Luego del arrollador triunfo del MAS en Bolivia, el presidente Alberto Fernández expresó su deseo de reflotar la Unasur, que definió como «el proyecto correcto» para la región al lado de iniciativas como la del Grupo de Lima, «que sólo se preocupa por Venezuela». De hecho, ayer, en una votación en la OEA que condenó la convocatoria a las elecciones en Venezuela en diciembre, Argentina se abstuvo. Fernández confirmó, tal como adelantó PáginaI12, su intención de realizar junto a Evo Morales un acto en la frontera en La Quiaca, antes de que el ex presidente haga un reingreso triunfal a Bolivia a través del paso de Villazón. En cambio, no dio por segura su participación en la asunción de Luis Arce hasta que no se sepa exactamente qué día se realizará, aunque avisó que le «encantaría».
«Gracias a Dios, cuando los bolivianos pudieron expresarse se expresaron como lo hicieron y la verdad es que a mí me pone muy contento», comentó Fernández el resultado del domingo, más amplio que lo que indicaban los sondeos previos. Se mostró entusiasmado por la posibilidad de que el triunfo del MAS marque una nueva etapa en la región, donde se retomen iniciativas dejadas de lado en los últimos tiempos como la Unasur. «Tenemos que impulsarla porque es lo que más le conviene a América Latina: que nos unamos y enfrentemos los problemas que tenemos. Sería muy bueno que volvamos a trabajar en eso», manifestó.
«El Grupo de Lima tiene una cuestión ideológica que en la Unasur no existía. En Unasur podíamos convivir con (Sebastián) Piñera, (Alvaro) Uribe o (Juan Manuel) Santos y no había ningún problema. Era entender que el trabajo regional nos podía hacer más fuertes en la globalización», sostuvo Fernández sobre las diferencias de ambos agrupamientos. La Unasur surgió a partir de la conjunción de gobiernos progresistas en la región y se convirtió en una instancia que sirvió para resolver cuestiones de tipo político. Pero, luego, los gobiernos de derecha se encargaron de enterrarla, básicamente en desacuerdo por la participación de Venezuela. En su reemplazo presentaron el Prosur, que no tuvo ninguna continuidad, y en 2017 el Grupo de Lima, orientado a específicamente a impulsar la salida de Nicolás Maduro. El ex presidente Mauricio Macri fue un entusiasta integrante.
«Argentina nunca participó del Grupo de Lima. Nunca participamos de sus reuniones ni un documento. Desde que llegamos lo único que hicimos fue tomar distancia de este grupo», indicó ayer Fernández en una entrevista con El Destape Radio. Por cierto, Argentina continúa siendo miembro del Grupo pero no vota ninguna de sus declaraciones. Ayer se vio una nueva muestra de esta diferencia en la votación planteada en la Asamblea General de la OEA por los países que integran el Grupo de Lima y Estados Unidos, donde se condenó la convocatoria a elecciones legislativas en Venezuela el 6 de diciembre debido a la «falta de condiciones democráticas mínimas». Hubo 21 votos a favor de esta declaración, 4 en contra y 9 abstenciones, entre ellas, ls de Argentina y México.
En su mensaje ante la Asamblea, el canciller Felipe Solá criticó la dirección que le dio al organismo el secretario general Luis Almagro, caracterizado por seguir al pie de la letra los deseos de la Casa Blanca. Solá habló de la «división» que se busca promover entre los países por su posición respecto a Venezuela y resaltó que bloqueos y sanciones como se mantienen contra el gobierno de Maduro o contra Cuba sólo sirven para mayores sufrimientos en los sectores más postergados. El uruguayo Almagro tuvo una bochornosa incidencia el año pasado en el cuestionamiento a las elecciones bolivianas en las que se impuso Evo Morales y luego al avalar el gobierno de facto que surgió del golpe de Estado.
El ex presidente boliviano dijo ayer que, si tuviera dignidad, Almagro debería renunciar. El Grupo de Puebla, del que participa Alberto Fernández, emitió una declaración en el mismo sentido. «El papel que jugó en la desestabilización democrática de Bolivia y las relaciones excluyentes que mantiene con otros países del área lo inhabilitan para seguir ejerciendo el papel de mediación y facilitación democráticas que debería desempeñar al frente de tan importante cargo», sostuvo en un comunicado que firmaron ex presidentes como Dilma Rousseff, Rafael Correa, Fernando Lugo y Ernesto Samper.
Fuente : Página12