El gobernador también se pronunció a favor de la despenalización del aborto aunque admitió que falta un “largo debate”.
El gobernador Juan Manuel Urtubey se refirió este fin de semana a temas polémicos y sentó posición sobre un debate que comenzó a gestarse en redes sociales luego de la media sanción de la ley del aborto: la separación entre el Estado y la Iglesia.
De visita en Bariloche, el mandatario se reconoció creyente católico aunque no practicante y, en diálogo con el diario Río Negro, se pronunció sobre el pedido de que la Iglesia se separe del Estado: “estamos en el siglo 21, es obvio que así tiene que ser” dijo admitiendo una división y agregó que “son cuestiones que ya ‘de hecho’ están saldadas”.
El gobernador salteño también se refirió a la media sanción de la ley que legaliza el aborto y se pronunció a favor de la despenalización: “despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo, creo que no se sostiene hoy en el siglo 21 eso”, agregó. Sin embargo, admitió que aún falta un largo debate para que sea aprobado en el Senado, debate que comenzará esta semana en comisiones.
Sobre el voto negativo de los legisladores de su espacio, el gobernador dijo jamás les daría instrucciones sobre dicha temática a los diputados o senadores que representan a la provincia en el Congreso. En la Cámara de Diputados, los tres representantes oficialistas votaron en contra de la ley y todo parecería repetirse en el ámbito del Senado con los votos negativos de Cristina Fiore y de Rodolfo Urtubey.
A pesar de estar a favor de la despenalización, el gobernador indicó a la prensa rionegrina que se deben alcanzar mayores niveles de consenso para que se apruebe la Ley que legalizaría el aborto.
Según detallaron los medios de esa provincia, antes de hablar sobre aspectos turísticos en un salón del centro de Bariloche, un grupo de mujeres que defendía el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo encaró a Urtubey para darle un documento, que el salteño recibió.
El debate por los fondos que destina el Estado a la Iglesia
La discusión sobre la separación entre la Iglesia y el Estado tomó relevancia este año luego de que en marzo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, provocara una polémica cuando detalló en el Congreso que el Estado destina $130 millones para pagar los sueldos a los obispos católicos.
Luego de la media sanción de la ley del aborto, la discusión se volcó a Facebook con la promoción de un grupo creado por estudiantes universitarios quienes pungan: “la Iglesia debe dejar de imponer sus creencias y falsa moral en el desarrollo de nuestras vidas. Necesitamos un Estado laico que nos asegure educación sexual integral, conciencia social, una salud pública sin prejuicios moralistas, una sociedad más igualitaria, justa y avanza”.
Además, en el propio Congreso se presentaron en los últimos días de junio dos proyectos de diputados nacionales radicales que proponen eliminar los salarios de los obispos o equipararlos con el que cobran docentes universitarios.
Fuente: La Gaceta
