UNA GENIA TOTAL !!!
Camila Sol Fernández se convirtió en una referente de la ingeniería biomédica tras recibir el premio del Centro Argentino de Ingenieros, que reconoció su proyecto final de carrera entre más de 100 trabajos de distintas especialidades. Su investigación abre la puerta al desarrollo de prótesis de huesos en 3D fabricadas con biomateriales que permiten que las células se adhieran, crezcan y formen nuevo tejido óseo sin provocar rechazos ni efectos tóxicos.
El proyecto se llevó adelante en el Laboratorio de Biomateriales, Biomecánica y Bioinstrumentación (Lab3Bio), que forma parte del Instituto de Tecnologías Emergentes y Ciencias Aplicadas (ITECA), un espacio interdisciplinario en el que confluyen investigadores de CONICET, la UNSAM y otras universidades públicas.
Camila se incorporó al Lab3Bio en 2022 como becaria aportando su trabajo al desarrollo de prótesis biodegradables impresas en 3D para regeneración ósea. «Parte de mi participación fue incorporar un potencial antimicrobiano a estas prótesis biodegradables a partir del uso de extractos de plantas medicinales«, explica Fernández.
Las prótesis desarrolladas tienen dos particularidades: son biodegradables y bioabsorbibles. El objetivo es que el cuerpo las reconozca como algo propio, de modo que las células puedan crecer y proliferar sobre los andamios de material impreso. Con el tiempo, esa estructura se degrada y desaparece, dejando en su lugar hueso regenerado.
Uno de los principales beneficios de este desarrollo es que podría reducir la necesidad de una segunda cirugía, algo que suele ocurrir con las prótesis metálicas. El problema se vuelve aún más complejo en pacientes pediátricos, ya que las prótesis tradicionales no acompañan el crecimiento del cuerpo.
Como becaria aportó su trabajo al desarrollo de prótesis biodegradables impresas en 3D para regeneración ósea«El cuerpo la reconoce como algo familiar, entonces no la rechaza, y las células crecen y proliferan encima de estos andamios; se genera el hueso nuevo y luego, al cabo de un tiempo, como es biodegradable, esta prótesis desaparece», describe Camila.
Otro de los aspectos del proyecto que generó interés en la comunidad médica es el tratamiento superficial con potencial antimicrobiano. Actualmente, una de las principales causas de reincidencia después de una cirugía son las infecciones en el sitio quirúrgico, y este tipo de innovación podría ayudar a reducir esas complicaciones.
«Actualmente la línea de investigación del proyecto abarca más y sigue avanzando con muchos profesionales involucrados. Si bien hemos conseguido resultados alentadores in vitro y por eso el reconocimiento, aún queda un largo camino por recorrer para lograr la transferencia tecnológica y que esto sea una realidad», comenta Camila. «Este tipo de desarrollos necesitan apoyo y financiamiento, porque llegar a la aplicación en salud implica muchos ensayos y un camino largo».
«La universidad pública me dio la oportunidad de crecer y participar en proyectos de renombre», destaca, y agradece al equipo del Lab3Bio y a sus directoras, la doctora Beatriz Araoz y la doctora Mercedes Pérez Recalde, quienes la acompañaron en este camino.
