La economía nacional hace años que no crece ni genera empleo de calidad. Por lo tanto, limita las oportunidades de salir de la esa situación para la población que, crecientemente, requiere de asistencia social. Por eso se explica la caída de los empleos y el aumento de la desigualdad desde 2013 hasta la fecha.

El informe fue elaborado por el equipo de Pobreza y Equidad del Banco Mundial liderado por Lourdes Rodríguez-Chamussy y especifica varios detalles que explican o grafican los problemas del país para cortar ese círculo vicioso que lleva más de una década.

Banco Mundial: «Las trampas de la pobreza en la Argentina»

El nuevo informe analiza cuatro «trampas» que le impiden al país poder romper ese ciclo de caída de las variables económicas, que se traducen en el avance sostenido de los niveles de pobreza. Afirma que hay una pobreza persistente con una tendencia creciente en los últimos años a pesar del aumento en recursos para mitigarla. Se da una paradoja, ya que el incremento de ayuda social no disminuye el nivel de pobreza.

«Se explica por la dinámica económica que obstaculiza la capacidad de los hogares pobres y de segmentos medios para generar mayor ingreso de manera sostenible. Además de los recurrentes desbalances macroeconómicos y la inflación, que causan pérdidas en el ingreso real de los hogares, en especial de los más pobres», especifica el Banco Mundial

Rodriguez Chamussy, directora del informe, puntualiza que «a diferencia de los países de la región, Argentina es el único que muestra aumento de pobreza entre 2012 y 2022 y también de la indigencia».

Argentina, de los peores desempeños de la región

La caída de la Argentina en este campo ha cambiado la imagen que se tenía en toda América. La espiral descendente llegó a niveles no imaginados. Según el organismo de crédito multinateral, se espera una caída del 3,5% del PBI, la más pronunciada en la región después de Haití (4,2% del PBI).

Para el BM, debido a estas «trampas de la pobreza en Argentina”, el país «se pasó un tercio del tiempo decreciendo. Ningún país pasó tanto tiempo así», explicó Chamussy en el trabajo con su dirección.

La importancia de la inflación como generador de pobreza en la Argentina

La inflación y el desequilibrio fiscal son elementos determinantes para este duro panorama nacional. Para el Banco Mundial, los datos reflejan que los aumentos de precios afectan especialmente a las familias más pobres, que gastan una mayor proporción de sus ingresos en alimentos y productos básicos.

Es por eso que la inflación también erosiona el poder adquisitivo de los salarios, especialmente en el sector informal y los hogares de bajos ingresos. La necesidad constante de ajustar los programas sociales y mantener subsidios económicos para compensar la inflación ha presionado los presupuestos gubernamentales y creado un círculo vicioso de dependencia, limitando la eficiencia redistributiva del gasto público. Es uno de los párrafos más duros del amplio informe dedicado exclusivamente a la Argentina.

Esta situación de estancamiento o retroceso de la actividad económica tuvo un efecto en la calidad del empleo. Aumentó la informalidad y también el nivel del empleado público en detrimento del sector privado. Solamente en la ciudad de Buenos Aires más de la mitad de los puestos de trabajo son del sector privado.

En el resto del país, incluso en provincias económicamente productivas como Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, el empleo público es ampliamente superior.

Sin la AUH, la pobreza sería mayor

Es otra de las conclusiones del trabajo del Banco Mundial. Instrumentar la Asignación Universal por Hijo (AUH), que no solo se mantiene sino que se aumentó en cantidad y valores, ayuda a «disimular» el número final de indigencia y pobreza en el país.

Desde hace más de 20 años, estos programas brindan subsidios monetarios directos a familias y personas en situación de vulnerabilidad, condicionados al cumplimiento de ciertos requisitos y/o alguna contraprestación laboral. En los últimos años, la Asignación Universal por Hijo (AUH) ha sido el programa más emblemático. El BM dice que los englobados como “planes sociales” han aumentado y se sostienen en la medida que la economía argentina lleva una década estancada.

El dato del Banco Mundial en este tema es contundente. Entre 2016 y 2023, el periodo más reciente con información comparable, el ingreso real medio per cápita se redujo en 41%. Los ingresos laborales se han reducido en importancia. En cambio, las transferencias públicas pasaron del 19% del total de ingresos del hogar entre los más pobres en 2016 a representar un 27% en 2023″, indicó la entidad. Pero el fracaso económico del país es claro: «La indigencia sería 30% más alta sin la AUH«, destaca Rodríguez Chamussy./A24