han administrado hasta ahora la mayoría de las dosis en Europa», dijo el director del equipo científico de la universidad de Oxford, Andrew Pollard.
AstraZeneca emitió un comunicado en el que afirma que los datos de seguridad de las más de 17 millones de personas vacunadas en Europa no muestran evidencias de un mayor riesgo de la aparición de embolia pulmonar o trombosis venosa profunda.
Hasta el 8 de marzo pasado, el laboratorio tenia detectados 15 episodios de trombosis venosa profunda y 22 de embolia pulmonar entre los vacunas. «Esto es mucho más bajo de lo que se esperaría que ocurriera naturalmente en una población general de este tamaño y es similar en otras vacunas» contra el coronavirus, agregaron.
Se trata de un nuevo revés para la vacuna de AstraZeneca, que en Argentina impulsa y produce el empresario Hugo Sigman. Aunque el inicio de la pandemia fue la vacuna más avanzada en su desarrollo, tuvo problemas en la fase 3 y nunca logró despejar algunas dudas sobre su seguridad. De hecho, Europa fue reticente a aplicarla en los mayores de 60 años por falta de información sobre los ensayos.
A eso se sumaron los serios problemas de abastecimiento que tuvo en Europa y que despertaron sospechas sobre maniobras para favorecer al Reino Unido. Los problemas de producción también afectan seriamente a América Latina, que todavía espera que se complete la producción en Argentina y México para distribuir en la región.
Semanas atrás, Sigman descargó culpas sobre el laboratorio mexicano Liomont (el encargado de completar el proceso que comienza en su laboratorio mAbxience) por la demora en la producción, aparentemente por el desabastecimiento de insumos para el envasado. En el gobierno argentino esperaban 2 millones de vacunas para abril, pero las dudas sobre su seguridad ponen en crisis todo el plan.
LPO