01-11-20 Por primera vez se refirió a lo que vivió en el club blaugrana a casi tres meses de su destitución, propiciada por el histórico 2-8 ante Bayern Munich.
Enrique Setién (62) se quitó de encima todo el lastre que le había quedado de su paso por el Barcelona. Fueron siete meses de vivir a velocidad máxima en un club exigente las 24 horas de los siete días de la semana, con el aditivo de tener en su plantel al mejor del mundo, Lionel Messi, sobre cuya figura se apuntó que no tardó demasiado en perderle el respeto al no validar su metodología de trabajo, incluso su forma de ser.
El entrenador fue muy duro en una nota que brindó al diario El País, para el que lo entrevistó el exseleccionador de España Vicente del Bosque.
Consultado sobre las diferencias entre el comportamiento del vestuario del Barcelona con el resto de los clubes que dirigió, Setién respondió: “La experiencia en el Barça ha sido extraordinaria. He tenido la oportunidad de vivir algo único. Les dije a los jugadores que nunca había estado en un vestuario como ese, que estaba con los mejores jugadores del mundo”.
Repreguntado por Del Bosque, quien apuntó que la clave de todo está en las buenas artes de las relaciones interpersonales que pueda lograr un entrenador con sus dirigidos, Setién explicó: “Totalmente de acuerdo. En mis 40 años en un vestuario, primero como jugador y después como entrenador, he llegado a la conclusión de que tienes 16-18 chicos absolutamente comprometidos. Hay cuatro o cinco que no tienen ese entusiasmo. Se entrenan, pero se dejan llevar y si las cosas van bien, suman y, si no, se quedan ahí. Luego tienes uno o dos que son complicados y retorcidos. Los he tenido como compañeros y como técnico. Esto sí ha sido permanente en todos los equipos. He tenido la máxima de decir la verdad. Si un jugador no juega y pide explicaciones, tienes que ser sincero con él”.
La nota continuó con Del Bosque insistiendo en que el diálogo debe primar y que el entrenador debe intentar ser justo y creíble. “Es algo que te tienes que ganar con el tiempo. Desde el primer día que entras en el vestuario los jugadores están con los oídos abiertos”, respondió el técnico que asumió en Barcelona en enero de 2020 y fue destituido en agosto del mismo año.
Hasta entonces la figura de Lionel Messi sobrevolaba pero no había sido mencionado en específico, hasta que ocurrió:
Del Bosque: Has entrenado al Barcelona que, además, tiene a Messi. Y vas el primer día y dices que para ti era un orgullo entrenar al mejor jugador del mundo…
Quique Setién: Es que creo que Messi es el mejor de todos los tiempos. Ha habido otros grandísimos jugadores que han sido buenísimos, pero la continuidad que ha tenido este muchacho a lo largo de los años no la ha tenido nadie. Si acaso Pelé… Le dije un día que llevaba 15 años esperando que llegara el partido del Barça para verle.
Del Bosque: ¿Hablabas mucho con Messi? ¿Las miradas?
Quique Setién: Hay otra faceta que no es la de jugador y es más complicada de gestionar. Mucho más. Algo inherente a muchos deportistas como se ve en el documental de Michael Jordan (ndr: The Last Dance). Ves cosas que no te esperas.
Del Bosque: Un técnico amigo que dirigió al Atlético me habló de un caso con un jugador: ‘O él o yo’. Le dije que le echarían a él. Normalmente, el jugador está más defendido que el entrenador.
Quique Setién: Es muy reservado pero te hace ver las cosas que él quiere. No habla mucho. Sí, mirar, mira… Después de irme lo que sí tengo claro es que en determinados momentos tenía que haber tomado otras decisiones, pero hay algo que está por encima de ti: el club. Y está por encima del presidente, del jugador, del entrenador. Es el club y los aficionados. Son a los que debes el mayor respeto y tienes que hacer lo más conveniente para la entidad. Hay millones de personas que piensan que Messi, o cualquier otro jugador, es más importante que el club y que el entrenador. Este jugador, como otros a su alrededor, han vivido durante 14 años ganando títulos, ganándolo todo.
Del Bosque: O sea que la frase que el Tata Martino le dijo a Messi —»ya sé que si llamas al presidente me puedes echar en cualquier momento, pero no me lo demuestres todos los días»—, encaja perfectamente. ¿Te quedaste con ganas de decírselo?
Quique Setién: Sí, he escuchado esa frase y otras. No me hace falta que nadie me diga lo que dijo Martino u otro. Lo he vivido. He tenido experiencias suficientes para hacer una valoración exacta de cómo son realmente este muchacho y los demás.
Del Bosque: Lo que te honra es que hables como hablas de él, y que digas que es el mejor jugador de todos los tiempos. Lo más importante en los deportes colectivos, en contraste con los deportes individuales, es que debe haber una generosidad. Y si la generosidad viene de los más grandes tendremos mucho ganado. Si por ejemplo un día decides quitar a Messi media hora porque está el partido sentenciado y das cariño a otro jugador esa es la generosidad que debe existir en un equipo. Quien no la tenga…
Quique Setién: Eso es difícil cuando alguien se ha acostumbrado a ganar. Y cuando dentro de sí mismo se genera una ansiedad que, cuando no lo consigue, le hace daño. Realmente, la exigencia tan bestial que hoy existe en el fútbol le ha imbuido a él y a otros muchos que necesitan vencer permanentemente. Pero, claro, para ganar tú no puedes utilizar todo. Es verdad que hay jugadores que no son fáciles de gestionar. Entre ellos Leo, es verdad. También hay que tener en cuenta que es el mejor futbolista de todos los tiempos. ¡Y quién soy yo para cambiarle! Si allí le han aceptado durante años como es y no le han cambiado…
Del Bosque: Se trata de tener un buen grupo y así el jugador será mucho mejor para el equipo.
Quique Setién: Seguramente, a su manera, es generoso. El problema es que la perspectiva desde dentro a veces te engaña. La realidad que ellos viven no es la realidad que vivimos los demás. Para ellos, y para mucha gente, lo único que importa es ganar y todo lo demás no vale. Hasta que no dejas el fútbol y no pasan unos años, no ves con claridad la realidad de la vida. Estás metido en lo tuyo, te retroalimentas del mismo grupo siempre y son situaciones difíciles para ellos. Son chavales a los que damos todo.
Del Bosque: Desde fuera ves que todas las pelotas tienen que tener el mismo destino, parece como si alguno dijera: ‘si no se la doy a Messi y…’. Se convierte en un servilismo mal entendido.
Quique Setién: Hay ocasiones en que no tiene que ser así. No se la tienes que pasar siempre. Tienes que tomar tus propias decisiones y afrontar la responsabilidad.
Del Bosque: No sé si las intervenciones de tu segundo, Eder Sarabia, les alteró un poco y en lugar de poner agua al fuego…
Quique Setién: Vicente, el primer día expliqué a los futbolistas cómo era Eder. Les dije que el primero que le tenía que aguantar era yo. Es un chico que tiene energía pura, que vive el fútbol con intensidad, pero que es como es. No le vamos a cambiar ya. Tratamos de cambiarle algunos aspectos porque le quiero muchísimo. También sé que aporta grandísimas cosas y eso hay que valorarlo. Es un chico extraordinario. El día que le sacaron las cámaras diciendo cosas, le dije que no podía dar esa imagen. Al día siguiente hablé con los capitanes y les pedí disculpas. Ellos me dijeron que no les importaba que chillara y les llamara la atención. No soy de pegar gritos, nunca lo fui. A veces viene bien que alguien lo haga, para meter intensidad. Los entrenamientos tienen que ser como los partidos. Muchos valoraban su figura.
Del Bosque: ¿Te sientes estigmatizado por ese 2-8?
Quique Setién: Quedas tremendamente dañado, pasas a la historia del Barça con esa derrota. Asumo mi porcentaje de culpa. Algún día igual escribo sobre esto. Tras echarme me enteré de que la decisión ya estaba tomada antes del 2-8. Me enteré de todo.
Fuente : TN Deportes